Productores del sur de Santa Fe reclaman que se agilicen obras ante el crecimiento nuevamente de su caudal
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SANTA FE.- Nuevamente, productores agropecuarios del sur de Santa Fe y el noroeste bonaerense alertan sobre las consecuencias de un inusitado incremento de la superficie bañada por la laguna La Picasa, en el extremo sur de Santa Fe. El hecho reciente es preocupante: a pocos kilómetros del cruce de las rutas nacionales 7 y 33, el agua ya superó el nivel de la calzada. El sector más comprometido es el que se encuentra entre Pichimahuida y El Mangrullo, donde las precipitaciones superaron los 150 milímetros.
Esta es una situación que se venía previendo y temiendo. Incluso, la semana pasada se llevó a cabo una jornada de trabajo de la que participaron funcionarios, autoridades y técnicos de las provincias de Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires. La laguna pasó de tener poco menos de 1000 hectáreas en los años setenta a superar las 40.000 hectáreas en algunos momentos de fuertes desbordes.
Según se informó, en las primeras horas de la tarde del domingo pasado, el gobierno provincial envió maquinarias para poder aliviar el sector y retirar el agua de la ruta. A su vez, las autoridades emitieron un alerta para que se circule con precaución en ese tramo.
Ante tal panorama, entidades que nuclean a productores y empresarios de la provincia de Santa Fe, piden a Nación y a las tres provincias que componen la cuenca de La Picasa “que agilicen las medidas contra los aportes de agua provenientes de obras hídricas e hidroviales irregulares que están provocando esta situación” de desborde de agua que afecta principalmente a la provincia.
A ello se sumó la denuncia del Consejo de Entidades Empresarias y de la Producción de Santa Fe que alertó, a través de un comunicado, la existencia de los llamados canales clandestinos, que están provocando el desborde de la laguna e instaron al gobierno nacional y a los gobiernos de dichas provincias “a tomar rápidas medidas para interrumpir los aportes de agua provenientes de obras hídricas e hidroviales irregulares que están provocando esta situación”.
En este contexto, solicitaron “avanzar con las obras de drenaje proyectadas en Santa Fe, a subsanar cuestiones legales que en Buenos Aires impedirán su utilización y que ponen en un potencial riesgo de inundación a miles de hectáreas productivas y poblaciones santafesinas ante un incremento de las precipitaciones, con los consiguientes daños medioambientales, millonarias pérdidas en infraestructura, en áreas productivas y poblados de la provincia de Santa Fe”.
Preocupación en Rufino
Ante la situación, el intendente de Rufino, Natalio Lattanzi, junto a funcionarios provinciales realizaron una recorrida por los reservorios de la cuenca La Picasa, “donde se recopiló información in situ para poder obtener un análisis más eficaz y preciso de esta situación”.
Asimismo, desde Rufino enviaron una nota al gobernador Omar Perotti solicitándole que “debido a la grave situación hídrica de la región, ordene la intervención inmediata institucional e interdisciplinaria en lo productivo, estructural y social”.
Lattanzi participó en la reunión de la cuenca La Picasa en la localidad de Sancti Spiritu, donde manifestó “la gran preocupación en la coincidencia generalizada de los productores y que la situación ameritaba trabajar en conjunto y en el territorio”.
Por su parte, el gobierno santafesino anunció el envío de dos máquinas para la estación de bombeo de la denominada “Alternativa Norte”, para tratar de bajar el nivel del canal por gravedad y hacer que continúe saliendo el agua hacia el territorio bonaerense.
Dos semanas atrás, la ministra de Infraestructura, Servicios Públicos y Hábitat, Silvina Frana, e integrantes de la Comisión Interjurisdiccional de la cuenca de la laguna La Picasa, participaron de una jornada de trabajo técnico en la zona afectada para constatar los puntos neurálgicos de los reservorios, puntos de conflicto por cruces de agua no determinados y la situación del funcionamiento de la laguna.
Los expertos dijeron que hay once distritos afectados directamente: Teodelina, Villa Cañás, María Teresa, Christophersen, San Gregorio, Diego de Alvear, Aarón Castellanos, Rufino, Amenábar, Lazzarino y Sancti Spíritu. El área abarca unas 540.000 hectáreas, de las cuales corresponden a Córdoba, el 48%; a Santa Fe, el 37% y a Buenos Aires, el 15%.
