Estados Unidos encaró el último tramo de la recolección de soja y de maíz; el retorno de las precipitaciones a Brasil y a la Argentina mejoró el panorama para la producción agrícola
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En los últimos días los planetas se alinearon positivamente para los compradores de granos. Por un lado, se normalizó el clima en Estados Unidos, lo que permite que la cosecha de soja y de maíz avance rápido. Ya se trilló el 89% de la soja y el 81% del maíz, según indica Sebastián Olivero, responsable de Commodities de la corredora StoneX. Por otro lado, en el hemisferio sur, en octubre aparecieron las lluvias, particularmente en Brasil y en la Argentina, donde hacían mucha falta. Más allá de los vaivenes diarios, ambos factores provocaron fuertes bajas en el valor de los granos.
Esta situación aleja cualquier preocupación sobre la evolución de la oferta de granos, que se enfrenta con una demanda tranquila frente a perspectivas de cosechas abundantes. Esa proyección impide repuntes importantes para los precios en el corto plazo, según el analista.
En el hemisferio sur, luego de que Brasil y la Argentina sufrieran sequías por varios meses, aparentemente hay indicios de que está cambiando el patrón climático y vamos a un escenario más favorable. Por esa causa, en Brasil la siembra ya está avanzada en un 37% del área, mientras que en la Argentina las sembradoras avanzan a todo vapor para implantar la oleaginosa.
Esperar al trigo
El derrumbe de precios también incluyó al trigo. Es un cultivo que tiene una situación internacional en la que no se prevén faltantes y una producción interna que no alcanzará los 21 millones de toneladas que se estimaban al momento de la siembra, pero que puede oscilar de 18 a 18,50 millones a partir de las últimas lluvias.
Ambos factores llevaron a que las cotizaciones domésticas se acerquen a los 200 dólares por tonelada. Según Olivero, hay pocas chances de algún repunte importante en las próximas semanas y aconseja, a quien pueda manejar la comercialización, no vender en cosecha y esperar el efecto de la demanda de Brasil, que se manifiesta principalmente a partir de abril/mayo.
El país vecino pensaba cosechar nueve millones de toneladas, pero finalmente no superaría los siete millones y en algún momento los molinos brasileños van a tener que efectuar ofertas por el producto argentino.
Mientras, el mercado internacional está en un momento de transición. En el hemisferio norte se terminaron de sembrar los trigos de invierno que se cosecharán en 2025. Ahora hay que esperar bastante para ver cómo resulta la emergencia y el desarrollo primaveral de los cultivos.
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