En un contexto de déficit hídrico grave, la nueva versión del dólar soja se suma a muchas otras decisiones que vienen distorsionando el proceso de formación de precios en forma recurrente
- 3 minutos de lectura'
Era de manual. No tenían otra. Y así van completando la faena. La nueva versión del dólar soja se suma a muchas otras decisiones gubernamentales que vienen distorsionando el proceso de formación de precios en forma recurrente, como es el caso de los arbitrarios cupos de exportación en trigo y en maíz (y sus FOB índice).
Este año la plaza triguera viene desvirtuada desde el arranque, con declaraciones juradas de ventas al exterior (DJVE) por 8,4 millones de toneladas autorizadas allá por abril a precios difíciles de explicar y antes de que comenzara la siembra (inédito).
Luego la sequía y las heladas llevaron a que la historia terminara con un jubileo para los exportadores (postergación por 360 días de los compromisos de embarque) y sin decisiones claras respecto de las obligaciones del productor. En ese contexto, los molineros debieron lidiar con precios libres, harinas con precios máximos y con un fideicomiso generado a medida para un grupo económico.
En la plaza maicera, los polleros, feedloteros, tamberos, etcétera, debieron lidiar con un mercado distorsionado porque el Gobierno “premia” las ventas de soja y “demora” las del maíz.
Una novela con nombre propio: “Intervencionismo mata mercado”. Todos los eslabones de la cadena tratando de evolucionar sorteando obstáculos y tratando de adivinar las decisiones de los burócratas de turno. Por momentos algunos se benefician y otros se perjudican. Pero no es la forma adecuada para operar.
La historia se complica más aún si le agregamos el condimento climático del nuevo ciclo. Así, con el maíz 2023 podría repetirse la historia del trigo. Ya tenemos DJVE para embarques marzo/abril/mayo por casi 8 millones de toneladas, lo que podría representar (por razones climáticas) la totalidad de la producción de maíz temprano. ¿Vendrá otro jubileo?
Lo cierto es que estamos frente a una campaña que podría ser tildada de dramática. Ya se estima que la liquidación de divisas del sector agropecuario podría caer entre 10.000 y 15.000 millones de dólares en el ciclo 2022/2023. En soja ya se escuchan opiniones que ubicarían nuestra producción en 40 millones de toneladas (el USDA continúa con sus fantasías) y también crece la hipótesis de 40 millones de toneladas de maíz comercial.
Chicago recién ahora comienza a monitorear nuestros problemas y si bien Brasil podría estar encaminado a una cosecha récord de soja, la historia del maíz en dicha nación tiene un largo camino por delante aún. Mientras tanto, una certeza: en EE.UU. la campaña de maíz y de soja 2023/2024 tiene que ser absolutamente récord para recomponer reserva muy ajustadas. Los precios van a estar. Lástima el clima y el Gobierno.
El autor es presidente de Nóvitas SA
Otras noticias de Mercado de granos
- 1
Nuevas tecnologías: un fondo del agro juntó US$2,8 millones e invirtió en 10 empresas
- 2
“Moderna y equilibrada”. Beneplácito en el agro de Entre Ríos por la nueva ley de aplicaciones de fitosanitarios
- 3
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos
- 4
Premio: un reconocido toro Angus argentino se coronó subcampeón del mundo