Para ello, el sistema de drenaje cuenta con ocho reservorios, incluyendo la misma laguna. Cinco de estos reservorios se encuentran en la provincia de Córdoba, mientras que en Buenos Aires no hay ninguno.
Según Juan Carlos Duhalde, presidente del Comité de Cuenca La Picasa, el problema es histórico y se repite en cada crisis. “La solución pasa por lo hídrico, para bajar la laguna hace falta que Buenos Aires autorice las salidas y reciba el agua que tiene que recibir. Hoy tenemos campos inundados de gran capacidad productiva, y vemos que Córdoba y Buenos Aires defienden a sus productores y su producción cuando se discute la salida del agua. Nosotros estuvimos en contacto con funcionarios de la provincia en estos días y no podemos darnos el lujo de no defender lo nuestro, y muchas de las soluciones pasan por lo político. Hay que tomar decisiones que son duras, pero son necesarias”, resaltó.
El panorama comenzó a complicarse después de un período de manifiesta sequía. “Ahora, las importantes lluvias caídas durante el fin de semana en gran parte de la región empezaron a generar complicaciones en la laguna La Picasa, donde el nivel de la cota mostró un crecimiento muy rápido. Tanto es así que la semana pasada se inundó un tramo de 200 metros de la ruta nacional 7, a la altura del Mangrullo, entre los kilómetros 413 y 415″, explicó.
Esta situación generó una fuerte preocupación, sumada a un fallo de la Justicia Federal que suspendió las obras hasta tanto se realice un estudio de impacto ambiental.
Para Duhalde, “en los últimos tiempos, con mucho trabajo desde lo hídrico, se logró bajar la cota de la laguna a 101,68, pero en enero llovieron entre 400 y 500 milímetros en toda la zona y en febrero otros 200 milímetros, lo que hizo que la laguna pasara a la cota 102,75 y no se sabe cuántos días seguirá entrando el agua”.
Para referenciar la situación, datos que integran un estudio de LA NACION señalan que en la última inundación importante el pico fue de 105,80. Con semejante cauce desplazándose aguas abajo, a pocos kilómetros del cruce de las rutas 7 y 33 el agua subió sobre la calzada.
“Estamos trabajando en el tema y está previsto el arribo de dos máquinas de la provincia para la estación de bombeo de la Alternativa Norte, para tratar de bajar el nivel del canal por gravedad y hacer que continúe saliendo el agua hacia la provincia de Buenos Aires”, explicaron los expertos.
Fallo que complica
El Comité de Cuenca está formado por cuatro delegados representantes de los productores de cada uno de los distritos y cuatro delgados por cada comuna o municipio. Hay reuniones semanales del comité ejecutivo y una mensual ampliada en alguna de las localidades involucradas. Una de las preocupaciones centrales está dada por un inédito fallo judicial.
Es que un juez federal de Junín condenó a la provincia de Buenos Aires a indemnizar a un productor por los perjuicios causados y además decidió que no se continúen las obras hasta tanto no se realice un estudio de impacto ambiental, según comentó Duhalde.
“La preocupación es mayúscula porque sabiendo las demoras de la burocracia, eso puede demandar mucho tiempo, y si sigue lloviendo Santa Fe no tiene tiempo. Por eso, la provincia tiene que actuar desde lo jurídico para revertir este fallo”, añadió.
Por último, el presidente del Comité de Cuenca La Picasa, advirtió: “Si se vuelven a cortar la ruta 7 y el ferrocarril, recomponerlos requiere muchos millones de dólares”.
Mirada provincial
Desde la Secretaría de Recursos Hídricos de la provincia informaron que la estación de bombeo Norte no funciona dado que “fue abandonada por la gestión anterior”. Como compensación, se construyó el canal de gravedad que actúa directamente desaguando desde la laguna La Picasa.
Además, indicaron que se está desarrollando gestiones para acceder al área afectada por el canal de gravedad Norte, la estación de bombeo Alternativa Norte y sus correspondientes accesos.
En los últimos dos años se han desarrollado tareas en este canal y en los canales de aducción a las estaciones de bombeo, que permitieron descender el nivel de la laguna a la franja de espera, aumentando el volumen disponible de almacenamiento para controlar las crecidas. “Esto hizo que el nivel de la laguna, ante las precipitaciones extraordinarias ocurridas, prácticamente no haya sobrepasado el nivel máximo de espera. La inversión del gobierno de Santa Fe para estos trabajos fue de $15 millones”, dijeron.
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