Hace más de 15 días unos 100 trabajadores de una terminal obstruyen la entrada al lugar para que se exporten carne vacuna, pollo y frutas
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En medio del bloqueo en las terminales 4 y Río de la Plata (TRP) del Puerto de Buenos Aires que lleva adelante un grupo de trabajadores autoconvocados de la Terminal 5, y que no permiten que entren ni salgan camiones, el Ministerio de Transporte de la Nación, a través de la Administración General de Puertos (AGP), mantiene reuniones con los gremios en vista a que para el fin de esta semana se destrabe el conflicto.
Fuentes del Ministerio de Transporte de la Nación explicaron que las negociaciones con los 500 empleados de la Terminal 5 comenzaron en octubre pasado cuando, ante la finalización del contrato de concesión de la empresa Bactssa, se le extendió por un año más. En ese momento se logró que las otras compañías concesionarias en el puerto incorporen a los empleados que quedarían cesantes.
Con anterioridad, Bactssa había solicitado una nueva prórroga de su contrato y que se lo considere en igualdad de condiciones con los de las Terminales 4 y Río de la Plata (TRP), también con prorrogas. Pero esto fue denegado. “No fue posible porque según la reglamentación respectiva solo se le podía dar una sola ampliación de un 20% del total del contrato, cosa que ya había sucedido en mayo de 2020 y Bactssa posee un contrato de cuatro años”, informaron.
“En octubre se firmó un acta con las empresas, con el compromiso de cuidar las fuentes de trabajo de Terminal 5 y de los tercerizados”, dijeron.
En diciembre de 2020, los gremios y las empresas firmaron la nómina de los 500 trabajadores que serían incorporados a la Terminal 4 y a la TRP. En los meses siguientes continuaron las reuniones donde se trataba sobre los convenios y montos para “garantizar los puestos de trabajo de todos empleados”.
“Asimismo, se acordó con los representantes de los gremios que esos trabajadores recibirían la indemnización correspondiente de la firma Bactssa que se retira. Sin embargo, un grupo de no más 100 trabajadores pretendía que, además, las empresas que absorbían ese personal a sus plantas les reconozcan la antigüedad del trabajo anterior. En eso no se estuvo de acuerdo y por eso esta trabado todo”, informaron en la AGP.
“Eso motivó que esos empleados bloqueen el acceso a las terminales 4 y TRP pero no así en la Terminal 5, que funciona con normalidad y es donde ellos mantienen su relación laboral a la fecha”, añadieron.
En este sentido, los funcionarios de la cartera de Transporte realizaron la denuncia penal correspondiente para que un juez ordene el desalojo y permita que los camiones ingresen con sus contenedores y salgan del puerto con la regularidad habitual.
Mientras tanto, desde hace unos 15 días las exportaciones de carne vacuna, de pollos y de productos frutícolas están frenadas. “En el caso del sector avícola, en total son 34 contenedores de empresas avícolas exportadoras que están demorados desde el jueves pasado, algunos cargados sin autonomía en los equipos para refrigerar”, dijo a LA NACION, Roberto Domenech, presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Esa mercadería ronda el valor de US$1,5 millones.
En tanto, Mario Ravettino, presidente del Consorcio de Exportadores de Carnes ABC, señaló que “es muy alta la cantidad de contenedores y el valor comprometido” en carne vacuna.
Exportación demorada
En este contexto, Domenech señaló que el perjuicio para la actividad avícola es importante. “Con barcos que se contrataron dos meses previos al menos, llega el momento de cargar y tu carga no está, por lo que el barco se va sin tu mercadería y hay que esperar al próximo barco”, remarcó.
“Además de la cadena de frío que demandan, la mercadería está dentro del puerto sin poder bajarse y despacharse a los barcos; hay riesgo de perderse. Tampoco dejan sacar los camiones con los contenedores vacíos para cargar la producción que uno tiene en las cámaras. Tenemos secuestrados nuestros camiones y contenedores. Los que producimos nos quedamos en el medio del conflicto”, agregó.
Por otra parte, remarcó que a los importadores les explican que tienen un inconveniente para hacerles llegar la mercadería. “Lo grave es que cuando lo volvés a llamar para venderle, lo pagás con precio: uno resigna precio para volver a generar el vínculo donde uno incumplió anteriormente. En esa recomposición de confianza, cambiaron las condiciones y cuando uno ofrece esa mercadería, del otro lado te dicen que no la necesitan ahora”, describió.
En este escenario, Domenech recordó lo difícil que fue el 2020 para el sector avícola. “Sabíamos que la pandemia iba a afectar la exportación en general e íbamos a perder mercados. Pero en nuestro caso, el año pasado se perdió el 15% de tonelaje de exportación y en divisas con el 20% menos. De 275.000 toneladas que veníamos exportando pasamos a 245.000 toneladas. En cuanto a las divisas, de unos US$450 millones bajamos a US$380 millones. Sostener los clientes fue difícil en ese contexto de competitividad, donde por ejemplo Brasil devaluó un 45%, fue difícil”, finalizó.
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