En poco menos de un mes se dieron bajas en torno del 10% en Chicago, después de tocar los valores más altos en nueve años; una cosecha récord en Australia y embarques acelerados desde la Argentina, parte de los fundamentos
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En medio de la cosecha 2021/2022 de trigo en la Argentina, que dio y aún da opciones a los productores para capturar muy buenos valores, que en esta ocasión se pueden complementar con rindes elevados en muchas zonas agrícolas del país, el mercado internacional está transitando un posible cambio de tendencia, desde las subas sucesivas generadas tras las malas cosechas en Canadá, Estados Unidos y en Rusia, a la calma aportada por la entrada en el circuito comercial de la oferta del hemisferio sur, que resulta mayor a la prevista inicialmente. Así, los precios se van alejando de los máximos alcanzados en Chicago que, con un pico de 318,75 dólares el 23 del mes pasado, marcaron el nivel más alto en nueve años, y que también depararon nuevos topes históricos en Europa, al superar los 311 euros por tonelada. En poco menos de un mes las cotizaciones del cereal reflejan bajas en torno del 10%, tanto en EE.UU. como en el Euronext, la plaza de referencia de la Unión Europea.
En ese cambio de tendencia, que no implica la desaparición de una demanda ávida por seguir comprando trigo –sobre todo de calidad–, sino que presenta una relación más equilibrada entre esa necesidad y la posibilidad de la oferta de responder de manera acorde, se destaca Australia, que ya levantó más del 65% de la que será una cosecha récord.
“Esta cosecha será la más grande de la historia y superará el récord aún vigente de la campaña 2020/2021. Su tamaño sigue creciendo conforme se avanza con la recolección y nuestras estimaciones apuntan a un volumen de 38 millones de toneladas”, contó a LA NACION desde Sydney Ole Houe, CEO de IKON Commodities, firma australiana de corretaje y consultoría. Agregó que la cifra que prevén supera los 34,40 millones de toneladas proyectados por el gobierno australiano y los 34 millones calculados por el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés).
“Esta gran cosecha le permitirá a Australia exportar más trigo del que haya despachado antes. Según nuestros cálculos estamos listos para embarcar alrededor de 27 millones de toneladas, contra los 24 millones del ciclo récord anterior –la producción fue de 33,34 millones de toneladas–. Vamos en camino de alcanzar esas cifras”, aseguró Houe.
Respecto de los excesos de humedad por lluvias que se sucedieron en plena cosecha en el este de Australia, donde se concentra la producción de trigos de calidad, el entrevistado explicó que el tiempo húmedo degradó la calidad de un volumen de trigo bastante mayor que el usual. “En el Estado de Nueva Gales del Sur la cantidad de trigo forrajero es cinco veces mayor que el promedio normal y casi la mitad de la cosecha es trigo de baja calidad debido al clima. Sin embargo, en general, solo alrededor del 25% de la cosecha total es trigo forrajero, que es aproximadamente el doble del promedio. Pero lo más importante es que todavía hay alrededor de 30 millones de toneladas de trigo de buena calidad para la molienda disponibles en Australia, gracias al tamaño enorme de la cosecha”, dijo.
De los cerca de cincuenta destinos que tiene el trigo australiano se destacan por volumen Indonesia, Vietnam, China y Filipinas. Los dos primeros también son importantes compradores del grano argentino.
“Creemos que la última caída de los precios internacionales aportó un equilibrio al mercado para el corto plazo. Sin embargo, más a largo plazo el mundo tendrá dificultades para producir suficiente trigo para satisfacer la demanda”, indicó Houe y agregó que esto aportará volatilidad a los precios del grano fino, para la cual los integrantes de la cadena de valor deberán estar preparados.
Cabe recordar que previo a este renovado boom de la producción de trigo en las últimas dos campañas, Australia atravesó tres ciclos agrícolas seguidos –del 2017/2018 al 2019/2020– marcados por la sequía, que redujeron el volumen de la cosecha hasta poco más de 15 millones de toneladas.
Consultado sobre si estas oscilaciones pueden estar relacionadas con el cambio climático, Houe explicó que efectivamente es una posibilidad real, sin embargo, advirtió que no hay un patrón claro para aseverar que esas oscilaciones en las cosechas sean el caso. “Australia ya tiene una sequía cada 5/7 años, pero al mismo tiempo, los últimos dos años resultan de los mejores registrados, por lo que el caso no está claro. Hay un límite definido para el crecimiento de la producción australiana. Ya usamos prácticamente toda la tierra agrícola utilizable con poco margen para aumentarla. Nuestros rendimientos no mejoraron tanto como los de otros países. Por lo tanto, es posible que no estemos lejos del máximo que Australia puede producir”, analizó el CEO de IKON Commodities.
