El glifosato y los fertilizantes siguen liderando las subas, mientras que el gasoil, la atrazina y la semilla de maíz aumentaron menos que los granos
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La evolución de precios de los insumos agrícolas muestra un comportamiento dispar: el gasoil, algunos herbicidas -por ejemplo atrazina- y la semilla de maíz evidencian aumentos inferiores a los de los granos.
Por esa razón, la relación insumo/ producto sigue siendo favorable para su adquisición con la venta de maíz, soja, trigo y girasol. En cambio, otros insumos clave, como los fertilizantes y el glifosato, sufrieron fuertes aumentos de precios en las últimas semanas, lo que determina que se necesite mayor cantidad de granos que el promedio histórico para comprar una unidad de esos insumos.
En detalle, a mediados de junio se necesitó 28% menos de maíz que el promedio histórico para adquirir 100 litros de atrazina. Algo similar pasó con la soja (-25%); el trigo (-22%) y el girasol (-36%).
Los granos también resultaron una buena “moneda” para comprar gasoil: se necesitó 20% menos de maíz que la media para adquirir 100 litros del combustible; 17% menos de soja; 13 % menos de trigo y 29% menos de girasol.
También se mantiene en un precio atractivo la semilla de maíz: actualmente se necesitan alrededor de 700 kilos de maíz comercial para adquirir una bolsa de un híbrido de punta frente a los 900 kilos que configuran el promedio histórico.
La situación contraria se dio con los fertilizantes. A mediados de junio se necesitaba 15% más de maíz que el promedio histórico para comprar una tonelada de fosfato diamónico; 19% más de soja, 26% más de trigo y 22% más de girasol. Una tendencia similar se observó con la urea.
Particularmente, el fosfato diamónico mantuvo la tendencia alcista de los últimos meses durante junio, cuando subió 5% en el mercado internacional. Ese comportamiento se reprodujo en la plaza doméstica, donde cotizó a 750U$S/t, 30 U$S/t más que en mayo.
Situaciones
La urea también continuó su tendencia a la revalorización y aumentó 23% en junio respecto de mayo en la zona del mar Negro. En el mercado interno se vendió a 550U$S/t, con un aumento del 25% respecto de mayo.
Por su parte, la fuerte suba del glifosato en los últimos meses determinó que se necesite 26% más de soja que la media histórica para comprar 100 litros; 22% más de maíz; 34% más de trigo y 8 % más de girasol.
El fosfato diamónico mantuvo la tendencia alcista de los últimos meses durante junio, cuando subió 5% en el mercado internacional
Pese al aumento sostenido de precios, desde 2015 se nota un consumo creciente de fertilizantes en la Argentina. En ese año, los productores demandaron 2,4M/t y siguieron aumentando el consumo todos los años hasta 2020, cuando se llegó a 5,3M/t. Las cifras disponibles de 2001 permiten vislumbrar que la tendencia positiva continuará.
La Cámara de la Industria Argentina de Fertilizantes y Agroquímicos estimó que de los 5,3M/t de fertilizantes consumidos en 2020, 2,93M/t correspondieron a nitrogenados y 1,95 a fosforados. A su vez, la participación de las importaciones en los nitrogenados fue del 68%, en tanto que la producción local alcanzó 1,28M/t. En fosforados, el 89% provino de importaciones y sólo se produjeron internamente 450.000 toneladas.
La evolución de precios de los insumos agrícolas muestra heterogeneidad y oportunidades, que el productor debe tener en cuenta al momento de concretar sus compras. También se notan diferencias en el poder de compra de cada grano respecto de los distintos insumos, una circunstancia que también se debe considerar al momento de decidir las ventas de cereales y oleaginosas.
El autor es analista de mercados de AZ-Group
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