La posición septiembre del cereal cayó de 190,25 a 186,80 dólares por tonelada; para la oleaginosa, el mismo contrato retrocedió de 496,77 a 491,36 dólares; ambos productos acumularon tres semanas negativas consecutivas
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Los precios del maíz y de la soja bajaron hoy en la Bolsa de Chicago, pese a que un par de horas antes del fin de las operaciones el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA, por sus siglas en inglés) redujo sus estimaciones sobre los volúmenes a cosechar de ambos granos estadounidenses en la campaña 2023/2024. El cereal y la oleaginosa completaron tres semanas negativas consecutivas para sus cotizaciones.
Al momento de fijar los ajustes, las pizarras reflejaron bajas de US$3,45 y de 3,54 para las posiciones septiembre y diciembre del maíz, cuyos valores de cierre fueron 186,80 y 191,82 dólares por tonelada. En la semana la caída acumulada fue del 2,1% frente a los precios del viernes anterior, de 190,64 y de 195,76 dólares. Sin embargo, al cabo de tres segmentos comerciales negativos consecutivos, estos contratos ya perdieron un 10 y un 9,1% en la comparación con los 207,47 y los 211,11 dólares vigentes al 21 de julio.
En su informe mensual con las estimaciones sobre oferta y demanda de granos en el nivel mundial, el USDA redujo hoy de 389,15 a 383,83 millones de toneladas su previsión sobre el volumen de la producción estadounidense de maíz, un dato que la ubicó por debajo de los 384,45 millones calculados por los operadores y que, además, la bajó de la categoría de cosecha récord, al quedar por detrás de los 384,78 millones del ciclo 2016/2017.
Ese ajuste en la expectativa de producción estuvo fundado en rindes promedio ahora calculados en 109,90 quintales por hectárea, contra los 111,41 quintales proyectados en julio y frente a los 110,16 quintales augurados por los privados en los días previos a la publicación del reporte oficial.
Entre las razones que llevaron al mercado a prolongar su racha negativa y a restarle valor a lo publicado por el USDA para Estados Unidos se destacó la presión que sigue ejerciendo la entrada en el circuito comercial de la cosecha récord de maíz brasileño. Y, al respecto, el organismo elevó hoy de 133 a 135 millones de toneladas el volumen de la producción que actualmente se está levantando en Brasil, en tanto que las exportaciones las volvió a proyectar en 56 millones de toneladas, volumen que mantiene al país sudamericano en la cima de los proveedores mundiales.
La Argentina también tuvo su cuotaparte en la tónica bajista del maíz en Chicago por el aumento de las ventas por parte de los productores en plena vigencia del nuevo dólar agro, que reconoce 340 pesos por cada dólar aplicado a la comercialización del cereal. En lo que va del régimen cambiario especial para el grano grueso –se oficializó el 25 de julio y rige hasta el 31 del presente mes– fuentes privadas calculan que se negociaron cerca de 7 millones de toneladas, entre operaciones a remitir y fijaciones.
Vale destacar que si bien el volumen de las exportaciones argentinas 2022/2023 será inferior al del ciclo 2021/2022 por las consecuencias de la sequía –la Secretaría de Agricultura de la Nación calcula una caída de 34,68 a 26 millones de toneladas–, la presión sobre el mercado está dada por la aceleración en las ventas y por su ingreso en paralelo con el grueso de la oferta brasileña.
Hoy el USDA mantuvo en 34 millones de toneladas su estimación sobre el volumen de la producción argentina de maíz 2022/2023, en línea con lo proyectado por la Bolsa de Comercio de Rosario y por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
En cuanto a la soja, las pizarras de Chicago reflejaron hoy quitas de US$5,41 y de 3,95 sobre los contratos septiembre y noviembre, cuyos ajustes fueron de 491,36 y de 480,42 dólares por tonelada. En la semana la caída acumulada fue del 3,6 y del 2% frente a los valores del viernes anterior, de 509,64 y de 489,89 dólares por tonelada. Como en el caso del maíz, la oleaginosa hilvanó así tres semanas bajistas seguidas, en las que las posiciones antes citadas perdieron un 6,8 y un 6,7% de su valor en la comparación con los precios vigentes al 21 del mes pasado, de 527,07 y de 515,06 dólares.
En su informe mensual hoy el USDA ajustó de 117,03 a 114,45 millones de toneladas su estimación sobre la cosecha estadounidense de soja 2023/2024 y la ubicó por debajo de los 115,56 millones calculados por los operadores. Ese recorte tuvo como razón un rinde promedio ponderado por el organismo en 34,23 quintales por hectárea, inferior al dato del reporte de julio, de 34,97 quintales, y a los 34,50 quintales previstos por los privados.
La causa por la cual hoy el mercado desoyó los datos aparentemente alcistas publicados por el USDA fue el clima. Ocurre que la soja está en la etapa de definición de rindes en los campos y en las últimas semanas las condiciones ambientales se volvieron más amigables para los cultivos, con lluvias algo más regulares sobre las regiones productoras del cinturón sojero/maicero. Tanto es así que ayer el USDA redujo del 51 al 43% la superficie cubierta con soja que experimenta algún nivel de sequía, con los mayores aportes de humedad concentrados sobre el centro/este de la zona núcleo (Illinois, Indiana y Ohio).
Lo que suceda en materia de clima y cultivos en las próximas tres a cuatro semanas dirá si el USDA tuvo razón al ajustar su expectativa sobre los rendimientos de la soja estadounidense o si, por el contrario, deberá volver a elevarlos en el informe del 12 de septiembre.
Para Sudamérica hoy el USDA no modificó sus proyecciones, dado que mantuvo las cosechas 2022/2023 de Brasil y de la Argentina en 156 y en 25 millones de toneladas, respectivamente.
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