Embarques y restricciones
Junto con Australia, la Argentina es el otro proveedor que llevó calma al mercado internacional, con una cosecha que también se prevé récord, con números que van hasta los 22,10 millones de toneladas, según la estimación de la Bolsa de Comercio de Rosario. Además, en el segmento que va de diciembre a febrero se prevén embarques de grano 2021/2022 por 7.518.866 toneladas, un 58,85% por encima de las 4.733.321 toneladas despachadas en igual período precedente, según datos oficiales.
Pero parte de esa calma se evaporó el viernes, luego de que el Gobierno oficializó a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial límites para las exportaciones de cereales, de manera de no afectar el abastecimiento interno, que en el caso del trigo de la actual cosecha fue transitoriamente fijado en 12,50 millones de toneladas, un volumen que resulta inferior a los 13,50 millones proyectado por el USDA, que augura una producción de 20 millones de toneladas, pero superior que los 11,30 millones despachados en la campaña 2020/2021, cuando la producción fue de 17,60 millones de toneladas. En ese ciclo comercial, la molienda fue calculada en 6,50 millones de toneladas, sin embargo, al 8 del actual, es decir, con el ejercicio concluido, la industria adquirió solo 4,39 millones de toneladas.
“Ese volumen fijado de manera oficial para las exportaciones argentinas juega en contra del dinamismo del mercado, ya que están declaradas ventas por 10,39 millones de toneladas y a que –más grave aún– los exportadores tienen comprado casi todo lo que por ahora podrían negociar, con unos 12 millones de toneladas. Esto implicará un menor apuro de los exportadores y, por ende, precios con menor chance de ir al alza si eventualmente el mercado externo volviera a repuntar”, explicó Sebastián Olivero, responsable de Commodities en la Argentina de la estadounidense StoneX.
Hoy el Ministerio de Agricultura de la Nación informó que “se está desarrollado una cosecha récord de trigo que, según las últimas estimaciones, a la fecha ya supera los 22 millones de toneladas”. Suponiendo que ese resulte el número final de la producción argentina, el volumen a exportar podría rondar los 14,20 millones de toneladas si se busca mantener una relación cercana al 64,5% respecto de lo recolectado, como sucedió en la campaña precedente.
“Con los números finales de la cosecha se podrá ratificar una exportación récord. Durante la segunda quincena de enero se convocará a todos los integrantes de la cadena del trigo para determinar los volúmenes de equilibrio”, completó el comunicado del organismo que dirige Julián Domínguez. Posiblemente allí se constate que el volumen estimado para la molienda viene siendo sobrevaluado, según las propias cifras que el organismo publica en cuanto a las compras de la industria.
Más allá de esta coyuntura, Olivero destacó que el combo buenos precios y rindes elevados sigue posibilitando buenos negocios. “Muchas zonas están logrando rindes por encima de los previstos, y los precios, si bien perdieron fuerza, en la zona de los 230/240 dólares continúan siendo muy buenos. Inclusive se puede lograr algo más hacia mayo/julio a través del Matba Rofex o de operaciones forward con la exportación y se sigue estando en dólares”, señaló. Hoy la posición enero del trigo cerró con un ajuste de US$248,80 por tonelada, por encima de los 230,40 dólares vigentes un año atrás. En cuanto a los contratos mayo y julio los valores terminaron la primera rueda de la semana en 251 y en 252 dólares por tonelada.
Como estrategias posibles, Olivero indicó que aquel productor que aún no vendió nada, “claramente debería aprovechar valores que son muy buenos para avanzar. Y si se vendió la mitad se puede ser algo más conservador, aunque yo no lo sería demasiado. En ese sentido, una opción que me parece muy buena es vender a mayo/julio en el mercado de futuros donde, si bien el pase no es ultra atractivo, permite sumar algunos dólares y mantenerse en moneda dura. Y si la duda es el temor de quedarse afuera de eventuales alzas, cosa que parece difícil en el contexto actual de entrada de la cosecha del hemisferio sur, se pueden diseñar estrategias con opciones para fijar un piso y mantener abierta la chance de usufructuar posibles alzas”.
