Dicen que el abrazo es una muestra de cariño en casi todas las culturas. Sin embargo, en la política, se conoce como el “abrazo del oso” a la aparente demostración de afecto que en el fondo encierra una trampa. Y eso pienso que es lo que está haciendo el Gobierno en general y el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca, con el sector agropecuario, aunque se diga que son proclives al diálogo y a la búsqueda de consensos y que, por tal motivo, apoyan el armado de mesas sectoriales donde estén representados todos los actores de las cadenas agroindustriales.
Pues bien, si ya se le mintió al sector ganadero diciendo que se eliminarían los cupos de exportación, pero mantuvieron la prohibición de exportar siete cortes y limitaron los volúmenes de ciertas categorías (lo que hace falsa cualquier afirmación de eliminación de cupos y cuotas), acaban de asestarle otro golpe al sector, instalando formalmente los cupos a la exportación de maíz y trigo, aunque se lo llame: establecimiento de “volúmenes de equilibrio”, para abandonar por un momento la falacia de los saldos exportables. Y se lo hace a través de la sanción de la Resolución 276/21 por la que la Subsecretaría de Mercados Agropecuarios puede revisar cuando quiera esas cuotas llamadas sarcásticamente “volúmenes de equilibrio”.
El ministro justifica dicha medida en declaraciones a este mismo diario diciendo que “la cadena la considera necesaria para dar previsibilidad y confianza, y resguardar lo que necesitan los argentinos para consumir” y que “los datos surgen de la Mesa Sectorial que se institucionalizó para construir las decisiones que les den previsibilidad y confianza a los productores, para que estos no sean rehenes de medidas extemporáneas e intempestivas que solo benefician a las grandes exportadoras”.
Es el abrazo del oso que mete a todos en la misma bolsa y los convierte en coautores y responsables de semejante medida. Es decir, se nos dice indirectamente que los actores de la cadena agropecuaria destruyen de común acuerdo entre todos la transparencia y la libertad del mercado granario para el bien de productores y consumidores.
Sería bueno que cada actor de la cadena diga públicamente y a viva voz si está de acuerdo con la medida, para que toda la sociedad lo sepa. Que se enteren los productores si quienes dicen representarlos están de acuerdo con la instalación de estos cupos o cuotas móviles que distorsionarán los precios de a tramos en el tiempo (al afectar la demanda potencial) y según la voluntad de los políticos y burócratas de turno. Que digan a su vez los consumidores, si este tipo de medidas alguna vez en la historia los beneficiaron con bajas en los precios del pan o de los pollos.
Espero que cada uno de los actores de la cadena no se presten más a esta farsa de consensos firmando actas que los terminan encerrando en el “abrazo del oso” y que prefieran defender los principios que asegurarán la libertad de comercio a mediano y largo plazo.
El autor fue subsecretario de Mercados Agropecuarios
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