La oleaginosa se cotizó a 488,60 dólares por tonelada; para el maíz las pérdidas rondaron el 6%; los fondos de inversión fueron protagonistas exclusivos
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En el mismo momento en que el Centro Nacional de Mitigación de la Sequía estadounidense revelaba el agravamiento del déficit de humedad en Iowa, el principal Estado productor de granos gruesos del país, las pizarras de la Bolsa de Chicago arrancaban un raid bajista que al término de la rueda ubicarían los precios de la soja en el nivel más bajo desde el 22 de enero último, tras caer más del 8%, y las cotizaciones del maíz en el límite de pérdidas habilitado para una jornada, que para la posición más cercana del cereal fue equivalente a un quebranto del 5,9 por ciento.
Este aparente sinrazón encontró su lógica en la decisión de los grandes fondos de inversión de desprenderse masivamente de contratos de materias primas –también condujeron a la baja a metales como el oro– por algunas razones fundadas y por otras solo atadas a especulaciones.
En el detalle de los cierres, las posiciones julio y noviembre de la soja cayeron US$43,63 y 33,25, al pasar de 532,23 a 488,60 y de 493,56 a 460,31 dólares por tonelada. El contrato julio del aceite se desplomó hasta el máximo habilitado para una rueda, de US$121,25, al descender de 1368,39 a 1247,13 dólares por tonelada. Para el maíz las pizarras reflejaron quitas de US$15,75 sobre las posiciones julio y septiembre, cuyos valores de ajuste retrocedieron de 264,95 a 249,20 y de 231,68 a 215,93 dólares por tonelada.
Explicar con algo de lógica agrícola qué pasó entre el detalle del déficit hídrico para el 94,63% de los suelos de Iowa, con una proporción de tierras bajo condiciones de sequía severa que creció del 9,76 al 40,82% en una semana, no resultó sencillo ni para los más avezados operadores de Chicago, que debatían sin lograr consenso para una respuesta contundente si la baja del valor de la soja vista hoy resultó la más fuerte de la historia para una jornada en la plaza estadounidense, justo en la rueda en la que se ampliaron los límites de movimientos para los precios de todo el complejo sojero, lo que fue aprovechado por los fondos de inversión para liquidar un enorme volumen de contratos.
Y entre las razones que los especialistas esgrimieron para aportarle algo de razón al derrumbe de los precios se destacó el clima, con reportes que auguran lluvias desde el inicio de la próxima semana sobre el medio oeste de los Estados Unidos, la zona núcleo para la producción de soja y de maíz. Además, en los reportes del Servicio Meteorológico estadounidense extendidos de 8 a 14 días se pronostican temperaturas inferiores a las marcas usuales y precipitaciones superiores al promedio para la época del año que, de cumplirse, aliviarían el déficit hídrico y mejorarían las perspectivas de los cultivos de cara a la floración de la soja y a la polinización del maíz.
El otro factor que sigue generando bajas es la incertidumbre que provocó el gobierno estadounidense en el mercado de biocombustibles –atañe al maíz y al aceite de soja– al comprometer sin mayores detalles ayudas para las refinerías de petróleo que aseguran estar al borde de la quiebra por la obligación de cortar el combustible fósil con etanol o biodiésel luego de la caída en el consumo de combustibles derivada de la pandemia que recién ahora está repuntando.
La indefinición sobre esta cuestión lleva a que los inversores especulen con la chance de que se reduzcan los porcentajes de biocombustibles en los mandatos de corte o, incluso, que se otorguen exenciones para liberar a determinadas plantas de esa obligación –ya se hizo durante la presidencia de Donald Trump–, lo que implicaría una menor demanda de aceite y de maíz.
Y pese a que las existencias finales 2020/2021 previstas por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos para la soja son las más bajas desde la campaña 2013/2014 y las de maíz, las menores desde el ciclo 2012/2013, la ola de venta de contratos por parte de los fondos de inversión encontró justificativos financieros por la suba del índice dólar, que afecta la competitividad de las exportaciones estadounidenses, luego de que la Reserva Federal dejara abierta la puerta a elevar las tasas de interés y a terminar más pronto que lo previsto por el mercado con los programas de estímulo a la economía.
Por último, un artículo de Bloomberg terminó de agitar las aguas al señalar que la Comisión de Administración y Supervisión de Activos de Propiedad del Estado de China les ordenó a las empresas estatales que controlen los riesgos y que “limiten su exposición a los mercados de materias primas en el extranjero”. Cabe tener en cuenta que China no solo es el primer comprador mundial de soja y de maíz con entrega física sobre sus puertos, sino que también sus empresas tienen una participación relevante en los grandes fondos de inversión que a diario hacen oscilar los precios en Chicago.
Mercado local
Las bajas vistas hoy en el principal punto de referencia para el valor de las materias primas agrícolas vuelven a poner en relieve la importancia de las coberturas y el uso oportuno de las herramientas que los mercados de futuros habilitan para capturar valores y para minimizar la exposición a riesgos siempre latentes en un sector que ya no forma precios solo por los fundamentos del mercado agrícola.
En la plaza local la jornada fue muy negativa, con ofertas de lo compradores muy inferiores a las vigentes ayer y prácticamente sin negocios a la vista.
Las fábricas redujeron de 315 a 300 dólares por tonelada sus ofertas por la soja con entrega inmediata sobre la zona del Gran Rosario, donde hasta pocas jornadas atrás se proponían entre 335 y 340 dólares por tonelada.
Las posiciones julio y noviembre de la soja en el Matba Rofex cayeron US$17,60 y 17,50, al pasar de 319,10 a 301,50 y de 324,50 a 307 dólares por tonelada.
Respecto del maíz, los exportadores ajustaron sus propuestas de 187 a 180 dólares por tonelada –hasta el viernes fueron de 205 dólares– para el Gran Rosario; de 205 a 190 dólares para Bahía Blanca, y de 200 a 190 dólares para Necochea.
En el Matba Rofex los contratos julio y septiembre del maíz perdieron US$8,70 y 9,50 al caer de 196,20 a 187,50 y de 202 a 192,50 dólares.
La caída de precios tuvo también su correlato en los valores FOB sobre los puertos argentinos. En efecto, según el Ministerio de Agricultura de la Nación el valor del poroto de soja cayó de 541 a 505 dólares por tonelada; el del aceite, de 1100 a 1060 dólares; el de la harina, de 410 a 395 dólares, y el del maíz, de 248 a 231 dólares por tonelada.
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