Se calcula que hay 23,44 millones de toneladas en poder de los productores y 7,37 millones que fueron entregados, pero que tienen pendiente la fijación del precio
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Entre soja y maíz hoy los productores tienen granos disponibles sin vender en sus silos y pendientes de fijar valor a mercadería ya entregada por aproximadamente 46,50 millones de toneladas. De este total, 30,82 millones de toneladas, es decir, el 66%, corresponde a soja y 15,68 millones de toneladas a maíz.
Si analizamos cada producto, del total de 30,82 millones de toneladas de soja, 23,44 millones –el 76%– son de grano que esta hoy disponible en poder de los productores y 7,37 millones de toneladas fueron entregados, pero tienen pendiente la fijación del precio.
En el análisis de ventas globales, del total de soja ya vendida por los productores, de 24,50 millones de toneladas, 12,50 millones –el 51%– fueron vendidos a precio y 12 millones fueron entregados a fijar. En el caso de las ventas de los productores a la industria aceitera, por un total de 19,20 millones de toneladas, el 59%, equivalente a 11,40 millones de toneladas, se vendió a fijar precio y el 41% restante, equivalente a 7,80 millones, se negociaron a precio disponible.
Esto demuestra cómo ha cambiado el patrón de comercialización de la soja y la doble estrategia utilizada por el productor, de retener la venta de soja física, por un lado, y de entregar la mitad de sus ventas a fijar, por el otro. En ese sentido, quedan sin fijar precio, pero ya entregadas a la industria aceitera, 7,04 millones de toneladas, mientras que las ventas totales a precio fueron por 7,80 millones de toneladas.
Si analizamos las compras de los exportadores de poroto de soja vemos que, del total comprado, de 5,33 millones de toneladas, el 89%, o 4,75 millones, fueron comprados en el disponible y a precio, mientras que solamente el 11%, o 579.000 toneladas, fueron adquiridas a fijar. Esto tiene una lógica comercial, pues la exportación debe cerrar su precio de venta con compras disponibles con precio cierto y cumplir con el cronograma de embarques en períodos mucho más acotados en el tiempo.
En cambio, la industria aceitera tiene que comprar la mayor cantidad de soja posible en el momento de la cosecha para abastecerse de la soja física que será procesada en los próximos meses. Y, en ese sentido, quien cambio el patrón de ventas fue el productor, vendiendo más a fijar que soja disponible.
Si llevamos este análisis al potencial ingreso de divisas a futuro, la soja física pendiente de venta equivale a US$9846 millones y la soja a la que resta fijarle valor equivale a US$3100 millones. En total, US$13.000 millones es el potencial ingreso de divisas que depende de la soja, de los cuales el 75% es soja física en poder de productores y el 25%, grano pendiente de fijar precio.
Analizando el caso del maíz el saldo físico que resta ser vendido y que está en poder de los productores equivale a US$1575 millones, mientras que el saldo pendiente de fijar valor equivale a US$1248 millones. En total son US$2824 millones, de los cuales el 56% corresponde al físico en poder de agricultores y el 44% es maíz entregado a fijar.
En resumen, el futuro ingreso de divisas depende principalmente de la soja física en poder de los productores, que se va a vender conforme se vaya necesitando liquidez para cubrir compromisos o para comprar insumos para la siembra de la nueva campaña.
El autor es presidente de Pablo Adreani y Asociados
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