Las lluvias de la primavera se esperan deficitarias sobre el centro-este del país; de concretarse este augurio, será la tercera vez, desde 1950, que el fenómeno se repita tres veces seguidas
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Según los últimos pronósticos climáticos, en 2022 se volverá a manifestar el evento La Niña, de manera semejante al año pasado y al anterior. “La Niña se viene prolongando y afianzando aún en pleno invierno, una situación atípica para este fenómeno. En esta época se suele pasar a condiciones normales y recién después, en primavera y en verano, se manifiesta con intensidad restringiendo las lluvias”, resalta el meteorólogo Leonardo de Benedictis.
“En mayo y en junio no llovió casi nada; en julio y agosto se prevé una situación un poco mejor, pero siempre dentro de registros limitados, y nadie espera tormentas de 100 milímetros”, condiciona. Esta perspectiva acentuará el déficit de humedad del suelo que muestran los mapas, en los que solo el sur de Buenos Aires y el este de Entre Ríos y Corrientes exhiben valores satisfactorios.
De cara a la primavera, el experto anticipa que si continúa La Niña, las lluvias serán deficitarias y erráticas, sobre todo en el centro-este del país, y muy espaciadas en términos temporales. De cumplirse este pronóstico, puede complicar las etapas reproductivas del trigo y dificultar la implantación de los granos gruesos.
Bajas temperaturas
La perspectiva mencionada se basa en que la temperatura del océano Pacífico ecuatorial sigue baja y no alcanzó los valores que harían pensar en un alejamiento de La Niña para pasar a una condición neutral. De concretarse este pronóstico, será la tercera vez, desde 1950, que La Niña se repita tres veces consecutivas.
La manifestación de un evento Niña también tendrá –cómo se está viendo–un fuerte efecto sobre las temperaturas del ambiente, que se mantendrán bajas por largo tiempo, con un invierno riguroso.
“Se prevé mayor cantidad de heladas respecto del promedio, sobre todo en la zona central del territorio, porque en años como el actual se potencian las entradas de aire frío. Por esa causa también son esperables heladas tardías”, advierte de Benedictis.
Este invierno crudo de 2022 también está afectando las actividades ganaderas basadas en planteos pastoriles, en los que se ha derrumbado la receptividad de campos naturales y pasturas cultivadas. “Cuesta mucho compensar el déficit de forraje con alimentos concentrados, cuyo precio se catapultó por encima del promedio histórico”, se queja un invernador pampeano.
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