La volatilidad de los precios obliga a estar atentos a cada movimiento de las cotizaciones
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Las cotizaciones en Chicago tratan de buscar alocadamente cómo racionar la demanda a estos precios o, incluso, mayores. Y es en esa carrera donde la volatilidad se incrementa.
Por supuesto que, si entendemos por volatilidad a la variación porcentual de los valores, mismas variaciones porcentuales implicarán –como es lógico– mayores cambios en términos absolutos a precios mayores. Ello ocurre cuando los stocks, principalmente de la soja y del maíz, se encuentran muy ajustados en Estados Unidos, justo cuando el mercado climático en dicha nación comienza a transformarse en el protagonista de la temporada. Y las cosas no parecen venir como una plaza tan ajustada necesita.
Si bien los datos del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) en relación con el avance de las siembras informados el pasado lunes mostraron un progreso importante en las tareas de implantación del maíz, los pronósticos para los momentos críticos de ambos cultivos continúan previendo algunas zonas que podrían recibir lluvias por debajo de lo normal.
A esta situación se suman los nuevos guarismos sobre la producción de maíz en Brasil, que muestran datos por debajo de los 100 millones de toneladas, una caída importante respecto de las primeras estimaciones que la ubicaban en torno de los 110 millones. Si bien 10 millones de toneladas no representarían, en principio, una amenaza desde el punto de vista de la oferta global (la producción mundial de maíz para esta campaña 2020/2021 se ubica en los 1137 millones), el momento del año es clave. Estados Unidos ya tiene todo su saldo exportable vendido, Brasil casi también. Por ende, el único país que podría “ponerle el pecho” a la demanda internacional hasta que ingrese la cosecha del hemisferio norte sería la Argentina. De ahí la fortaleza en las cotizaciones de los últimos días.
Pero eso no es todo. ¿Qué podría pasar con los precios si la producción estadounidense tuviera un traspié productivo o fracasara? Difícil hacer pronósticos en dichas circunstancias, pero si la demanda no “afloja”, los precios deberían seguir tratando de racionarla. Algo que, en la actualidad, parece no haber ocurrido todavía.
El interrogante ya fue planteado desde esta columna algunas semanas atrás. ¿Cómo manejar los “tiempos” del mercado entre la estructura que tiene la plaza internacional con el contexto y con la fragilidad de la situación local?
Una manera podría ser la consecución del cierre de descuentos (basis) sobre Chicago, quedando muy atentos al momento de cerrar esa condición “a fijar”. En este caso es importante entender que, por efecto de los derechos de exportación, los precios internacionales cuando suben lo hacen más fuerte que acá, pero cuando bajan también lo hacen más rápido y en mayor magnitud. Son operaciones para no “quedarse dormidos”.
La otra alternativa es la venta local y el posicionamiento con opciones de compra o calls sobre Chicago. De esa manera podríamos “desacoplarnos” del mercado doméstico y continuar vinculados con la plaza internacional. Sea como fuere, es momento de tomar decisiones. Simplemente hay que encontrar las correctas.
El autor es socio de Nóvitas
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