La evolución de la campaña en los EE.UU., las decisiones que tome la Reserva Federal y las claves de la geopolítica mundial serán los temas clave de las cotizaciones
- 3 minutos de lectura'
Los meses veraniegos sobre el hemisferio norte (verano boreal), pasan a ser habitualmente momentos de grandes variaciones en los precios de Chicago. Ello es así ya que se definen las cosechas de maíz y soja en Estados Unidos. En este sentido, la floración del forrajero y el llenado de grano en la oleaginosa, generan la lógica incertidumbre entre los operadores sobre el devenir climático y los riesgos que ello conlleva sobre la consecución correcta de las producciones.
Este año, pareciera no ser diferente, máxime si tenemos en cuenta lo acontecido con las inundaciones sobre el sur de Brasil que “obligan” a que las cosechas en la región norte del planeta tengan que ser casi perfectas.
La primera aduana respecto de los EE.UU. finaliza dentro de todo en los parámetros normales, no sin cierta expectativa ya que las abundantes lluvias que recibiera el midwest en el momento de máximo sprint de implantación, retrasaron entre un 10% y un 15% las actividades tanto de maíz como de soja. Por ahora, esas precipitaciones generan un buen arranque de los cultivos, pero lo más desafiante son los pronósticos que hizo la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos (NOAA por sus siglas en inglés) el pasado 16 de mayo. En dichas predicciones climáticas, la NOAA prevé para los meses de julio, agosto y septiembre lluvias por debajo de lo normal para una importante región productiva estadounidense, con temperaturas por encima de la media para toda el área que abarca Estados como los de Iowa, Illinois, Ohio, Indiana y Minnesota que, claramente, son los más importantes.
Si bien el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) estima rendimientos récord para ambos cultivos (algo que hace habitualmente ya que toma valores de tendencia), la presión que van a tener los productores estadounidenses será máxima para poder lograrlo, ya que caídas del orden de los 100 kilogramos por hectárea en soja podrían prender todas las alarmas si el USDA mantuviese la demanda. En tal sentido, la relación stock/consumo pasaría de algo más del 10% para la temporada 2024/25 a cerca del 7%. En términos prácticos volveríamos a la campaña 2022/23 en donde los precios de la oleaginosa llegaron a superar holgadamente los 550 dólares por tonelada. Si bien todos los años son diferentes y no hay que tomar literalmente lo antedicho, responde simplemente a un ejemplo.
Nos adentramos a partir de ahora en una temporada de turbulencias en el mercado de granos, que además recibirán el impacto de otros factores exógenos que actualmente se encuentran en pleno desarrollo. Sin duda alguna, la geopolítica estará a la orden del día.
Los conflictos bélicos en diferentes regiones del globo y las amenazas veladas de China sobre Taiwán, escalan la tensión mundial. Por otro lado, las definiciones de la Reserva Federal de los Estados Unidos sobre el devenir de las tasas de interés en dicho país durante el segundo semestre serán claves, al igual que la definición electoral también es ese país. En definitiva, pareciera que el tradicional “mercado climático” estadounidense se va a extender un poco más en el tiempo por otros factores exógenos. En estos momentos y más allá de como termine el día, un viejo colega versaba “Stay Tuned” o lo que es lo mismo decir manténganse en sintonía.
El autor es socio de Nóvitas SA
Otras noticias de Comunidad de Negocios
Más leídas de Campo
“Faltan profesionales”. Se fue a trabajar a Armenia y revela cuáles son las mejores oportunidades laborales
“Necesidades urgentes”. Federación Agraria le planteó a Victoria Villarruel una baja de retenciones para los pequeños productores
“El peor de los últimos 28 años”. Se derrumbó el consumo de carne vacuna y no ven una recuperación en el corto plazo
“Verdadera burla y voracidad fiscal”. La dura carta de un productor contra el municipio de Necochea por la aprobación de una tasa portuaria