Empresas que integran la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores (AFAT) destacaron la necesidad de que haya una planificación para que no se afecte la producción de la actividad
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Las empresas multinacionales de maquinaria agrícola manifestaron su preocupación respecto de la problemática que persiste en la importación de insumos. Indicaron que la falta de dólares continúa trabando los ingresos al país, sobre todo de productos finales. En esa línea, advirtieron que su intranquilidad se focaliza en la carencia de previsibilidad de las políticas a mediano y largo plazo.
“Es un gran cuello de botella en toda la producción. De una forma u otra lo hemos ido resolviendo, básicamente parte de la solución ha sido dejar afuera de la comercialización, lamentablemente, modelos más chicos y más grandes que por distintos motivos son bajos en volúmenes”, expresó Carlos Palmieri, gerente general de Jacto Argentina, en una conferencia organizada por la Asociación de Fábricas y Distribuidores Argentinos de Tractores y otros equipamientos Agrícolas, Viales, Mineros, Industriales y Motores (AFAT).
Por otra parte, Palmieri señaló que a la hora de producir, los costos e impuestos tienen un papel preponderante. “Por un lado, afecta a la caja el recupero del IVA diferencial entre el 21% de costo de materiales al 10,5% que recuperamos en la venta, que es lento y con alta desvalorización y costo financiero e incierto”, explicó.
En tanto, señaló que el Impuesto sobre los Ingresos Brutos y los impuestos municipales son elevados y, al no estar extremadamente claros en su forma de generación y/o cálculo, también impactan en los costos por la gestión administrativa. Además, indicó que existen otros impuestos que impactan en la comercialización, como Sellos, que mantienen costos muy elevados y que afectan en gestiones complejas y demoradas. ”También los más de 3000 sindicatos en el país abren más de 3000 negociaciones diferentes, leyes, exigencias y alternativas”, dijo.
Para Sergio Fernández, presidente de John Deere Argentina, solo con reglas claras a mediano plazo se puede planificar una producción. “El Gobierno puede decir que tiene una política restrictiva porque estamos en un drama de falta de divisas, pero nos debe decir cómo nos vamos a manejar hacia adelante, con criterio y previsión. No podemos despertarnos una mañana y no llegaron las piezas, porque no se aprobó la importación. No es una crítica a la restricción sino por la previsibilidad. En los productos completos hay muchas más restricciones que en componentes para producir”, dijo.
En este contexto, señaló que el Gobierno, cuando toma una decisión de esta magnitud, debe ver el círculo completo para entender si la medida es beneficiosa o no. “Se restringe un producto por cuestiones arancelarias y eso deja a un productor sin una tecnología que iba a ser más productiva, más eficiente, que coseche más y se exporte más que llevaría a que ingresen más divisas. Obviamente en el corto plazo es beneficioso pero en el mediano ya no”, señaló.
Por otro lado, mientras en el Congreso se espera el debate por el proyecto de ley sobre la identidad de la maquinaria agrícola nacional, los directivos de las compañías globales indicaron que a su criterio “no existe una grieta entre la maquinaria agrícola nacional y la maquinaria agrícola de las multinacionales, como se pretende instalar en la opinión pública”.
“Nosotros somos todos fabricantes de maquinaria agrícola en la Argentina, estamos instalados acá y hacemos un aporte tecnológico importantísimo. Algunos podemos importar alguna unidad porque el volumen tampoco nos permite fabricar en la Argentina. Esa dicotomía es errónea, se intenta plantear para sacar algún tipo de beneficio. Si hay algún beneficio debería ser para el productor agropecuario para llegar a cualquier maquinaria esté integrada por el 30, 40 o 60%“, describió Ignacio Armendáriz, gerente comercial de Agrale Argentina.
Por su parte, Reynaldo Postacchini, vicepresidente de Claas y presidente de AFAT, opinó que el problema es la falta de planificación y estabilidad en el país. “No tenemos un plan, si lo tuviéramos el productor podría trabajar de manera planificada, que son muy conservadores. Hoy lamentablemente, como no sabemos donde estamos parados es muy difícil invertir en un bien de capital. La Argentina debe ser uno de los pocos países donde el sector agropecuario invierte con capital propio y no con créditos. Algo estamos haciendo mal. Tenemos mucho para crecer y generar puestos de trabajo y mano de obra”, indicó.
