Para el director General de la consultora SovEcon, los fondos de inversión seguirán achicando su posición vendida en Estados Unidos; el clima es adverso para la siembra de invierno en Rusia; dice que el riesgo bélico en la zona del Mar Negro continúa siendo un factor a seguir con atención
- 9 minutos de lectura'
En las últimas tres semanas el mercado internacional del trigo parece evidenciar un cambio de tendencia, desde un deprimido nivel de precios, que en las plazas de Estados Unidos osciló de 185 a 190 dólares por tonelada, a valores que ahora fluctúan de 210 a 220 dólares en Chicago y en Kansas.
En el medio cobraron relevancia los problemas de oferta en varios de los países productores de la Unión Europea, que en opinión del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos derivarán en exportaciones 2024/2025 del bloque por 31,50 millones de toneladas, contra los 37,87 millones del ciclo anterior; los fondos de inversión pasaron al lado comprador del mercado, urgidos por achicar una posición vendida que tocó niveles máximos históricos poco tiempo atrás, y la zona del Mar Negro sigue dando lugar para especular casi por igual con escenarios futuros alcistas o bajistas, según qué escena de la película se elija traer al primer plano, pero siempre lejos, claro está, del pico histórico de 523,69 dólares por tonelada tocado en Chicago días después del inicio de la vigente guerra entre Rusia y Ucrania, el 24 de febrero de 2022.
“Existe una alta probabilidad de que ya hayamos tocado fondo. Ahora estamos en una fase de consolidación y, hacia adelante, consideramos que el mercado mundial del trigo verá precios sustancialmente más altos que los actuales”, dijo en diálogo con LA NACION Andrey Sizov, director General de la consultora SovEcon, una firma especializada en el comercio agrícola desde la zona del Mar Negro.
–¿El nivel actual de los precios internacionales es representativo de la situación vigente en el mercado?
–En realidad, no. Una buena cosecha en Estados Unidos y un stock relativamente alto allí son un problema para los alcistas. Los agricultores estadounidenses necesitan vender más y lo están haciendo en cada repunte que marca el mercado. Pero no creemos que esta situación dure a lo largo del ciclo 2024/2025. De hecho, esperamos ver más temprano que tarde subas en Chicago que lleven el nivel de precios hacia los 245/255 dólares por tonelada.
–¿Cuánto del actual nivel de precios responde a los fundamentos del mercado agrícola y cuánto a la especulación de los fondos de inversión?
–Eso es imposible de medir. Pero digamos que los fundamentos propios del mercado agrícola no son los mayores protagonistas de la formación de los precios en este momento, especialmente si hablamos de un mercado relativamente pequeño como el del trigo en Estados Unidos.
–¿Qué análisis hace de la relación actual entre la oferta y la demanda mundial de trigo?
–La relación stock/consumo en los principales exportadores mundiales de trigo es la más baja desde la campaña 2020/2021. Por esto seguimos pensando que, desde los fundamentos, el trigo actualmente está demasiado barato.
–¿Cómo evalúa la caída de la oferta de trigo en la Unión Europea? ¿Quién podría usufructuar la demanda insatisfecha?
–Hasta ahora hemos visto una oferta relativamente fuerte de Rumania y de Bulgaria, pero creo que eso se acabará pronto. Y la disponibilidad de trigo para exportar en los dos principales productores de la Unión Europea, Francia y Alemania, disminuirá respecto de 2023. En parte, la demanda insatisfecha podría ser cubierta por Rusia, que todavía tiene mucho trigo gracias a unas existencias históricamente altas, y, tal vez, podamos ver algo de trigo argentino llegando al norte de África más adelante en la temporada agrícola.
–¿Cuáles son los factores de mercado a seguir con mayor atención?
–Entre los hechos que más interés generan y a los que habría que prestarle atención están la acción de los fondos de inversión, que ahora están liquidando sus posiciones cortas, pero que aún tendrían bastante más por cubrir; la relación entre el dólar y el resto de las monedas relevantes para el comercio agrícola; el rumbo de los índices generales de materias primas, que están cayendo, en particular, por su relación con el petróleo; las elecciones estadounidenses, dado que un retorno de Donald Trump a la Casa Blanca daría mayores chances a otra guerra comercial con China, lo cual sería bajista; la evolución del clima en la zona del Mar Negro que, de momento, no resulta favorable para la nueva campaña de trigo de invierno ruso; la guerra entre Rusia y Ucrania, que podría estar acercándose a otra ronda de escalada por los misiles iraníes que llegaron para el lado ruso y por el sistema de misiles de largo alcance –denominado Atacms– provisto por EE.UU. al lado ucraniano, y las eventuales regulaciones de las exportaciones rusas.
–¿Con qué volumen cerrará la cosecha de trigo en Rusia y qué relación tendrá con las estimaciones iniciales?
–La cosecha tiene aún algunas semanas por delante. Resta cerrar la recolección en los Urales y en Siberia, las principales regiones productoras de trigo de primavera. Nuestra última estimación es de 82,90 millones de toneladas, distante de los 94 millones de toneladas que esperábamos alcanzar a mediados de abril. La producción se redujo debido al tiempo seco y cálido durante buena parte de la evolución de los cultivos y a heladas tardías en mayo. También la superficie sembrada con trigo cayó por debajo de nuestras expectativas iniciales, ya que muchos agricultores intentaron cambiar a cultivos más rentables (con menos carga de impuestos), como la colza.
