En Baigorrita, provincia de Buenos Aires, a Daniel Casella le vandalizaron cuatro bolsones con soja; pudo recuperar el grano que quedó en el suelo
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Nuevos ataques a silobolsas se registraron en diferentes zonas del país, previo y luego del tractorazo que realizaron productores autoconvocados a Plaza de Mayo el sábado pasado. En total, en los últimos días se conocieron tres hechos vandálicos que ocurrieron: uno en Baigorrita, provincia de Buenos Aires, otro en Colonia Castelar, ubicado en el departamento santafesino de San Martín, y el tercero en Josefina, departamento de Castellanos, también en Santa Fe.
Vale recordar que desde abril de 2020, cuando comenzó a tener visibilidad la ola de ataques, según el relevamiento que lleva adelante LA NACION ya van 260 los silobolsas siniestrados. Solo el año pasado hubo 71 roturas en el país.
El primero de ellos sucedió en las cercanías de Baigorrita, a pocos kilómetros de la ciudad de Junín, cuando en un campo de la familia Casella, ubicado sobre el camino real que une ese poblado con la ruta nacional 188, en la medianoche del viernes, previo a la movilización del sector agropecuario, individuos que no lograron ser identificados entraron al lote donde estaban los bolsones en fila y rompieron de punta a punta cuatro de ellos que tenían cerca de 500 toneladas de soja.
En diálogo con LA NACION, Daniel Casella indicó que, si bien en la zona no es la primera vez que ocurre, a ellos nunca antes les había sucedido. “Íbamos a ir a la marcha del campo a Plaza de Mayo pero como al otro día bien temprano nos encontramos con esa realidad, tuvimos que desistir de participar y nos pusimos a trabajar duro con toda la gente para levantar la soja que estaba en el suelo”, señaló.
“Fue una desgracia con suerte, porque esa noche llovía mucho en la zona, pero escampó a 3000 metros de donde había sucedido el hecho. Por eso, gracias a Dios, pudimos rescatar y recuperar todo el contenido de los bolsones y lo enviamos a la planta [de acopio] que tenemos a 10 kilómetros. Si el agua hubiese mojado los granos, tendríamos que estar hablando de pérdidas económicas de millones de pesos”, añadió.
En cuanto a las causas del hecho, los Casella evalúan entre un abanico de tres posibilidades: “Una es política, nosotros estamos en contra de la política que lleva adelante este Gobierno y nos identificamos como oposición al respecto y eso se sabe en la zona, de hecho íbamos a ir al tractorazo. Otra cuestión, que también tiene un tinte político, podría ser que hay gente que recibe ese mensaje de que el sector agropecuario es quien posee una riqueza importante y eso genera bronca. Y, por último, podría ser alguien que haya tenido algún problema comercial o laboral con nosotros, cosa que descartamos enseguida: somos productores en la zona por más de 40 años, hace cuatro décadas que estamos comercialmente y jamás tuvimos un inconveniente ni ningún encontronazo con nadie. Todo fue muy raro”, destacó.
Luego de lo sucedido, fue Oscar Casella, hermano y socio de Daniel, quien realizó la denuncia correspondiente en la patrulla rural de Junín. “No hay muchas pistas, los bolsones estaban en un lote de rastrojos, donde es imposible que queden huellas. Era una noche cerrada y es poca la gente que anda a esa hora, por esos lugares”, dijo.
Para Casella, el hecho es “una mancha más en el mantel”, porque los delitos rurales de este tipo se acrecientan cada vez más. “Hay mucha impotencia porque teníamos realizado ya un trabajo y tuvimos que salir de emergencia a solucionar un problema. Todo esto te deja un sabor amargo y una sensación de inseguridad, pensando que en cualquier momento podés tener un sobresalto. Se tiene que saber que el silobolsa que uno guarda en el campo es un medio logístico que permite organizar mejor tu trabajo y, sobre todo, comprender que detrás de esta producción se generan dólares que le sirve y demanda el país”, finalizó.
En tanto, ayer se conoció otro hecho ocurrido en un establecimiento en Colonia Castelar, cerca de la ruta provincial 20, donde a los productores Darío y Paulino Mazzola, padre e hijo que alquilan unas 150 hectáreas, les destruyeron tres bolsones con trigo y soja. El acto vandálico ocurrió el martes por la noche y, si bien se pudo recuperar casi la totalidad del cereal, el hecho generó costos extras como la compra de silobolsas nuevos, contratación de personal para levantar lo que no pueden hacer las maquinarias y el movimiento de camiones para trasladar la soja al pueblo de Las Petacas, donde la familia posee un acopio.
“Para más seguridad se llevó toda la soja a la planta y el trigo se vendió. Es la primera vez que nos sucede, hace más de 15 años que se alquila este campo y nunca pasó nada igual ni nosotros ni en la zona, era una zona tranquila”, dijo a LA NACION, Natalia, mujer de Paulino Mazzola.
“Ahora ya no tenés tranquilidad, porque en cualquier momento te puede volver a pasar. Es un desprecio absoluto al campo, porque esto lo hicieron a propósito antes de que llegue la lluvia para arrinarnos toda la producción. Hay muchas horas invertidas acá para poder llegar a tener esto”, añadió. La agrupación de Autoconvocados del Campo le dio visibilidad en Twitter.
El #23A y sus efectos.
— Autoconvocados del campo (@autoconvDelCamp) April 27, 2022
Productor de Castelar - Santa Fe pic.twitter.com/lPJEG42T8y
En tanto, el último caso fue también en la provincia de Santa Fe y el productor damnificado fue Luciano Ribodino, quien fuera campeón de motociclismo. Según el deportista, en la maniobra no solo le destruyeron un silobolsa sino que le sustrajeron una cantidad no determinada de granos de soja. Dijo que habrían participado varias personas, que cargaron el cereal con baldes en camiones. Incluso, uno de los vehículos debió ser alivianado al quedar empantanado y varias toneladas de grano terminaron esparcidas por el campo.
“Acá actuaron varios delincuentes, que cargaron al menos un camión a balde”, detalló. La zona donde Ribodino posee su explotación agropecuaria es la denominada “frontera caliente” entre Santa Fe y Córdoba, con un número creciente de actos de vandalismo rural.
Vale recordar que en julio de 2020 el presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, en conjunto con el legislador del Frente de Todos Ramiro Gutiérrez, presentaron un proyecto de ley donde se propone la tipificación del delito de vandalismo rural con una pena de hasta cinco años de prisión, modificando los artículos 186 y 189 del Código Penal. A casi dos años de que la iniciativa oficialista entrara en el recinto del Congreso, todavía no tuvo espacio para ser tratada.
Con la colaboración de José Bordón
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