Si el actual escenario bélico continúa algunas semanas más, los precios de los granos continuarán subiendo, el faltante de insumos se hará notar en buena parte del mundo y la escasez de alimentos generará lamentablemente aumento de pobreza
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Esta triste guerra que está viviendo el mundo está afectando no solo el actual mercado de commodities, con subas diarias importantes y llegando a valores que pocas veces hemos encontrado en la historia, sino que también de no mediar medidas urgentes sobre el normal comercio de los insumos, en especial los fertilizantes, puede llegar a traer precios aun mayores de los alimentos, con el consiguiente aumento de la pobreza mundial.
Hoy estamos viendo que los países en guerra, tanto Ucrania como Rusia, son responsables del 80% mundial de aceite de girasol, el 30% de las exportaciones de trigo y cebada y algo más del 20% de las exportaciones mundiales de maíz. Hoy en día, existen todavía cerca de 15 millones de toneladas de trigo tanto en Rusia como Ucrania, 14 millones de toneladas de maíz y cinco millones de aceite de girasol en este último país que están disponibles para el comercio mundial, pero al estar los puertos cerrados y, en algunos casos averiados, no están disponibles para los países importadores.
Los precios de los commodities, sobre todo el trigo, no paran de subir diariamente, buscando frenar la demanda de estos productos ¿Puede algún otro país reemplazarlo? Solo en parte, Estados Unidos comprometió el 85% de su saldo exportable y la Argentina, como ejemplo, dispone de “saldos de equilibrios”, tanto del trigo disponible, como el de nueva cosecha que los hace estar parcialmente en el mercado.
Ahora no solo el problema es que las exportaciones de estos países en conflicto están cerradas, sino que ponen en jaque la producción de las nuevas campañas en el resto del mundo. No solo son países importantes en la producción de commodities, sino que también son grandes jugadores, sobre todo Rusia, en el mercado de fertilizantes.
Brasil el principal exportador mundial de soja y el segundo de maíz, tiene un mercado de 51 millones de toneladas de fertilizantes (10 veces el mercado argentino). De estos, 41,5 millones de toneladas se importan, 9,1 millones provienen de Rusia y 2,5 millones de Bielorrusia, mercados que hoy no están operando por las dificultades de logística y de envío de dinero entre dichos países. Si bien hoy legalmente se podrían realizar dichas operaciones, nadie las está realizando ¿Qué barco se animaría ir a buscar fertilizantes a la zona de conflicto? ¿Qué banco autorizaría dicha operación?
Entre Rusia y Bielorrusia tienen dos tercios de las exportaciones de potasio (el resto Canadá y países menores) y Brasil compra el 50% de sus necesidades en dichos países, recordemos que es un fertilizante estratégico para la corrección de suelos.
La logística en fertilizantes, agravada por la pandemia, se extendió a 100 días aproximadamente, a esto hay que agregarle los días 5-7 días de descarga en los puertos brasileños, el transporte hasta los estados como Mato Grosso que son los mas demandantes y la llegada al productor.
Por los altos precios de los fertilizantes, Brasil demoró este año la compra de fertilizantes y gran parte de las 41,5 millones de toneladas todavía no fueron negociadas. Si en tres o cuatro semanas esta situación no se normaliza se pone el riesgo la nueva siembra de granos gruesos en Brasil y sobre todo la soja.
Si bien la Argentina tiene un mercado menor al del país vecino, tampoco está exento de algún problema en el futuro, si bien solo el 25% de los fertilizantes fosforados vienen de Rusia, el resto lo hacen de Marruecos, que si bien hoy en día no tienen inconvenientes comerciales, habría que recordar que los insumos para obtener el fósforo de la roca son el ácido sulfúrico y el amoniaco y este último provenían en un 50% de Ucrania, teniendo que buscar ahora un reemplazante para dicho insumo.
¿Qué pasará con la nueva cosecha en Ucrania? ¿Cómo será la fertilización nitrogenada de los trigos de invierno en las próximas semanas? Entre la última semana de marzo y todo abril es la ventana optima de siembra para la nueva campaña de maíz y girasol, recordemos que estamos hablando del cuarto exportador mundial de maíz y del 50% de las exportaciones de aceite de girasol.
En buena parte de Ucrania, no hay personal para trabajar en el campo, los menores de 40 años se han sumado al Ejército y muchos han migrado, también habría que agregar la logística y la disponibilidad de semillas, agroquímicos, fertilizantes, etc.
Si el actual escenario continúa algunas semanas más, los precios de los granos continuarán subiendo, el faltante de insumos se hará notar en buena parte del mundo y la falta de alimentos generará lamentablemente aumento de pobreza.
¿Se remplazará buena parte de los granos que hoy van a combustible para consumo humano? Se podrá lograr un entendimiento mínimo entre los países para que no se vea afectado el normal comercio de commodities y sus insumos? El tiempo juega en contra, un llamado urgente al pragmatismo.
El autor es director ejecutivo de Globaltecnos
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