La posición mayo retrocedió de 539,03 a 532,23 dólares por tonelada; el temor de los inversores por la incertidumbre financiera y el avance de la cosecha récord de Brasil fueron los principales fundamentos de la tónica negativa
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Por segunda jornada consecutiva, el valor de la soja cayó hoy un 1,3% en la Bolsa de Chicago, luego de que el ajuste del contrato mayo retrocedió de 539,03 a 532,23 dólares por tonelada, el nivel más bajo desde los 528,28 dólares marcados tras el cierre de los negocios del 5 de diciembre último.
Como sucedió ayer, la tónica negativa de las cotizaciones de la soja tuvo como fundamentos principales las ventas ejecutadas por los fondos de inversión, que comenzaron en el inicio de la rueda y que continuaron luego de que la Reserva Federal de los Estados Unidos comunicó –20 minutos antes del cierre de la rueda– otra suba en las tasas de interés (la novena consecutiva y esta vez de 0,25 puntos), y la presión que ejerce la entrada en el circuito comercial de la cosecha récord de Brasil.
En cuanto a la decisión del organismo estadounidense, en la previa los operadores especularon con que una continuidad de la política de suba de tasas para combatir el brote inflacionario podría acentuar la inestabilidad del sistema bancario, cuya endeblez quedó de manifiesto recientemente tras las caídas del Sillicon Valley Bank y del Signatura Bank, que debieron recibir asistencia del gobierno federal para resguardar el dinero de los ahorristas, y luego del salvataje que otros bancos debieron hacer del First Republic Bank. Ante esa posibilidad, los administradores de los fondos de inversión optaron por prolongar la liquidación de contratos y hacerse de una parte de las ganancias logradas en el mercado de la soja.
“El sistema bancario estadounidense es sólido y resistente. Es probable que los eventos recientes resulten en condiciones crediticias más estrictas para los hogares y las empresas, y que ellas pesen sobre la actividad económica, las contrataciones y la inflación. El alcance de estos efectos es incierto. El Comité permanece muy atento a los riesgos de inflación”, dijo a través de un comunicado la Reserva Federal y el Comité Federal del Mercado Abierto.
Mañana el mercado –y los especuladores que influyen en modo determinante sobre el movimiento de los precios de las materias primas– dirá si lo resuelto por la Reserva Federal aportó calma al clima de incertidumbre financiera que también tiene su correlato en Europa, o si, por el contrario, generó más inestabilidad y riesgos para los inversores.
Y desde el punto de vista agrícola, el mercado de la soja se mantuvo sometido hoy por la presión que ejerce el progreso de una cosecha récord en Brasil –ya avanzó sobre el 62,5% del área apta–, que compensa las fuertes pérdidas que tendrá la producción de la oleaginosa en la Argentina.
Al respecto, la Asociación Brasileña de Industrias de Aceites Vegetales elevó de 152,60 a 153,60 millones de toneladas su estimación sobre la producción récord de soja en la campaña 2022/2023. En el ciclo 2021/2022 Brasil recolectó 125,55 millones de toneladas del grano grueso.
La atracción que por estos días genera la oferta de soja brasileña entre los compradores, en particular China, llevó a la Asociación Nacional de Exportadores de Cereales (ANEC) a elevar en su revisión semanal de 14,89 a 15,39 millones de toneladas su previsión sobre las exportaciones durante marzo, un volumen superior a los 7,55 millones de febrero y a los 12,16 millones de marzo de 2022. Según la última proyección de la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab), dependiente del Ministerio de Desarrollo Agropecuario, en la campaña 2022/2023 Brasil exportará 92,99 millones de toneladas de soja, un 18,1% por encima de los 78,73 millones del ciclo anterior.
Del lado de la demanda, el agregado agrícola del Departamento Agrícola de los Estados Unidos en China estimó ayer que ese país demandará 97 millones de toneladas de soja en la próxima campaña 2023/2024, solo 1 millón de toneladas más que en el actual ciclo comercial.
Todo lo antedicho, sumado a que Paraguay lograría una cosecha de soja en torno de los 9 millones de toneladas contra los poco más de 4 millones recolectados el año pasado, sirve para comprender por qué los precios no están expresando en modo alcista la caída de la producción argentina, que la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó entre campañas el jueves pasado de 43,30 a 25 millones de toneladas.
Además, respecto de las exportaciones de harina y de aceite, rubros en los cuales la Argentina es líder mundial, el mercado considera que la caída será menos contundente que la expresada sobre la producción del grano en virtud de la especulación con importaciones que deberían tener un piso de 10 millones de toneladas. Paraguay y Brasil serían los principales proveedores, seguidos por Uruguay y por Bolivia.
En el mercado local, donde la actividad viene siendo mínima desde el cierre de la última versión del dólar soja, a fines de diciembre, las propuestas abiertas de las fábricas aceiteras cayeron hoy de 78.000 a 74.000 por tonelada de soja con entrega sobre la zona del Gran Rosario o por fijaciones de valor a operaciones hechas con anterioridad.
Las pizarras del Matba Rofex mostraron bajas de US$6 y de 4,30 sobre los contratos mayo y julio de la soja, cuyos ajustes resultaron de 381 y de 391,20 dólares por tonelada.
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