El ingreso del país a la OCDE requerirá contar con información precisa sobre la producción agropecuaria
- 4 minutos de lectura'
La canciller Diana Mondino comunicó hace unas semanas la intención de la Argentina de incorporarse ala Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). Este bloque está formado por 38 países, entre los que se encuentran la mayor parte de los de alto grado de desarrollo (entre otros Suiza, EE.UU, Canadá y Noruega) pero también otros de niveles de ingresos medios como Chile, Costa Rica, México y Polonia. Los integrantes de la OCDE representan mas del 80% del comercio internacional y de la inversión externa directa del mundo.
El objetivo de esta organización es conformar una red que comparta experiencias, datos y políticas conducentes al desarrollo económico. La agenda de la OCDE es amplia e incluye aspectos como el mejoramiento de los mercados laborales y de las condiciones para la inversión extranjera, reforma de sector público y modernización de los sistemas educativos. Los temas ambientales relacionados al cambio climático, y a la sostenibilidad y biodiversidad cobran creciente protagonismo. También aquellos relacionados al desarrollo de zonas rezagadas. La OCDE se financia con aportes de los propios estados miembros.
El ingreso de nuestro país a la OCDE abre oportunidades, pero también implica desafíos. La oportunidad es incorporarse a un “club” cuyos miembros privilegian la implementación de políticas conducentes al mejoramiento paulatino de las condiciones de vida de sus ciudadanos. Sin embargo, un importante desafío que enfrentará Argentina en el proceso de ingreso al OCDE es el muy pobre estado de estadísticas para la toma de decisiones. En una nota publicada en los inicios de la gestión Macri (La Nación, 30 de julio 2016: “Estadísticas, la gran ausente de la producción agropecuaria”) señalamos este problema. En los más de siete años transcurridos desde dicha nota, la situación no ha mejorado. Mas bien lo contrario. Ahora que comienza una nueva gestión, retomamos el tema.
Un ejemplo: los países integrantes de la OCDE publican en forma anual un detallado informe relativo a transferencias de y desde el sector agropecuario. Este informe es el de “Estimados de Apoyos al Productor” (en inglés, los Producer Support Estimates, o PSE). Junto con Daniel Lema elaboramos durante varios años estos PSE. Pero el esfuerzo para recabar los datos resultó ingente. Muchos datos están desperdigados en oficinas. Otros debieron ser estimados en forma cruda. Las mismas falencias que existen para el cálculo de los PSE se reproducen en forma agravada para intentar estimar Productividad Total de Factores (PTF) a nivel desagregado de cultivos, de actividades ganaderas y/o de zonas. Al respecto, no existen índices confiables de uso de insumos y precios de estos. Y los datos que existen son propiedad de cámaras o asociaciones que no siempre los ponen a disposición del investigador (ni tampoco tienen obligación de hacerlo). Yendo a un ejemplo mas reciente, los datos del Censo Nacional Agropecuario (realizado con gran esfuerzo) no están disponible en su totalidad. Falta información importante, ya sea por que no fue recopilada o por no estar publicada.
Pocos relevamientos
La trayectoria del ex-Minagri en generación, almacenamiento y difusión de datos resulta extremadamente pobre. Y esto pese a contar con un presupuesto muchas veces millonario. Las dos últimas gestiones (Macri-Fernandez) no modificaron en forma sustancial el estado de cosas. El resultado es que quien visite el portal del Minagri verá que lo que hay es un conjunto de informes exhibidos sin un criterio claro, y sin mayor continuidad en el tiempo. La impresión que queda es que la información que maneja el ex-Minagri es escasa, y la que existe está solo disponible para los funcionarios y no para los interesados externos. Hoy por hoy son instituciones privadas como los CREA o la Bolsa de Cereales, o incluso emprendimientos como la excelente revista Márgenes Agropecuarios, las que tienen bases de datos con mínima continuidad, consistencia y acceso como para ser de utilidad al investigador interesado en el análisis económico del sector agropecuario.
Un objetivo central del ex-Minagri y de instituciones adscriptas como INTA, Senasa y el INASE debiera ser liderar lo relativo a estadísticas agropecuarias que permitan un análisis riguroso, amplio y actualizado de los principales problemas del sector agropecuario argentino. Entre otros motivos, el proceso de ingreso a la OCDE requerirá mejoras significativas en estas dimensiones. Y esto no solo aplica al ex-Minagri sino a la mayor parte de las reparticiones públicas de alcance nacional. Se inicia una nueva administración. Los responsables de ésta tienen en sus manos mejorar el estado de situación.
El autor es director del Departamento de Economía Agrícola Universidad del CEMA
- 1
- 2
Se vende mañana: un fiscal detectó irregularidades en la inminente subasta de un edificio del INTA y pide evitar “posibles hechos de corrupción administrativa”
- 3
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos
- 4
El panorama de precios para 2025 obliga a diferenciar escenarios por productos