El año pasado el sector avanzó en ese indicador 1,5 puntos porcentuales, al 25,6%; las cadenas del sector contribuyen con 1 de cada 4 dólares
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En el último año el aporte de las cadenas del agro al PBI avanzó en 1,5 puntos porcentuales, según un trabajo realizado por la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA).
Según el informe, la participación del sector en el PBI subió de 24,1% a un 25,6% en un año. No es la más alta de la historia, ya que conserva esa marca el 26,8% registrado en 2004.
“Este 25,6% actual es la segunda participación histórica más alta, desde 2004 a 2021, por encima del 22,9% promedio de ese período. Esto demuestra la importancia de que el agro crezca, pero también que el resto de la economía traccione”, dijo Nicolle Pisani Claro, economista de FADA.
Para cuantificar el impacto, el PBI de las cadenas del agro representa US$105.091 millones. “Las cadenas agroindustriales aportan 1 de cada 4 dólares del PBI, lo que equivale a 105.091 millones de dólares, es la actividad que mayor aporte genera”, precisó la economista.
Después de las cadenas del campo, siguen en orden de importancia la actividad comercial mayorista, minorista y de reparaciones (13%), la industria manufacturera no agropecuaria de productos como autos, prendas de vestir, maquinarias, etc. (11,7%), la actividad inmobiliaria (10,6%) y salud y educación (10,5%), contó la experta.
El trabajo también abordó que en la composición del PBI de las cadenas agroindustriales se destacan como principales ramas “la actividad comercial con el 25,9%, la producción de alimentos y bebidas con un 24,7%, agricultura con 19,2%, ganadería 8,4% y servicios conexos 6,3%”.
Recuperación
FADA indicó, en otro orden, que su informe refleja además la recuperación de la actividad económica tras la baja por el Covid-19.
“En comparación con la medición anterior la recuperación del PBI nacional registró un aumento de un 9,8% y en particular en las cadenas agroindustriales fue de un 7,7%”, apuntó.
La entidad también remarcó que el crecimiento de la participación en el PBI vino acompañada de un alto porcentaje de valor agregado.
“Hay un mito de que la producción primaria no genera valor agregado. Pero eso no es así, del valor que produce la producción primaria en la Argentina, un 49% es valor agregado. El dato destierra la creencia de que el agregado de valor sólo se da en las etapas industriales, ya que la producción primaria en sí misma es agregado de valor. De hecho, cabe mencionar que se habla de producción primaria, no por ser una producción más básica sino por ser la primera etapa en una cadena productiva”, señaló David Miazzo, economista jefe de la organización.
Para el economista, las cadenas del agro tienen potencial para crecer en un contexto internacional que demanda y paga más lo que produce la Argentina, desde granos, carnes a productos de economías regionales.
En este contexto, entre otros puntos, para la entidad hay que bajar la presión fiscal. “Las condiciones pasan por lograr algún nivel de estabilidad macroeconómica, con menor inflación, emisión monetaria y gasto público, menor nivel de presión fiscal y trabas burocráticas, mayor inserción internacional y disponibilidad de crédito accesible y de largo plazo”, precisaron los economistas de FADA.
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