En Chicago el cereal acumula bajas próximas al 15% en lo que va de 2023, con un protagonismo clave de los especuladores, que tienen una importante posición vendida; el sábado vence el acuerdo que posibilita los embarques ucranianos a través de un corredor sobre el Mar Negro
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Con bajas en torno del 15% en lo que va de 2023, y luego de completar el viernes la cuarta semana bajista consecutiva, el valor del trigo en la Bolsa de Chicago está bajo presión por estos días, tanto por una ola de ventas agitada por los grandes fondos de inversión que operan en la plaza estadounidense como por las negociaciones que encabezan los mediadores de la ONU y de Turquía para renovar antes del sábado próximo el acuerdo que posibilita las exportaciones agrícolas de Ucrania a través de un corredor seguro sobre el Mar Negro, a poco más de un año del inicio de la guerra, tras la invasión rusa.
En el análisis de Andrey Sizov, director general de la consultora SovEcon, especializada en los mercados agrícolas de la zona del Mar Negro, la acción vendedora de los fondos de inversión es clave en la caída de los precios del trigo. “Hoy tienen una posición neta vendida de unos 100.000 contratos, la segunda cifra más alta histórica en materia de volumen, pero récord en cuanto a su peso financiero”, advirtió el especialista a LA NACION.
Explicó que en 2017, cuando se marcó el mayor volumen para una posición vendida de los fondos, el valor del trigo rondaba los 147 dólares por tonelada, mientras que hoy oscila de 250 a 255 dólares por tonelada. “Financieramente hoy les cuesta mucho más sostener esa posición, por las garantías que deben acreditar para tal fin. Y cómo hacen para mantenerse en pie, venden el contrato más cercano, lo vuelven a comprar más tarde a un precio más bajo y pasan al mes siguiente, embolsando una buena cantidad de dinero al término del día”, explicó.
Hoy el contrato mayo del trigo en Chicago –marca el cierre del ciclo comercial 2022/2023 en Estados Unidos– cerró con un ajuste de 251,51 dólares por tonelada, un 14,3% por debajo del valor vigente el 30 de diciembre último, de 293,49 dólares por tonelada. En tanto que la posición julio –representa el inicio de la campaña 2023/2024– terminó la rueda con un valor de 255,55 dólares, un 13,4% detrás de los 295,05 dólares por tonelada del cierre de 2022.
“Además de la acción de los fondos especuladores, otros factores bajistas que condicionan el camino de los precios del trigo son las fuertes exportaciones de Rusia en el actual ciclo agrícola –SovEcon las estima en un récord de 44,10 millones de toneladas–; la abundante cosecha de Australia –el gobierno la calculó en 39,20 millones de toneladas, un volumen récord–, y la probable extensión del acuerdo que posibilita las exportaciones agrícolas de Ucrania”, dijo Sizov.
Desde Chicago, Charlie Sernatinger, analista de la firma Marex Capital Markets, dijo a LA NACION que el valor del trigo subió de manera desmedida en marzo de 2022. “Los precios subieron anticipando que se cortaría gran parte del suministro desde la zona del Mar Negro y eso no sucedió. De hecho, parece que en el actual ciclo comercial –va de julio de 2022 a junio de 2023– Rusia exportará 43 millones de toneladas de trigo, la mayor cantidad en la historia. Por lo tanto, hemos estado en una tendencia bajista constante desde marzo de 2022 y la acción desde enero de 2023 es solo una continuación de esa tónica negativa. A estas alturas los precios del trigo cayeron un 45% desde los máximos anotados un año atrás”, explicó.
Agregó que esas subas vistas tras la invasión rusa en Ucrania posiblemente fueron exageradas por la acción de los fondos de inversión, “pero hace mucho que abandonaron esas compras y ahora están cortos de trigo. Gran parte de las ventas recientes se deben a consideraciones técnicas propias de estos operadores ajenos al sector agrícola, pero también a la comprensión de que no hay escasez de trigo en el mundo”.
Más tiempo para el corredor seguro
En cuanto a las negociaciones en curso para extender más allá del 18 del actual el acuerdo para facilitar las exportaciones agrícolas de Ucrania, Sizov reconoció que ya era optimista semanas atrás sobre la continuidad del corredor seguro sobre el Mar Negro, pero que hoy lo es más “luego de que China, el socio más más importante de Rusia, apoyó esta iniciativa específicamente en su ‘plan de paz’ para la región”.
El analista cree que la renovación del acuerdo se dará en los mismos términos que en noviembre, cuando se prolongó por 120 días. Esto, frente al reclamo de Ucrania en cuanto a que la vigencia del nuevo entendimiento se extienda por un año. Además, Kiev reclamó una mayor celeridad en las tareas de inspección de buques –en la entrada y en la salida del corredor seguro– que se hace en la zona del estrecho del Bósforo y pidió que a los tres puertos habilitados en la zona de Odesa se agreguen las terminales de Mykolaiv, desde donde salía poco más de 30% de los productos agrícolas ucranianos antes de la invasión rusa.
