Anuncian que la harina del trigo transgénico ya se usa para pan y empanadas en el país

En la Argentina ya se comercializa harina elaborada con trigo transgénico HB4, que es tolerante a sequía.

Así lo informó la empresa Bioceres en el marco de un encuentro que realizó para presentar los resultados de la incorporación de esta tecnología en el cereal. La compañía, que logró aprobar el desarrollo en la Argentina y otros mercados, detalló que ya trabajan con 27 molinos y están en la etapa final para incorporar más.

“La aceptación es cada vez mayor, cada vez son más molinos los que nos piden. Estamos trabajando con más de 25 molinos y también plantas de producción animal. Para muchos nos hemos convertido en un proveedor estratégico, que están buscando no solamente que seamos fluidos vendedores durante el año, sino también saben que tenemos calidad, materiales segregados y que les podemos dar exactamente lo que necesitan”, indicó Ezequiel Bosch, responsable de la comercialización del trigo. Vale recordar que Raquel Chan, investigadora del Conicet y la Universidad Nacional del Litoral, fue quien descubrió un gen de tolerancia a sequía en el girasol, lo que facilitó el traslado a soja y trigo.

En la presentación de la empresa, donde se dieron a conocer resultados de la tecnología a campo, se conoció el caso de un industrial molinero que dijo que trabaja con este producto para sus clientes.

Agustín Forzani, de Molino Esmeralda, señaló que el 60% de sus clientes son panaderías y un 5 a 10% fábricas de pastas y empanadas. Este molino lleva procesadas en las últimas dos campañas unas 10.000 toneladas con el cereal transgénico.

“No hemos tenido quejas de ningún tipo. Algunos de nuestros clientes se enteraron, pero les mostramos los datos y no tuvimos problemas. Lo que a ellos les interesa es que no cambie la calidad y poder seguir trabajando de la misma manera. Nosotros lo procesamos, lo mezclamos con cualquier harina o trigo”, explicó.

Según detalló, para la región centro oeste de Santa Fe, donde opera la firma, la campaña de trigo 2021/2022 fue voluminosa en cantidad pero mala en calidad. “El 50% del trigo que recibimos no tenía calidad panadera y el 60% no pasaba los 22 de gluten [un párametro de análisis]. Por eso el año pasado les dijimos a los de Bioceres que les iba a comprar más, pero que necesitaba que sea 27 de gluten o superior para compensar lo malo que tenía. Como ellos lo tienen todo segregado, dividido y diferenciado por calidades me plantearon que en mi zona me podían entregar hasta 8000 toneladas”, agregó.

“Así lo hicimos y prácticamente me salvaron el año porque se me iba a hacer muy difícil conseguir trigo con la calidad que necesitaba que fue un problema que tuvieron los molinos de mi zona. Por eso se convirtió en un cliente estratégico y la campaña pasada fue el cliente más grande porque del resto de los productores empecé a recibir menos porque no tenían calidad”, indicó Forzani.

Rindes

Por otra parte, se habló del impacto de la tecnología a campo luego de la fuerte sequía. En los últimos tres años, el rinde en ambientes de menos de 2000 kilos por hectárea fue 38% a favor del cereal versus el trigo común. Puntualmente en la campaña pasada se llegó a 51%.

En ambientes de 2000 a 4000 kilos fue un 27% mayor, con un 15% específicamente el último ciclo. En tanto, en los que suelen rendir más de 4000 kg fue un 23% adicional en los últimos tres años y 2% extra en la campaña 22/23. El promedio total de diferencias de rendimiento en la suma de todos los ambientes fue de 22% a favor de la tecnología desarrollada por Bioceres.

Por otro lado, compararon la variedad HB4 de mejor rendimiento en la campaña 2022/23 con la variedad comercial más sembrada de la Argentina de ciclo equivalente. Según informaron, el rendimiento fue 16% mayor para la variedad transgénica en promedio para todos los ambientes.

Más precisamente, en los ambientes de menos de 2000 kg/ha el promedio de diferencias de rendimiento subió al 40% con una tasa de 75% a favor de HB4. En ambientes de entre 2000 y 4000 kilos por hectárea el promedio fue de 8% con una “tasa de éxito” de 55% a favor de la nueva tecnología. El promedio de diferencia se redujo a 6,8% a favor en ambientes de más de 4000 kilos por hectárea.

“Los resultados son claros: los rendimientos de HB4 pueden tener una diferencia a favor de hasta 40%. Este es el potencial que tiene el gen HB4 en base a los ensayos realizados con isolíneas. Los resultados superaron nuestras expectativas este año. Eso nos da un potencial de crecimiento cada vez más grande”, indicó Alexandre García, director de la unidad de semillas de la firma.

Carlos Becco, quien fue moderador del encuentro, se refirió al impacto económico en las cuentas públicas e indicó que si el trigo HB4 puede rendir unos 400 kg por hectárea más que una variedad sin esta tecnología daría como resultado “US$300 millones más por campaña y el fisco se llevaría una tercera parte”.

“No me imagino un futuro sin trigo HB4″, manifestó Guillermo Irastorza, un productor agropecuario del sudoeste de la provincia de Buenos Aires que sembró este cultivo transgénico en su campo durante los últimos tres años.

Según indicó, en la campaña 2020/2023 produjeron 2500 kilos por hectárea, solo 100 kg más que el año anterior, siendo que llovió 130 milímetros más de junio a diciembre. Eso para el productor muestra que esta tecnología da una “estabilidad”.

“La campaña anterior había sido durísima y a pesar de todo dio muy poco por debajo que este”, manifestó.

La empresa presentó dos nuevas variedades que lanzará dentro del programa Generación HB4 en la campaña 2023/24: Iruya HB4 y Traful HB4. De esta manera, complementa su porfolio actual ofreciendo variedades para todo tipo de ambientes.

Para finalizar, García dijo que Bioceres sigue trabajando en “desarrollar nuevas variedades “para cubrir todas las zonas trigueras del país”.

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