En los último tres meses el valor de la urea retrocedió en el nivel local de 1300 a 850 dólares por tonelada; cayeron las importaciones respecto de la campaña anterior
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El precio FOB de la urea en Medio Oriente bajó US$70 en julio respecto del mes anterior, al cotizarse a US$563 por tonelada. Esta caída se reflejó en el mercado local, donde se vende a alrededor de US$850 por tonelada. Es una baja importante respecto de tres meses atrás, cuando había llegado a US$1300. Los fundamentos de las caídas son la baja actividad de los mercados de Asia y Sudamérica.
Por ejemplo “Brasil importó 11% menos volumen que en la campaña pasada a igual fecha, mientras que en la Argentina las cantidades desembarcadas fueron 27% menores a las de 2021. En nuestro país influyeron negativamente las limitaciones hídricas para la implantación de trigo, que redujeron el área sembrada”, dice Jeremías Battistoni, analista de la consultora AZ-Group.
Mientras tanto, el mercado de los productos fosforados está más sostenido. No hubo variaciones en las cotizaciones FOB Golfo de México del fosfato díamónico en las últimas semanas, que se mantienen en US$782 por tonelada. El mercado local lo vende a US$1260, a retirar del puerto, US$60 por debajo del mes anterior. En nuestro país se importó un volumen semejante al del año pasado, según indica el técnico.
Fósforo más sostenido
En el último trimestre hubo caídas en los precios de la urea, del 38%, y de los fertilizantes fosforados, del 18%. En ese periodo el valor de los fletes internacionales también se redujo, un 23%, mientras la cotización internacional de la soja se derrumbó un 26% y la del maíz, un 12%. Es decir, “toda la cadena de commodities viene perdiendo posiciones con el avance del almanaque”, razona Battistoni.
Con una mirada retrospectiva, se ve que los precios de los insumos y de los granos mostraron relativa estabilidad desde septiembre de 2019 hasta mediados de 2020 en el mercado internacional. Luego subieron hasta llegar a duplicarse durante 2021. Posteriormente, los movimientos fueron muy variables: en general los insumos continuaron su tendencia alcista y se desacoplaron de los movimientos de los granos, que mostraron un comportamiento más estable.
Finalmente, el año 2022 parece ser un tiempo de ajustes para las relaciones de precios porque las fuertes distorsiones de 2021 comienzan a equilibrarse. En tanto, internamente todavía las relaciones insumo/producto siguen siendo poco convenientes para cambiar soja y maíz por fertilizantes o por los principales agroquímicos.
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