Lo que viene
Para Charlie Sernatinger, jefe global de Futuros de Granos de ED&M Man Capital Markets, gracias a la entrada de la cosecha del hemisferio sur hoy la demanda de trigo tiene más herramientas para pagar menos por el trigo que pocas semanas atrás, aunque advirtió que aún podría registrarse escasez de trigo con niveles de proteína más elevados. “Para retornar a una tendencia alcista deberíamos ver a Rusia recortar su cuota de exportación de mediados de febrero a fines de junio; al gobierno argentino restringir las exportaciones si los precios internos suben, o a China comprando trigo en Estados Unidos. Pero es importante recordar que la tendencia estacional de los precios del trigo es a la baja de enero a julio, sobre todo si las perspectivas son favorables para las nuevas cosechas en el hemisferio norte, que se inician a fines de mayo”, detalló el analista estadounidense.
Sobre esto último, Andrey Sizov, director General de la consultora rusa SovEcon, dijo a LA NACION que en Rusia, el primer exportador mundial de trigo, las perspectivas para la cosecha 2022/2023 se ven optimistas gracias al clima, con condiciones de los cultivos que están por encima de la media, sobre todo en el sur, la principal región productora de trigo de invierno ruso, por las abundantes precipitaciones recibidas durante el otoño. “Se espera que este hecho compense la disminución de la superficie plantada. Tanto es así que hoy elevamos de 80,70 a 81,30 millones de toneladas la estimación para la nueva cosecha, contra los 75,40 millones de la campaña 2021/2022″, dijo.
En cuanto a Ucrania, el otro gran proveedor de la zona del Mar Negro, Sizov indicó que se prevé una superficie de trigo de invierno récord, pero a diferencia de Rusia, las condiciones de los cultivos están por debajo de la media por la falta de humedad durante el otoño. “La cosecha ucraniana de 2022 la estimamos en 29,10 millones de toneladas, debajo de los 31,90 millones de 2021. Así, entre Rusia y Ucrania se lograrían 110,40 millones de toneladas, frente a los 107,30 millones de la campaña anterior. Si no hay problemas climáticos durante los próximos dos meses el mercado podría comenzar a operar en modo bajista, en función de esta mayor cosecha esperada”, advirtió Sizov.
Y en medio de amenazas de reformular el cálculo del arancel flotante que grava las exportaciones de trigo ruso desde principios de junio si se superan determinados niveles de precios, de momento lejanos, el gobierno de Vladimir Putin fijó en 8 millones de toneladas el cupo de grano a exportar entre el 15 de febrero y el 30 de junio, un volumen inferior a los 9 millones previstos inicialmente. “Estimamos que al fin del ciclo comercial Rusia habrá exportado 33,90 millones de toneladas, un volumen inferior a los 36 millones que pronostica el USDA”, señaló el entrevistado.
La semana pasada fue tema de análisis para el mercado de trigo la posibilidad de que China elimine las barreras sanitarias que traban la compra de trigo en Rusia. El tema se impuso en la previa del encuentro virtual que sostuvieron el miércoles último los presidentes Xi Jinping y Putin.
“Es probable que tarde o temprano China apruebe a Rusia como proveedor. No estoy seguro de si sucederá pronto, pero el próximo evento a observar será la reunión entre ambos presidentes en febrero, esta vez de manera presencial, durante la inauguración de los Juegos Olímpicos de invierno en China. Este tema es importante para los actuales grandes proveedores de trigo al mercado chino: la Unión Europea y Australia”, contó Sizov.
Desde el punto de vista de Sernatinger, esta posible alianza comercial entre China y Rusia sería una preocupación para otros compradores mundiales. “La temporada pasada China vendió 42 millones de toneladas de trigo de su reserva para alimentar a los animales y hacer bajar el precio interno del maíz. Ahora necesita reponer esas existencias y agregar trigo ruso aparecería como una opción. Este mayor apetito de China fue uno de los principales factores detrás del repunte de los precios mundiales del trigo, además de las menores cosechas en Canadá, Estados Unidos y en Rusia. Los chinos compran en silencio, pero en forma constante. También les preocupa que no se pueda plantar toda la nueva cosecha prevista debido a que llovió demasiado en este otoño”, detalló es especialista.
China pasó de importar 5,38 millones de toneladas de trigo en la campaña 2019/2020 a 10,62 millones en el ciclo 2020/2021, mientras que para la actual temporada el USDA prevé compras chinas por 9,50 millones de toneladas, volumen que ubica a China como el tercer mayor importador, detrás de Egipto y de Indonesia.
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