Tras las elecciones generales, la falta de certezas complica la toma de desiciones de los productores; mientras tanto, a la soja le falta humedad en el clave Estado de Mato Grosso
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Luego de los sorpresivos números obtenidos por el oficialismo el domingo pasado en las elecciones generales, el campo vuelve a sus quehaceres habituales con más incertidumbres que certezas. Si bien la mayoría de las encuestas daban probable un balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa, los números resultaban –a priori– tan ajustados que había cierta expectativa al respecto. Porque una segunda vuelta entre Milei y Patricia Bullrich podría haber significado otro escenario para nuestro sector.
Entiéndase que estos últimos candidatos se habían expresado a favor de eliminar los derechos de exportación, al tiempo que también existía cierto consenso en acercar, o bien unificar, los tipos de cambio. Al no haberse expresado Massa en ese sentido, o por lo menos no de forma clara, la incertidumbre resulta mayor que antes.
Se da, entonces, una cierta vacilación entre los productores sobre las decisiones a tomar. No es lo mismo el triunfo de un candidato que se mostró a favor de lo antedicho (aunque después pueda tardar más tiempo en implementarlo), que otro que no se expresó en tal sentido.
El alivio de las lluvias
Pero, por otro lado, otras variables parecen empezar a tener otro color. Al respecto, las lluvias acaecidas el pasado fin de semana en buena parte de la región productiva de nuestro país y también de Uruguay, si bien no solucionan los problemas de falta de humedad reinantes, comienzan a generar cierta expectación positiva de cara a lo que se viene. “Todavía falta mucho”, fue el comentario de un amigo productor del sur de Córdoba. A lo que agregó: “Pero es un comienzo”.
Luego del “golpe” productivo de esta campaña, la sequía que continúa y que ya afectó al trigo y a las siembras de maíz temprano, debemos agregar las heladas del 12 de octubre. Por todo eso, las últimas lluvias son, sin duda alguna, un bálsamo. Porque sin producción y sin cosecha, el resto de las variables dejan de tener sentido.
Pero esto no es todo. Una de las variables que habrá que empezar a seguir a partir de ahora es el clima en Brasil, especialmente en Mato Grosso. Con cerca del 50% de la soja ya sembrada en dicho Estado, la actual sequía y las altas temperaturas van a ser un factor importante a monitorear. Y si bien, la implantación se va a efectuar de una forma o de otra en algún momento que llueva, los pronósticos no son muy halagüeños en tal sentido. Resulta importante seguir esto con suma atención, ya que el mercado anteriormente miraba mucho a Sudamérica, después comenzó a observar mucho a Brasil, pero ahora le importa mucho más lo que ocurre en Mato Grosso.
Una buena justificación de esto es ver lo que aconteció con los valores FOB en nuestro país de marzo a junio de este año. Con una cosecha que resultó ser la mitad de lo esperado originalmente, las cotizaciones de la oleaginosa se derrumbaron más de 120 dólares por tonelada. Pero claro, Brasil lograba un nuevo récord productivo, sobre todo en la región central.
Evidentemente, demasiadas variables a seguir en poco tiempo por recorrer. Y, por supuesto, sin dejar de tener en cuenta un mundo en guerra. Quizá el factor más importante de todos. Pero para hablar y opinar sobre este tema, deberíamos estar dispuestos a escribir un libro.
El autor es socio de Nóvitas SA
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