“No sé si estos pedidos serán tan relevantes al momento de definir la negociación. De hecho, el programa de exportación de Ucrania del presente ciclo ya se completó en un 70/75 por ciento y alcanzarán fácilmente el 100% solo con las terminales de Odesa. Por otro lado, el Kremlin quiere reabrir la tubería ruso-ucraniana que posibilita la exportación de amoníaco ruso y la reconexión de Banco Agrícola Ruso a la plataforma financiera Swift, algo relevante para la normalización del comercio. En mi opinión, estos reclamos rusos conllevan un mayor peso político que la habilitación de las terminales de Mykolaiv y no creo que Kiev quiera validarlos para conseguir un visto bueno a sus pedidos, especialmente teniendo en cuenta que no será fácil vender políticamente esta historia. El escenario más probable es una prórroga automática, similar a la de noviembre, con plazos mayormente sin cambios respecto de los 120 días acordados entonces. Por supuesto, hay una guerra de por medio y muchas cosas podrían cambiar súbitamente. También hay una guerra de propaganda, donde el Kremlin impulsa la narrativa de que las ‘sanciones ocultas’ occidentales limitan sus exportaciones de granos y de fertilizantes, mientras que Kiev acusa a Rusia de estar chantajeando al mundo con sus lentas inspecciones de buques”, detalló Sizov.
Para Sernatinger, las negociaciones en torno de la extensión del corredor seguro para las exportaciones ucranianas dieron algo de sostén a los precios del trigo, sin alterar la tónica bajista dominante para el cereal, pero, en general, “el sentimiento entre los operadores es que Rusia deberá aceptar eventualmente una extensión del acuerdo, de lo contrario, las naciones occidentales aumentarán las sanciones financieras”.
Dentro de la ronda de negociaciones, en Ginebra se reunieron hoy Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, y Martin Griffiths, director de la agencia humanitaria de la ONU, con el viceministro ruso de Relaciones Exteriores, Sergei Vershinin. Al término del cónclave, a través de un comunicado el funcionario ruso dijo que Rusia “no se opone a otra extensión de la ‘Iniciativa del Mar Negro’ después de que expire su segundo mandato el 18 de marzo, pero solo por 60 días”. Y agregó que “las exenciones a las sanciones para los granos y los fertilizantes rusos anunciadas por Washington, Bruselas y por Londres no se aplican”.
Según informó hoy la agencia Reuters, un alto funcionario del gobierno ucraniano involucrado en las conversaciones para asegurar el acuerdo inicial dijo que Kiev consideraba que una extensión por 60 días violaría los términos del acuerdo. “El acuerdo establece claramente que las extensiones son posibles por un mínimo de 120 días”, dijo la fuente y agregó que “para extenderlo por 60 días habría que enmendar el trato actual”.
Perspectivas encontradas
“Hoy los precios del trigo están un 10/20 por ciento por debajo de los niveles razonables en función de los fundamentos del mercado. La relación entre la oferta y la demanda de trigo se mantiene ajustada en el nivel mundial, como también en Estados Unidos, y la guerra en la zona del Mar Negro continúa y sin signos de tregua a la vista. Además, los fondos están masivamente cortos de contratos de trigo. Este mercado podría explotar fácilmente y volver a niveles de 290/295 dólares por tonelada en lo que queda del actual ciclo comercial”, especuló Sizov.
Desde la vereda opuesta en materia del análisis de las perspectivas para el valor del trigo, Sernatinger advirtió que el trigo “está en medio de una clara tendencia bajista que probablemente continuará con la nueva cosecha en el hemisferio norte. Rusia no solo no fue sacado de la matriz de exportación de trigo, sino que aumentó las ventas hasta niveles récord, barriendo con la reducción de la oferta ucraniana como un factor eventualmente alcista. No es probable que eso cambie al pasar a la nueva cosecha. Y pese a que los productores rusos esperan una producción más baja, aún así sería la segunda más grande de la historia, por lo que tendrán muchas existencias para la próxima temporada agrícola”.
El analista estadounidense agregó que el mal estado del trigo duro rojo de invierno de Estados Unidos “ya está contemplado dentro del actual nivel de precios” y más allá de que los cultivos mejoraron ligeramente por algunas lluvias registradas en zonas productoras en febrero, “es abril el mes más crítico para las plantas y para la determinación del rendimiento de la cosecha de invierno” de la que usualmente depende más del 70% de la oferta total de trigo estadounidense.
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