Según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires para el ciclo 2021/2022, la oleaginosa cubrirá 16,5 millones de hectáreas, el menor registro desde 2006; el maíz, con 7,1 millones de hectáreas para grano comercial, marcará otra expansión. Pese a menores precios, se aguarda otra buena cosecha general con exportaciones por más de US$35.000 millones
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La siembra de soja en la Argentina, el principal cultivo en área, caerá al menor nivel de los últimos 15 años. Su superficie sufrirá un retroceso por sexta campaña consecutiva. En cambio, la implantación de maíz crecerá por séptimo ciclo agrícola seguido y alcanzará una cobertura récord. Para sorpresa, además, el maíz tendrá una contribución en el Producto Bruto Agrícola casi tan importante como el de la soja.
Estas proyecciones se desprenden de una estimación para la campaña 2021/2022 efectuada hoy por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Forman parte de un cálculo para seis cultivos, esto es, además de soja y maíz, las producciones de girasol, sorgo, cebada y trigo (los últimos dos ya implantados).
Esos seis cultivos representarán en 2021/2022 una superficie total de 34 millones de hectáreas, una expansión del 2,1% versus la campaña pasada. En tanto, arrojarán una producción de 129,8 millones de toneladas, un crecimiento del 7,2% respecto del ciclo anterior. No será una cosecha récord, ya que, según esta entidad, eso se registró en 2018/2019 con 136,9 millones de toneladas.
En tanto, con una proyección de menores precios, aunque siguen en niveles altos, las exportaciones de granos y subproductos de esas seis cadenas rondarían los US$35.577 millones, una merma del 3% versus el ciclo 2020/2021. En tanto, la recaudación fiscal por impuestos -retenciones y otros- se proyecta en US$14.630 millones, una reducción del 4,5%.
Puntualmente para la soja, como dato revelador la superficie de siembra, que se inicia el mes próximo, quedaría en 16,5 millones de hectáreas, una disminución del 2,4% versus el ciclo anterior. Una cobertura similar se registró en el ciclo 2006/2007, con 16,1 millones de hectáreas.
Para marcar un contraste, la superficie más alta con soja se registró en 2015/2016, con 20,1 millones de hectáreas. Vale recordar que durante la presidencia de Cristina Kirchner se intervinieron los mercados de trigo y maíz, lo que afectó el crecimiento de estos cultivos. En cambio, así se favoreció a la soja.
Para Agustín Tejeda Rodríguez, economista jefe de la Bolsa de Cereales porteña, “hay un estancamiento en soja” que tiene que ver en parte con los derechos de exportación. Mientras el maíz tributa un 12% de retenciones, la soja está en el 33% para el grano.
Estancamiento
Además, según indicó, hay un tema vinculado con la tecnología y los rindes que también influyen en el estancamiento. Esto último tiene que ver con “la falta de premio a la investigación y desarrollo” para la industria semillera, que viene demandando una nueva ley de semillas.
En tanto, por el lado de la producción, en soja se aguarda una cosecha de 44 millones de toneladas, una mejora del 2,1% versus el año pasado tras una campaña marcada por la sequía.
En el caso del maíz, la entidad prevé una siembra récord de 7,1 millones de hectáreas para grano comercial. En producción también se lograría un valor histórico de 55 millones de toneladas. Se trata de crecimientos del 7,6 y 8,9%, en superficie y producción respectivamente, versus el año pasado.
“Son números impensados años atrás”, graficó Tejeda Rodríguez respecto de la situación para la soja y el maíz. El experto participó de la presentación de proyecciones junto a Esteban Copati, jefe de Estimaciones Agrícolas de la entidad. Copati explicó que en la soja no solo hay un efecto por “reducción del área total”, sino también por un cambio de la distribución entre soja de primera (desde octubre se implanta) y de segunda siembra (se hace luego del trigo). Hace 10 años, la segunda opción de siembra, que tiene un menor potencial de rinde respecto de la siembra de primera, cubría un 15% del área. Ahora ronda el 35%. “La producción se encuentra limitada no solo por la reducción del área, sino por el cambio de la distribución”, detalló.
Para agregar, es la primera vez que la Bolsa de Cereales porteña da a conocer una estimación de campaña de granos gruesos previendo desde su inicio una mayor cosecha de maíz antes que de soja. Para el maíz, en área será la séptima campaña consecutiva de crecimiento. La tendencia se consolidó cando el gobierno anterior removió las trabas para exportar.
En este contexto, la cadena del maíz viene creciendo en contribución en el Producto Bruto Agrícola. Para 2021/2022, sobre US$42.030 millones de Producto Bruto Agrícola -una baja del 6,6% versus el año pasado- la soja aportará el 42,8% y el maíz el 40,9%. Para comparar, en el ciclo 2015/2016 la soja aportaba el 58% y el maíz el 29%. El Producto Bruto Agrícola considera impuestos, insumos, transporte y, entre otros rubros, por ejemplo hasta que una vaca o un pollo comen el cereal. No toma el producto final.
Mientras la soja perdió más de 15 puntos porcentuales en el Producto Bruto Agrícola, en ese período el maíz ganó más de 12 puntos porcentuales.
En la jornada de la Bolsa de Cereales porteña también se mostró cómo, mientras en otros países los productores tienen una mejora en su ingreso a través de políticas oficiales como subsidios y programas, en la Argentina ocurre lo contrario, según datos de la OCDE. Así, mientras en la Unión Europea los subsidios representan el 19,5% de los ingresos de los agricultores y en Estados Unidos eso ronda un 12%, en la Argentina políticas como las retenciones y las transferencias por menores precios a otros sectores de la economía hacen que el ingreso del productor se reduzca un 24,3%.
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