En soja, los fondos de inversión se encuentran con una posición neta vendida de casi 22 millones de toneladas, al tiempo que en maíz dicho guarismo asciende a 37,50 millones
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Las recientes bajas registradas por los precios de la soja y del maíz en Chicago parecieran haber dictaminado que Estados Unidos va camino a una importante cosecha, sino récord, en ambas producciones.
En este sentido, el cambio de los pronósticos de corto plazo, mostrando temperaturas que siguen estando por encima de lo normal, pero ahora con lluvias también por arriba de la media, no les dan demasiadas excusas a los operadores para “torcer” una decisión bajista. Tampoco lo hace la condición de los cultivos, que desde que el Departamento de Agricultura estadounidense (USDA, por sus siglas en inglés) comenzó a informarla muestra la mejor performance de, al menos, los últimos 5 años.
No obstante, pronósticos son pronósticos y pueden cambiar en cualquier momento. Recién estamos ingresando en agosto y, como es sabido, la etapa crítica de la soja (llenado de grano) ocurre durante el presente mes.
En un contexto donde los fondos de inversión volvieron a posiciones prácticamente récord de sobreventas, cualquier cambio en las proyecciones climáticas u otras variables que tengan incidencia en la posición de estos actores especulativos hay que tenerlas muy en cuenta.
Los últimos datos oficiales muestran que, en el caso de la soja, los fondos de inversión se encuentran con una posición neta vendida de casi 22 millones de toneladas, al tiempo que en maíz dicho guarismo asciende a la friolera de 37,50 millones de toneladas.
Muchas de las preguntas en este sentido pasan por avizorar si las cotizaciones (en caso de confirmarse una gran cosecha) podrían bajar aún más en el momento de ingreso de la producción durante el periodo de recolección, allá por octubre/noviembre. Y si bien ello no puede descartarse, también hay que entender que al no haber existido prácticamente “prima climática” en el momento crítico de los cultivos, los valores ya vienen descontando en el precio esa eventualidad.
Y, claro está, en la medida que vayamos avanzando en el calendario también irán apareciendo otros factores a tener en cuenta, a saber: estimaciones de áreas sembradas en Sudamérica con rentabilidades muy bajas o nulas; capacidad de la Reserva Federal de los Estados Unidos de bajar la tasa de interés; el clima sudamericano al momento de las definiciones productivas, y el devenir de las cuestiones geopolíticas, incluida la elección presidencial estadounidenses, entre otras razones.
Elegir el momento
Como siempre, el tiempo es un actor determinante en este “juego” de tratar de descubrir el devenir de las cotizaciones futuras. Cuanto más preparado financieramente se encuentre el productor para poder “elegir” el momento para poder tomar decisiones comerciales, mayores serán las posibilidades de encontrar mejores oportunidades.
Mientras tanto, y no por ponerlo sobre el final de esta columna, resulta importante entender que, en la gran mayoría de los productos, los precios abonados se ubican por encima de la paridad teórica del sector exportador. Puesto en otros términos, las cotizaciones locales todavía logran mantenerse, a pesar de las bajas internacionales. Para seguir con atención.
El autor es socio de Nóvitas SA
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