El funcionario se refirió así a los cuestionamientos vinculados a lo ambiental que se le hacen a la producción agropecuaria; señaló que el organismo no cederá tierras de sus experimentales, como se pidió en diversos proyectos de ley e iniciativas, y detalló los ejes de la gestión
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El presidente del INTA, Mariano Garmendia, realizó una fuerte defensa de la producción agropecuaria ante los diversos cuestionamientos que se le hacen, afirmó que el organismo no tiene pensado “entregar tierras” de las sedes y agencias y aseguró que no está en agenda cambiar la conformación de su Consejo Directivo.
En una conferencia de prensa, el funcionario se refirió a todas esas cosas. En un contexto donde adentro del oficialismo incluso se escuchan voces críticas hacia el agro vinculadas con lo ambiental, Garmendia señaló que se debe ser “más racional” a la hora de hablar de estos temas.
“Hay posturas dentro y fuera del Gobierno que no son racionales. Me parece que son construcciones sin información o sesgadas totalmente. Si yo me levanto mañana y digo que no podemos hacer más soja con fitosanitarios, ¿cómo solucionamos el tema de la productividad? Sabemos que tenemos que ir hacia un uso mucho más racional y ambientalmente más amigable, pero eso no se hace ni se construye de un día para otro. No carguemos más combustible en los autos, entonces”, planteó.
Para el funcionario, de origen tucumano, las posturas extremas no colaboran hacia un proceso racional de estructuración de la productividad. Si bien reconoció que existe una obligación en el mundo de ser más sustentable, “el país necesita que entren dólares”.
“Nosotros necesitamos producir en el campo. Aunque de la manera más sustentable posible, tenemos que producir. Todas las actividades antrópicas producen distorsión en el medio ambiente”, dijo y, utilizando un refrán campero para señalar a la gente que habla porque esa postura no le afecta su economía, añadió: “Nadie mezquina salmuera cuando es de otro lomo el tajo. Es fácil sentarse en algunos lugares y decir ojo con esto”.
Según contó, el organismo ya tiene “un documento interno muy fuerte” que lo van a incorporar a la discusión de los foros de las Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA). “La Argentina es un país que debería tener capacidad para procesar y tener una buena ley del uso de agroquímicos o fitosanitarios. Está en el espíritu del Ministerio de Agricultura trabajar en este tema. No vamos a tener miedo a aportar nuestra visión técnica de eso, es nuestro deber. Después los decisores decidirán, pero ese es otro espacio. El Ministerio de Agricultura está trabajando con la gente de Ambiente para no tener aspectos contradictorios en el tema”, indicó.
Garmendia habló de los sucesos del año pasado en torno a los pedidos y proyectos de expropiación de tierras que posee el INTA, como en Salta, Catamarca y Castelar. “Nosotros no nos queremos desprender de ningún gramo de tierra”, enfatizó.
Si bien reconoció que se deben hacer algunos cambios estructurales porque, con el paso del tiempo, muchas de las sedes experimentales quedaron dentro de los ejidos urbanos, “no es para agarrar y decir huyamos”.
“Creo que tenemos que salir del lugar que estamos y trasladarnos a otro lugar, pero tenemos que tener un plan de cómo reestructurar eso. Aprovechar esos espacios en los centros de las ciudades y ver cómo nos reconfiguramos, sin perder tierras. No está en nuestra política entregar tierras del INTA, ahora estamos trabajando en cosas muchos más gruesas“, subrayó.
“El INTA es el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, no es tribuna para nadie. Por eso con el Consejo Directivo estamos trabajando en conjunto todas estas cosas. La verdad en eso coincidimos con la misma visión. Cualquier cosa que querramos hacer, vamos a trabajar en conjunto. No va a ser una decisión que se tome en un escritorio o en una mesa de café”, remarcó.
En cuanto a la discusión sobre el posible cambio en la composición del Consejo Directivo que está conformado, entre otros, con dirigentes de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace, dijo que el tema no está en agenda.
Los ejes de la nueva gestión
Garmendia contó que el eje del INTA está puesto en “recuperar el espacio perdido”. Una de las cosas destacables que se ha logrado en este tiempo es conseguir un incremento presupuestario. “Se ha triplicado, se pasó de $2200 millones a $7600 millones. Además, para mejorar los salarios y las condiciones de trabajo de los empleados, logramos la apertura del convenio colectivo de trabajo, que no se abría hace 16 años y que está muy desactualizado”, señaló.
“En 2015 éramos 7500 agentes y ahora solo 6000. El INTA ha perdido mucho recurso humano, hay que recuperar el terreno perdido, el organismo no reconoce títulos y queremos que lo haga”, agregó.
Según dijo, este aumento del presupuesto permitirá que los técnicos posean mejores herramientas, así como también mejorar la flota de vehículos del organismo, Además, se abrirán “250 becas en todo el territorio nacional, con criterio INTA”.
Por otro lado, realizaron un convenio de ejecución con el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por US$55 millones, que estará enfocado para el equipamiento y la formación de recursos humanos, entre ellas setenta becas al exterior de postgrados, capacitación interna y trabajar en el fortalecimiento de la estructura de laboratorio y la red de banco de germoplasma.
Asimismo, destacó que van a invertir en los procesos de redigitalización. Para esto están cerrando un convenio con Microsoft para tener herramientas que permitan una segunda etapa de trabajo: “Tenemos dos incubadoras de empresas, una en Castelar y otra en Rafaela y vamos a generar tres más extrapampeanas, en Tucumán, Mendoza y Bariloche”.
Por último, destacó que están rediseñando una cartera de proyectos más amplia, pensando en un “INTA 2040″. Aseguró que el cambio climático estará transversalmente en todos los proyectos, así como también el Big data, una mayor eficiencia en la producción, el valor agregado en origen, la generación de trabajo, las cuestiones de juventud y de género y el uso del suelo, entre otros.
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