En varias zonas del sur bonaerense durante el otoño cayeron de 350 a 500 milímetros, lo que permitió recuperar bastante los perfiles y avanzar con el plan de cultivos según lo proyectado
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En la zona triguera norte hay dos situaciones productivas con el trigo. En las áreas en que llovieron 70-100 milímetros en mayo se pudo avanzar con las siembras y los cultivos evolucionan bien; en las otras, donde no hubo humedad suficiente, hay grandes chances de que los productores pasen de largo con el cereal.
“En los lotes que recibieron precipitaciones, apenas oreó salieron las sembradoras al campo para implantar variedades de ciclo largo y corto en función de la fecha”, afirma el consultor Julio Lieutier, que trabaja en esa región. La emergencia fue rápida porque hubo varios días de bastante calor y los cultivos están limpios de malezas.
“La fertilización se concretó, en parte, en presiembra incorporada y, en parte, durante la implantación, con muchos casos en los que los productores decidieron dividir la dosis aplicando una parte a la siembra y reservando otra para distribuir a fin de macollaje, si las lluvias acompañan”, distingue el técnico.
Las mediciones de nitratos han sido más altas que en campañas anteriores, lo que redujo la necesidad de aplicar fertilizante nitrogenado para llegar al objetivo planteado para un rinde determinado.
Sur bonaerense
En los otros lotes de la zona núcleo, donde no llovió, quedan 15-20 días para terminar la siembra con variedades de ciclo corto. Si no ocurre una precipitación abundante en los próximos 10 días, los productores reorientarán los reflectores hacia los granos gruesos. Se sabe: sembrar en suelo seco y tarde sería equivalente a cabecear un adoquín.
En el sur bonaerense los trigos están más parejos y evolucionan convenientemente. Alejandro Vejrup, gerente de la cooperativa Alfa, de Tres Arroyos, dice que “en otoño cayeron de 350 a 500 milímetros en varias zonas, lo que permitió recuperar bastante los perfiles y avanzar con el plan de siembras”. En esa región, la implantación del trigo comienza a fines de mayo con las variedades de ciclo largo y Vejrup estima que ya se alcanzó el 60% del área por sembrar, con sementeras en buenas condiciones, sin encharcamientos y con germinación uniforme.
En el sur bonaerense el directivo estima un aumento del área sembrada con trigo, a partir de los US$235 por tonelada que se ofrecen a cosecha, en detrimento de la cebada forrajera (US$190 por tonelada). Por cebada cervecera, una firma de Tres Arroyos ofrece pagar el valor de la forrajera más US$28 por tonelada, con entrega en esa localidad.
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