Por la fecha de implantación y por la adaptación a los diferentes tipos de suelo, presenta algunas ventajas sobre otros cultivos
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Durante los últimos años, la incorporación del girasol en planteos de siembra de segunda ha mostrado una muy buena adaptación en la zona sur bonaerense. Al día de hoy, está ganando terreno frente a los cultivos de maíz y soja de segunda, que son los más sembrados, y esto se debe a varias ventajas. La principal de ellas es la fecha de siembra, puesto que se puede estar sembrando hasta mediados del mes de enero, aspirando a rendimientos de 1800-2000 kg/ha con materia grasa de hasta 50-52 %, siempre q el clima acompañe.
La siembra de cultivos de segunda consiste en sembrar un cultivo de verano inmediatamente después de la cosecha de uno de invierno, en el mismo periodo productivo. Esta es una opción que tiene varios objetivos, principalmente el económico tratando de generar un mayor aprovechamiento de los recursos, pero también estratégico ya que se busca que compita con las malezas y que pueda capitalizar la utilización de herbicidas que, de otra manera, se usarían para mantener el barbecho limpio. No obstante, este manejo debe ir acompañado de un planteo de rotación de cultivos. Hay que tener en cuenta que el éxito de los cultivos de segunda tiene mayor dependencia de las condiciones climáticas durante el verano, ya que se está sembrando sobre un lote que tuvo un cultivo reciente, el cual consumió agua y nutrientes durante su ciclo productivo.
En la zona sur de la provincia de Buenos Aires (Tres Arroyos y Coronel Dorrego) se ha observado una superficie mayor de girasol de segunda debido a que presenta varias características que lo hacen un partícipe muy interesante en la rotación. La principal es que permite siembras en fechas más tardías que sus otros competidores, con lo cual se puede esperar a las lluvias para recargar el perfil y lograr una buena implantación. También, por su adaptación a diferentes tipos de suelo sin deprimir en gran medida su potencial. En esta zona, manejándose con híbridos de diferentes ciclos se pueden lograr rindes de hasta 2000 kg/ha con materia grasa de 50 a 52 %, para fechas límite de siembra del 15 de enero. Por lo tanto, es muy importante tener en cuenta varias pautas de manejo.
Dependiendo del ciclo de los híbridos, las fechas ideales oscilan del 20 de diciembre al 15 de enero y la floración estará ocurriendo alrededor de los 55 a 70 días desde la emergencia, durante el mes de marzo. Para entonces, los días ya son más cortos y frescos, por lo cual la probabilidad de ocurrencia de un estrés severo disminuye. A su vez, se observa que los mejores resultados suelen darse en siembras sobre el cultivo de trigo como antecesor. Es muy importante tener la precaución de conocer los herbicidas utilizados en el cultivo anterior, respetando los tiempos de carencia.
Híbridos
La elección del híbrido no solo se debe realizar teniendo en cuenta el ciclo, sino que hoy el mercado cuenta con materiales de mejor sanidad y sobre todo de mayor producción de materia grasa. Algunos híbridos antiguos, manifiestan una gran susceptibilidad a enfermedades y a factores de estrés abióticos, por lo que suelen tener resultados más erráticos, existiendo casos de pérdidas totales del cultivo.
La densidad óptima de siembra ronda las 40.000 a 50.000 plantas/ha logradas y se recomienda fertilizar a la siembra con una base de fósforo y nitrógeno como “arrancador”. Es muy importante tener una buena calidad de siembra, con la sembradora bien regulada para garantizar un buen contacto de la semilla con la humedad y así asegurar una rápida emergencia.
Posteriormente, es necesario la utilización de herbicidas residuales para el control de malezas de hoja ancha, ya que una vez logrado el cultivo hay muy pocas herramientas para el control. Esta también es una gran ventaja, ya que se pueden utilizar herbicidas como diflufenican, flurocloridona y sulfentrazone, entre otros, que tienen buen control de malezas resistentes como el “yuyo colorado” Amaranthus sp. y “Nabos” Brassica sp. Luego, el control de gramíneas sobre todo los nacimientos “guachos o voluntarios” del cultivo anterior son fácilmente controlados con graminicidas.
Es importante el monitoreo del cultivo durante todo el ciclo, ya que el girasol es muy apetecido por las plagas principalmente las “isocas cortadoras” e “isocas defoliadoras”. Pero sin dudas la plaga más importante del cultivo es la “mosca del capítulo” . Esta última suele generar altas poblaciones durante el final del verano momento en que el girasol se encuentra en floración y la única manera de controlarla es mediante la utilización de insecticida en el momento que se inicia la apertura de los pétalos. Este debe ser de contacto, para no dejar residuo que pueda afectar posteriormente a los insectos polinizadores. Controles ineficientes o fuera de fecha (tardíos o anticipados), suelen observarse posteriormente como granos vanos y flores abortadas, con mermas de rendimiento que pueden llegar al 50 %.
En cuanto a las enfermedades, las principales problemáticas que se observan son la “Phomopsis de capítulo” y el “cancro de tallo”, ambas originadas por el patógeno Diaporthe sp.; “Sclerotinia o podredumbre húmeda del capítulo” y “Alternaria”. Las tres primeras, son enfermedades de origen vascular y que tienen un alto potencial de destrucción del cultivo. En cambio, la última es una enfermedad foliar. La utilización de fungicidas a base de mezclas de triazoles y estrobirulinas otorgan un buen control sobre esta última, pero no hay registro de que sean exitosos para las primeras. La mejor herramienta de control es la cultural, utilizando híbridos con buena sanidad y con rotaciones tratando de evitar repetir el cultivo en dos años consecutivos.
En cuanto a la cosecha, dependiendo de la fecha de siembra y el ciclo del híbrido elegido, estará sucediendo a partir del mes de abril, en coincidencia con la recolección del cultivo de soja. En este caso, el girasol tiene otra ventaja debido a la posición en la que se encuentran los capítulos, permite un secado de los granos mucho más rápido por lo cual la cosecha generalmente es muy ágil. De esta manera, es posible cosechar con humedad de recibo incluso durante días que no se pueden recolectar los lotes de soja. En los casos en que el lote tenga una maduración despareja o problemas de enfermedades, es imprescindible realizar un secado anticipado mediante tratamientos con herbicidas desecantes para reducir potenciales pérdidas de rendimiento o de calidad del grano.
El autor es ingeniero agrónomo
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