Plan canje
En el encuentro, que llevó el nombre de “El desafío de fabricar maquinaria agrícola autopropulsada en Argentina”, los directivos de las siete empresas asociadas a la entidad, coincidieron en la necesidad de alentar a la modernización del parque, que según datos del Censo Nacional Agropecuario envejeció de manera significativa dado que el 73% de los tractores y el 46% de las cosechadoras locales son equipos con más de 15 años de vida.
Armendáriz aseguró que la existencia de una ley de Plan Canje o de renovación de maquinaria agrícola generará infinitos beneficios, como una incorporación acelerada de tecnología a la producción agropecuaria, la incorporación al circuito de pequeños productores incapaces de producir actualmente por lo obsoleto de su maquinaria y, sobre todo, poner maquinaria de última generación de cara a un mundo que busca mayor producción y mayor sustentabilidad.
“No hace falta ser especialista para afirmar que los tractores, cosechadoras de cereales y forrajes y pulverizadoras de hace 15 años o más son unas máquinas completamente distintas a las que se comercializan actualmente: sistemas de cambios bajo carga, transmisiones automáticas, control satelital, pilotos automáticos o control de pérdidas son solo algunas de las mejoras técnicas que ofrecen las máquinas actuales y a las cuales se facilitaría el acceso por medio de un plan de renovación”, remarcó.
En este contexto, el directivo de Agrale contó que la asociación está trabajando al respecto y que presentó al Ministerio de Desarrollo Productivo de la Nación un proyecto. Indicó que la cuestión del financiamiento privado debería ser política de Estado, ya que es a través de ella que el país obtiene parte importante de las divisas que necesita”.
“Los fondos asignados al plan renovación deberían incluirse anualmente en el Presupuesto Nacional como una partida al efecto asignada al Ministerio de Agricultura, y el beneficio debería ser otorgado directamente al productor agropecuario o contratista propietario de la máquina obsoleta y comprador de una unidad nueva similar. Es condición para recibir el beneficio que la máquina obsoleta sea previamente destruida”, detalló.
Por otro lado y, haciendo un análisis del contexto actual, Tomás Liceda Rosasco, de CNH Industrial, señaló que si se miran los números, se están alcanzando las 34 millones de hectáreas con una producción total de 130 millones de toneladas. “Esa es una muy buena noticia para todos los que nos vinculamos con el sector. Con solo renovar o actualizar el parque de maquinaria actual en la Argentina podríamos dar un fuerte salto en productividad”, consideró.
En cuanto a la sustentabilidad, para el sector es posible producir más de manera amigable con el ambiente. Hermes Machado Da Silva, presidente de Stara Argentina, indicó que el desafío es aumentar la producción de alimentos, cuidando los recursos. En este sentido y con una mirada hacia el futuro, propuso una reducción de aplicación de agroquímicos de hasta el 70% con pulverización selectiva en 42 especies de malezas resistentes, a través de máquinas con tecnología moderna.
Diversidad, inclusión y rol de la mujer
Por su parte, Gisele Tort, gerente de Servicio Técnico a Campo de Agco Argentina, aseguró que en el sector de la maquinaria existe el compromiso y un reconocimiento a la importancia de la diversidad y la inclusión.
“La creciente participación de las mujeres en la agroindustria, incluso en puestos destacados, también merece atención. Es necesario tener flexibilidad y hacer ajustes que permitan a la mujer convivir con ambas realidades, la de una madre y la de una destacada profesional”, sostuvo.
“Las mujeres representan alrededor del 50% de la fuerza formal de producción de alimentos en el mundo y ocupan un rol predominante en la producción de alimentos a pequeña escala, la preservación de la biodiversidad y la recuperación de las prácticas agroecológicas. Los organismos internacionales recomiendan generar políticas orientadas a otorgar a las mujeres el derecho a los recursos económicos en condiciones de igualdad, así como el acceso a la propiedad, el control de las tierras y otros bienes, a servicios financieros, a la herencia y a los recursos naturales”, remarcó la directiva.
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