En poco tiempo, el valor de la urea pasó de 500 a más de 900 dólares por tonelada; la posibilidad de nuevas intervenciones sobre el mercado preocupa a los agricultores
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“En 2023 los productores quieren volver a sembrar maíz, pero están muy condicionados por la incertidumbre económica y por la escasez de lluvias”, afirma el consultor Julio Lieutier, que trabaja en el norte de Buenos Aires.
“El panorama está muy revuelto porque nadie sabe cuál será la marcha de la economía en las próximas semanas; porque no se pueden descartar nuevas intervenciones del Gobierno en los mercados, y porque el impuesto País encarece las importaciones, lo que provoca que haya problemas de abastecimiento y precios de los insumos”, observa Lieutier. “Y hacia adelante, el Gobierno puede anunciar otras medidas que anulan la planificación previa”, añade.
En tanto, hay un mosaico de situaciones entre los productores: serán muy distintos los resultados de quienes compraron insumos temprano, con crédito barato en pesos o con tarjetas agro, respecto de los que están comprando según necesidades.
Por ejemplo, en poco tiempo, la urea pasó de 500 a más de 900 dólares por tonelada. Más allá de todos estos inconvenientes, en la zona núcleo los productores querrían mantener un tercio de la superficie agrícola con maíz, volviendo a una proporción importante de siembras tempranas.
Financiación cara
Sin embargo, para concretar esa posibilidad se necesitarían nuevas lluvias en las próximas semanas. El otro factor por considerar es la cuestión financiera: “Los productores pierden mucho tiempo considerando la deuda que traen de arrastre por la sequía, más la que tienen que tomar para la nueva campaña, lo que genera un gran desgaste; hoy importan más estas cuestiones que muchas decisiones productivas”, admite el profesional.
Sucede que, entre los asesorados por Lieutier, la facturación de la campaña 2022/2023 cayó 80% respecto de los dos ciclos anteriores. Por esa causa, los productores se quedaron sin capital de trabajo y tomar crédito para regenerarlo puede ser suicida con las tasas actuales.
Por todo lo expuesto, hay muchas dudas con la campaña 2023/2024 de maíz. Los agricultores asesorados por el técnico no están haciendo forwards ni ventas futuras en el Matba Rofex, pese a que los precios para abril de 2024 no son malos: 180 dólares por tonelada. En esa decisión también influye la cuestión política: el resultado de las elecciones de octubre podría generar cambios en el tratamiento de los derechos de exportación que tributa el cultivo.
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