En el caso del maíz, las operaciones adelantadas se ubican en el 20% respecto del 23% del promedio histórico; en soja están en el 10%, frente al 18% histórico
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Luego de la asunción del actual gobierno de Javier Milei, el 10 de diciembre último, la continuidad de un tipo de cambio diferencial se transformó en un impedimento para las ventas a futuro o forward.
El antecedente previo ocurrió con el trigo. Resulta que aquellos que vendieron el cereal anticipadamente de forma de cubrir, a lo sumo, los costos de producción cuando llegaron a la cosecha y quisieron entregar esas ventas anticipadas se encontraron con que el tipo de cambio (TC) al cual les liquidaban (y que estaba por contrato) era el dólar oficial y no el TC diferencial.
Por supuesto que ello generó diferentes situaciones y rispideces entre compradores y vendedores que, finalmente, pudieron dirimirse cuando el nuevo Gobierno devaluó la moneda y ubicó al TC oficial y el diferencial con brechas similares.
El problema ahora se da de igual manera para las operaciones de venta forward en el caso del maíz y de la soja de la cosecha nueva. En el caso del forrajero las ventas adelantadas se ubican en el 20% respecto del 23% del promedio histórico. Para el caso de la oleaginosa las mismas se encuentran actualmente en el 10% y en el 18%, respectivamente.
“Esto es un problema”, nos comentaba un importante productor del sudeste de Córdoba y agregaba: “No sabemos a qué dólar nos van a liquidar las ventas que hacemos anticipadas. Tampoco sabemos si el TC diferencial va a seguir existiendo o no. Entonces, con la seca que tuvimos y encima precios internacionales bajando, pareciera lo mejor esperar un poco”. Por supuesto que ello conlleva ciertos riesgos. Uno podría ser que “esperar” no necesariamente implicaría una suba de las cotizaciones en el mercado de Chicago.
El otro tema que aqueja y mucho a los productores agropecuarios es el devenir del valor de dólar a futuro y, por supuesto, la brecha cambiaria. En este sentido existía mucho más consenso entre los operadores del mercado de que posiblemente para los meses de abril o mayo podría estar la posibilidad de una devaluación como consecuencia del atraso del TC oficial respecto de la inflación y de los dólares financieros.
No obstante, la reciente retracción de estos últimos comienza a generar cierto escepticismo sobre si ello podría ocurrir y, en algunos casos, ya se habla que de continuar con esta tendencia el Gobierno –ciertamente– estará mejor preparado para eliminar el “cepo” y para unificar los tipos de cambios antes de lo pensado.
Por último, pero no por ello menos importante, es la decisión de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires y del Matba Rofex de anunciar un valor del TC diferencial para que pueda usarse como referencia. Si bien lo hicieron de forma separada, resulta en un valor que el productor puede tener en cuenta a la hora de observar qué valor le están pagando por sus productos.
El hecho que sea solo una referencia y no implique ni que las ventas forward ni que las operaciones por término se vayan a liquidar a estos tipos de cambios muestra la necesidad urgente de quitar tamañas distorsiones para que el productor, acostumbrado a vender anticipadamente parte de su cosecha, pueda empezar a tener mayor fluidez en sus decisiones comerciales.
El autor es socio de Nóvitas
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