Los productos biológicos están llamados a ser los protagonistas de la “nueva agricultura”, que podrían dar respuesta a muchos de los cuestionamientos que se le hacen a la industria
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En el marco de nuevas reglamentaciones que promueven una agricultura más sustentable y una producción más consciente, vuelve a ponerse en agenda una vieja demanda del mercado agropecuario: el uso de productos biológicos en los cultivos extensivos.
Los productos biológicos están llamados a ser los protagonistas de la “nueva agricultura”. Aunque hace algunos años su uso complementa a los productos químicos, y solo en algunos casos funcionan como sustitutos de los mismos, hoy en día pasaron a tener una alta participación en la producción de los cultivos.
De alguna manera, nos gusta compararlos con el “auto eléctrico” del agro. Si bien sabemos que el futuro va para ese lado, todavía no conocemos cuán rápido será extensivo su uso, cuánto lo combinaremos con los productos tradicionales, o cuál será la tecnología que los provea en forma definitiva. Lo que sí sabemos con certeza es que llegaron para quedarse.
¿Qué son los productos biológicos? Son sustancias producidas por un organismo vivo o sus subproductos que se elaboran a partir de bacterias, hongos, virus e insectos, o con extractos naturales obtenidos de plantas y subproductos de alguna industria biológica.
Actualmente, son utilizados en la producción agrícola para promover el desarrollo de las plantas o bien para controlar plagas y enfermedades, usos para los que habitualmente se utilizaban solo sustancias de origen químico. Su utilización intenta disminuir o sustituir el uso de estos últimos con el objetivo de realizar una producción más sustentable y en definitiva obtener alimentos más saludables y naturales.
Hace más de tres años, ADBlick Granos viene trabajando en la utilización de este tipo de elementos a escala probando distintas alternativas y midiendo respuestas principalmente en cultivos de trigo, cebada y girasol. En la presente campaña, por ejemplo, estamos testeando esta tecnología en 20.000 hectáreas, con distintas empresas asociadas y productos biológicos, trabajando conjuntamente con los equipos de I+D de todos los que intervenimos en la producción.
Para testear esta tecnología es importante combinarla con agricultura de precisión con el objetivo de verificar su impacto por ambiente y por cultivo. Los resultados obtenidos en trigo y cebada con la utilización de promotores de crecimiento (PGPR) son alentadores, ya que hasta el momento hemos logrado diferenciales promedio del 4% en el rendimiento (promedio de tres años 3% y 5%). A partir de estos resultados, la decisión para la próxima campaña será utilizarlos como tratamiento de semilla en el 100% de la superficie destinada a cultivos de fina.
También testeamos sobre 8000 hectáreas de trigo y cebada, bioestimulantes con aumentos promedio del 2% al 5%, donde la mejor performance de estos productos la obtuvimos en aquellos cultivos que sufren algún estrés por helada, encharcamiento o altas temperaturas.
Si bien consideramos que los insumos biológicos están en una etapa temprana de desarrollo, creemos que su impacto en el gran cultivo y la diferenciación comercial de producto será creciente en un futuro no tan lejano. Efectivamente, de acuerdo a las pruebas que venimos realizando, mejora la producción que obtenemos y además nos permiten reducir y paulatinamente reemplazar el uso de agroquímicos en la siembra a escala: es bueno para el productor, pero también mejora la calidad y sustentabilidad del alimento que obtenemos.
Claramente no podemos predecir el futuro, pero todo indica que estamos entrando en una nueva etapa en la dimensión de los cultivos extensivos, en la que el enfoque en la sustentabilidad y la aplicación de productos naturales, comienzan a resonar como tendencia.
Otro punto a tener en cuenta, es que esta novedad requiere mayor inversión en tecnología y, sobre todo, en análisis de datos. En este sentido, se trata de una innovación que hoy no está al alcance de todos los productores. Sin embargo, en el campo se trabaja de forma colaborativa y asociativa y definitivamente nos beneficiamos todos con la incorporación de biológicos a los diversos sistemas de siembra.
Confiamos que cooperativamente el recurso biológico se irá extendiendo a medida que obtengamos mayores resultados al respecto y surjan más y mejores productos biológicos para implementar en la producción.
A nivel internacional, en los últimos años hay un gran interés ya que son cada vez más los mercados que exigen productos ambientalmente sustentables y más seguros para la salud. En este sentido, los productores debemos convencernos que el uso de biológicos es el nuevo rumbo.
En la Argentina es utilizado por una minoría de productores y eso se debe a que hay que trabajar más en ensayos locales, mayor difusión y demostrar sus beneficios. La expectativa es muy grande y muy alentadora. Los productos biológicos podrían dar respuesta a muchos de los cuestionamientos que se le hacen a la industria.
El autor es gerente de Calidad de ADBlick Granos
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