Como consecuencia de un tercer año seguido con presencia de La Niña, se redujo la proporción de cultivos de maíz y de soja implantados en forma temprana en la Argentina
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Los tres años seguidos de La Niña, con una sequía en 2023 como no recuerdan siquiera los agricultores con más años, resulta ácido nítrico sobre la economía de los productores. No obstante, con la tenacidad que los caracteriza, perdida la oportunidad de las siembras tempranas de granos gruesos buscan la revancha y reestructuran el plan de siembras hacia cultivos tardíos. Mientras tanto, el clima se balancea entre seguir destrozando presupuestos por bajos rindes o dar algún respiro económico con el maíz y la soja de diciembre.
En ese contexto, el consultor Julio Lieutier, que trabaja en el norte de Buenos Aires, dice que “los lotes con barbecho por antecesor trigo/soja han tenido alguna recarga de humedad que daría autonomía a un maíz tardío durante diciembre y parte de enero”.
En la zona hubo lluvias de 10 a 20 milímetros, que aportaron humedad superficial, por lo que se podrían empezar las siembras buscando que el periodo crítico de floración se ubique en febrero. Por experiencia de años anteriores, Lieutier sabe que las siembras desde principios y hasta el 20 de diciembre todavía dan rendimientos estables.
Paquetes y fechas
La implantación en días posteriores al 20 de diciembre puede dar una fuerte caída de rindes y riesgo de sufrir heladas tempranas. Las siembras de maíz de diciembre se cosechan en agosto y hay que prever los problemas de secada y el riesgo de vuelco.
En el paquete tecnológico del maíz tardío se reduce la fertilización nitrogenada respecto del temprano y la urea se debe incorporar al suelo, al no haber seguridad de lluvias en las próximas semanas. La densidad de siembra también disminuye para asegurar estabilidad al planteo, sin exceder las 55.000-60.000 plantas por hectárea.
En lotes que vienen de arveja fracasada o de cultivos de cobertura, con el perfil completamente seco, en cambio, hay que demorar las siembras, pero con el límite del 20/12; si no llegan las lluvias hasta esa fecha, el potrero se reorienta a soja.
Para la oleaginosa se está aprovechando cada chaparrón que recarga los primeros centímetros del suelo avanzando con las siembras de diciembre. Esta especie es más elástica que el maíz en fecha de siembra, no tiene el dead line del 20/12 y la implantación puede extenderse hasta principios de enero si las condiciones así lo exigen.
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