El cambio de actitud de los Bancos Centrales en el nivel mundial, en relación con el modo en que venían subiendo las tasas de interés, comenzó a generar una liquidación masiva por parte de los fondos de inversión en Chicago
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Como en una obra de teatro, donde los actores entran y salen de escena con gran dinamismo, las variables que van delineando la conformación de los precios de los granos se mueven de igual forma. ¿Qué cambió en las últimas semanas para que los precios de los granos bajaran en semejante cuantía? Poco y nada si lo miramos desde la óptica de los fundamentos; mucho si lo analizamos desde el punto de vista de la macro. Es, entonces, donde los miedos a una crisis económica en un futuro próximo “eclipsan” los fundamentos de un mercado que no ha cambiado demasiado en su esencia y que claramente no podrían justificar tamaño retroceso de valores.
El cambio de actitud de los Bancos Centrales en el nivel mundial, especialmente de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED, por sus siglas en inglés), en relación con la forma en como venían subiendo las tasas de interés, comenzó a generar una liquidación masiva por parte de los fondos de inversión en Chicago.
Pero los granos no fueron la excepción. Las liquidaciones se extendieron como un reguero de pólvora por los mercados financieros, otras commodities como los metales e, incluso, por las criptomonedas. Y es que la última suba de tasas que efectivizó la FED, de 75 puntos básicos, no se hacía desde el año 1994, cuando el titular de dicha entidad era el recordado Alan Greenspan.
Efecto no deseado
Cuando un Banco Central sube la tasa de interés en un contexto inflacionario sirve para controlar o bajar la inflación. Si esto último no ocurre, deberá que ser más agresivo con dicho aumento de tasa, pero corre el riesgo de terminar “enfriando” demasiado la economía al punto tal de que sea nocivo. Y eso es justamente lo que el mercado cree que puede llegar a pasar.
Desde el punto de vista de la oferta y la demanda, el principal evento que esta por llegar tiene que ver con el mercado climático estadounidense. En este sentido y luego de una implantación no tan buena en cuanto a la fecha, que terminó generando una corrección a la baja en el área de soja de 1 millón de hectáreas, compensada solo por 200.000 hectáreas de maíz, el mercado debería estar empezando a observar con mucha atención el devenir climático y, sobre todo, el pronóstico para este mes de julio.
Según datos de la Administración Nacional del Océano y la Atmósfera de los Estados Unidos, las lluvias en el centro productivo van a estar por debajo de lo normal, con temperaturas que se ubicarían por encima de la media histórica. Y, ese no es un buen pronóstico si tenemos en cuenta los bajos stocks proyectados para fines de esta campaña por el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés). Según la cartera con sede en Washington, y teniendo en cuenta la corrección en el área comentada, la relación stock/consumo de maíz no debería superar el 10 por ciento para el ciclo 2022/2023, mientras que en la soja podría ubicarse en mínimos históricos del 3,2 por ciento para una estimación de julio.
Así las cosas, las vicisitudes destacadas en el nivel internacional, sumadas a las propias incertidumbres a escala local, lo que garantizan una vez más es un altísimo nivel de volatilidad. Estar alertas será la única manera de aprovechar oportunidades.
El autor es socio de Nóvitas SA
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