El avance de la cosecha en Brasil, las buenas perspectivas para la producción en la Argentina y proyecciones auspiciosas para el próximo ciclo agrícola en Estados Unidos son los fundamentos que horadan los precios
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Tras completar hoy la novena semana bajista consecutiva en la Bolsa de Chicago, al terminar la rueda con un ajuste para la posición marzo de 430,73 dólares por tonelada, la soja se cotiza en el nivel más bajo desde el 14 de diciembre de 2020, cuando las pizarras marcaron 429,72 dólares. El punto inicial de la actual tendencia negativa del valor de la oleaginosa se marcó el 14 de noviembre último. Desde los 515,33 dólares vigentes entonces, la pérdida de valor del grano grueso fue del 16,4 por ciento.
Entre las razones del declive se mantiene el avance de la cosecha de soja en Brasil, que el lunes pasado fue reportado por la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) sobre el 20,9% del área apta, contra el 15,4% de 2023. En el reciente informe mensual de estimaciones agrícolas este organismo brasileño redujo de 155,27 a 149,40 millones de toneladas su cálculo sobre el volumen de la producción 2023/2024, un dato que contrastó con los 156 millones de toneladas proyectados por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
Independientemente del volumen final de la campaña, la entrada del grano nuevo brasileño en el circuito comercial es un fundamento bajista en sí mismo, dado que está concentrando en las últimas semanas la atención de la demanda china y eso se confirma con las magras ventas estadounidenses que vino reportando el USDA en sus últimos informes de exportaciones.
A esto se agregan las buenas perspectivas para la cosecha argentina de soja, algo atenuadas por el período seco y caluroso que los cultivos debieron transitar desde mediados de enero y hasta el cierre de la semana pasada. Con las previsiones de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) y de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en 52,50 y en 52 millones de toneladas aún vigentes, respectivamente, ahora el mercado prevé que en las actualizaciones que se conocerán durante la semana próxima se trabaje con un rango posible de entre 45 y 48 millones de toneladas, cifras todavía muy superiores a los 25 millones de toneladas de la campaña 2022/2023, afectada por la sequía.
Y, como si el mercado internacional de la soja necesitara más fundamentos bajistas, ayer el USDA hizo su aporte en su Foro Anual. Allí el organismo difundió sus estimaciones preliminares para la campaña 2024/2025 en Estados Unidos y auguró un crecimiento del área sembrada respecto del ciclo anterior, con un paso de 33,83 a 35,41 millones de hectáreas; del rinde promedio, de 34,03 a 34,97 quintales por hectárea; de la producción, de 113,34 a 122,61 millones de toneladas, y de las existencias finales, de 8,57 a 11,84 millones de toneladas. En su análisis, en función de las variables antes detalladas, el organismo proyectó un nivel promedio de precios para la soja en Chicago de 411,53 dólares por tonelada, inferior al registro ponderado para el actual ciclo comercial, de 464,81 dólares.
Cabe reiterar que los datos aportados por el USDA son preliminares y que restan poco menos de dos meses para el inicio de la siembra 2024/2025 en Estados Unidos, pero el mercado de futuros agrícolas de Chicago se nutre de “posibilidades” y hoy esas “posibilidades” marcan una nueva campaña con números de oferta más holgados.
El maíz, también en caída
El mal momento de los precios agrícolas no se agota en la soja, sino que incluye, y en igual dimensión, al maíz. El cierre visto hoy en Chicago, con un ajuste de 163,97 dólares por tonelada para el contrato marzo, resulta el más bajo desde los 163,28 dólares del 1º de diciembre de 2020. En el caso del cereal el fundamento bajista excluyente para los precios es la cosecha récord 2023/2024 en Estados Unidos, que dejó 389,69 millones de toneladas para ser administrados.
Se mantienen como otros factores negativos la caída del rodeo bovino estadounidense, que afecta la demanda de forrajes, y las buenas perspectivas para la producción en la Argentina tras la sequía que diezmó la producción en el ciclo 2022/2023. En ese sentido, hasta el momento la BCBA prevé la producción local de maíz en 56,50 millones de toneladas y la BCR, en un récord histórico de 59 millones. El mercado considera que tras el reciente período seco y caluroso estos guarismos bajarían hacia un rango probable de entre 52 y 54 millones de toneladas.
Al igual que en el caso de la soja, el USDA ayer sumó combustible bajista al mercado de maíz en su Foro Anual. Según los técnicos del organismo, pese a que la superficie destinada al cereal en la campaña 2024/2025 bajaría de 38,28 a 36,83 millones de hectáreas, la producción solo caería un 2%, hasta los 382,03 millones de toneladas, gracias a un rinde promedio que crecería de 111,28 a 113,61 quintales por hectárea. Pero el dato más alarmante proyectado por el organismo fue un stock final para el nuevo ciclo agrícola de 64,32 millones de toneladas, un 16,6% por encima de los 55,17 millones calculados para la presente temporada comercial. Además, y más allá de su condición de dato preliminar, esa marca sería la quinta más alta histórica en la secuencia de estadísticas iniciada por el USDA en 1960.
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