–¿Cómo están evolucionando las exportaciones rusas en lo que va del ciclo comercial 2024/2025 y qué estimación de exportaciones tiene SovEcon para toda la campaña?
–Hoy estimamos exportaciones de trigo por 48,10 millones de toneladas, por debajo de los 52,40 millones despachados en la campaña 2023/2024. Actualmente los envíos están un 7% por debajo de igual segmento de 2023, pero hace falta aclarar que, incluso con ese descenso, el ritmo de las exportaciones es alto, ya que la comparación se hace contra un ciclo que fue récord en materia de demanda. El inicio del ciclo de ventas –va de julio a junio– fue un poco lento debido a los precios FOB relativamente bajos y a la apreciación del rublo que, como resultado, llevó los márgenes de los comerciantes a casi cero. Pero ahora las cosas están mejorando para los exportadores: el FOB se mantiene relativamente estable, en torno de los 220 dólares; el rublo bajó, y los márgenes subieron.
–Con una cosecha menor a la de 2023, ¿imagina restricciones a las exportaciones rusas en la segunda mitad del año comercial, cuando habitualmente se impone una cuota?
–Es muy probable que se imponga una cuota de exportación de trigo de enero a junio, como lo viene haciendo el gobierno todos los años, pero hoy no sabemos cuán restrictiva será este año.
–Según el Ministerio de Política Agraria de Ucrania, en lo que va del ciclo comercial 2024/2025 Ucrania ya exportó 4,68 millones de toneladas de trigo, un 87,2% más que los 2,50 millones de igual segmento de 2023. ¿A qué obedece esta celeridad en los envíos?
–Con esa cifra actual está cerca de la media. Y sí, es sustancialmente superior a la del año anterior debido a que por entonces los despachos ucranianos estaban muy restringidos por la salida de Rusia del acuerdo para el corredor seguro de granos del Mar Negro.
–¿Qué cambió para que hoy nadie se preocupe por un acuerdo internacional para reestablecer un “corredor seguro” sobre el Mar Negro o por el “hambre en el mundo”, algo de lo que se habló mucho tras el inicio de la guerra?
–Básicamente, que los precios del trigo bajaron drásticamente. Hoy están por debajo del nivel de principios de 2022, cuando oscilaban de 275 a 290 dólares por tonelada.
–Los bombardeos rusos en Odessa y las represalias ucranianas contra la región de Crimea siguen ocurriendo con cierta regularidad. Sin embargo, esas acciones tienen un bajo impacto en la formación de los precios. ¿La guerra dejó de ser un factor de interés para el mercado?
–Los riesgos que conlleva la vigencia de la guerra en la zona del Mar Negro están fuera del radar del mercado por el momento. Para los operadores y para sus algoritmos técnicos, a pesar de la guerra, los envíos de Rusia y de Ucrania se realizarán sin interrupciones prolongadas. Personalmente, no estoy del todo de acuerdo con esta visión de la situación. El riesgo seguirá siendo elevado para el comercio desde la región hasta el final de la guerra, pero la prima de riesgo bélico ahora es muy probablemente cercana a cero.
–En otros momentos de la guerra, restringir las exportaciones de Ucrania parecía ser un objetivo del gobierno ruso, con ataques a las terminales portuarias (Mar Negro/río Danubio) y a la infraestructura ferroviaria. ¿Qué cambió para que Ucrania pueda ahora exportar de manera relativamente normal, sin acuerdos de buena voluntad? ¿El Kremlin dejó de considerar las exportaciones agrícolas ucranianas como un objetivo militar?
–Esta es una pregunta que nos hemos estado haciendo durante mucho tiempo. Nuestra teoría es que existe un acuerdo no oficial entre Rusia y Ucrania de no atacar los buques mercantes de la otra parte del conflicto bélico en el Mar Negro. Los pocos incidentes que tuvimos, incluido el de la semana pasada (NdlaR: el gobierno de Ucrania denunció un ataque ruso a un buque con trigo ucraniano en aguas bajo jurisdicción de Rumania, que pudo continuar viaje hacia su destino), probablemente se debieron a hechos involuntarios.
–En vista de la nueva campaña agrícola en Rusia, ¿cómo se presenta el clima para la siembra del trigo de invierno?
–En las principales regiones productoras de Rusia tenemos las peores condiciones ambientales en muchos años. El avance de la siembra de invierno –responde por cerca del 70% de la oferta total– es el más lento en más de una década por la falta de lluvia y el clima cálido. Los agricultores están plantando sobre el polvo, esperando que llueva más adelante. Es eso o no sembrar y recortar el área destinada al cereal. En Ucrania la situación se ve mejor, ya que las zonas agrícolas están recibiendo mejores registros de lluvia para sus cultivos de invierno.
–¿Cuál es el mes clave para la siembra del trigo de invierno ruso?
–Depende de la región. La ventana de siembra se cierra en el transcurso del presente mes en el valle del Volga; en septiembre/octubre en el centro del país, y en octubre/principios de noviembre en el sur. Pero como señalé anteriormente, de momento, el clima es extremadamente hostil para la nueva campaña por la sustancial falta de humedad en casi todas las regiones productoras de trigo de invierno.
Otras noticias de Mercado de granos
- 1
Nuevas tecnologías: un fondo del agro juntó US$2,8 millones e invirtió en 10 empresas
- 2
“Moderna y equilibrada”. Beneplácito en el agro de Entre Ríos por la nueva ley de aplicaciones de fitosanitarios
- 3
Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos
- 4
Premio: un reconocido toro Angus argentino se coronó subcampeón del mundo