Fred Below, especialista en fisiología de cultivos de la Universidad de Illinois, contó cómo optimizar la producción de cara a la nueva campaña
- 3 minutos de lectura'
“Clima, nitrógeno, híbrido, rotación de cultivos, población, labranza o no labranza y biológicos; estas son las siete maravillas del maíz”. Fred Below, experto en fisiología de cultivos de la Universidad de Illinois, expuso durante un evento organizado por MicroEssentials, donde contó cómo optimizar la producción del cereal de cara a la próxima campaña.
En su exposición, describió cómo lleva adelante sus investigaciones en materia de innovación y desarrollo en las ciencias agronómicas a nivel mundial. “Espero que pueda convencerlos de que necesitamos fertilizar mejor para aumentar los rindes de maíz”, señaló.
En este contexto, detalló cuáles son los factores del manejo que tienen mayor impacto sobre el rinde del maíz cada año. “Para poder identificar las siete maravillas, primero es necesario despejar aquellos requisitos previos que, a pesar de ser cruciales, no agregan nada al rinde o no son necesarios todos los años, como la estructura del suelo o las malezas y las plagas, a las que no considero maravillas, precisamente porque bajan el rinde, no lo suben”, indicó.
Below destacó que esas siete maravillas “interactúan entre sí”. Afirmó: “La clave para lograr buen rinde es gestionar las interacciones ¿De cuál de estos factores se pueden hacer varias aplicaciones y lograr aumentos del rinde? Hay uno solo, los biológicos, que son lo nuevo en producción agrícola. Entre los factores biológicos, están los reguladores del crecimiento (auxinas, giberelinas, citoquininas), los fungicidas foliares a base de estrobilurina y los microbios y antiestimulantes”.
Según el experto, los biológicos pueden colocarse en la semilla, en el surco o en las hojas. “En el futuro veremos los biológicos usados de manera nueva, en fertilizantes secos. Los microbios beneficiosos y los bioestimulantes son un tipo de biológicos que están explotando en los Estados Unidos y en la Argentina, también”, añadió.
En su análisis, destacó que de las siete maravillas que ha cambiado más en Estados Unidos en los últimos 55 años es la densidad por hectárea, es decir, la cantidad de plantas por unidad de superficie.
En este sentido, contó que en los últimos 55 años el rinde promedio en Estados Unidos se duplicó y la densidad por hectárea pasó de 50.000 plantas a 79.000 plantas por hectárea, y “aún tiene espacio para crecer hasta las 93.000 plantas por hectárea, sembrando en hileras separadas por 76 centímetros”.
Sin embargo, señaló que esta es una práctica que en la Argentina es más eficiente, ya que se siembra a 51 centímetros y podría alcanzarse una densidad de 109.000 plantas por hectárea. “A menor distancia, se intercepta más luz temprana y eso es una gran ventaja, ya que la gran premisa de la agricultura es la intercepción de la luz”, indicó.
Por otra parte, explicó la manera de garantizar la nutrición adecuada cuando se siembra con más plantas con sistema radicular más pequeño. “Vamos a tener la nutrición adecuada para lograr altos rindes de maíz. Mi idea es un gran fertilizante que tenga mis cuatro elementos favoritos (nitrógeno, fósforo, azufre y zinc) juntos en el mismo gránulo”, señaló.
Otras noticias de Maíz
- 1
Nuevas tecnologías: un fondo del agro juntó US$2,8 millones e invirtió en 10 empresas
- 2
Premio: un reconocido toro Angus argentino se coronó subcampeón del mundo
- 3
El panorama de precios para 2025 obliga a diferenciar escenarios por productos
- 4
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos