Hay diversos hechos que aceleran el aprendizaje de los estudiantes y jóvenes profesionales
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El profesional del agro que se dedica al asesoramiento o a la producción seguramente ha tenido que transitar un largo camino hasta adaptarse al rol que le toca cumplir. Experiencias relacionadas con el manejo de los cultivos y los animales, con la gestión de los insumos y las labores, con el relacionamiento con proveedores y contratistas y con otros aspectos del negocio agropecuario y su cadena de valor, no las vivió en la facultad.
Posiblemente, durante los primeros meses de trabajo, acompañó a la persona encargada de enseñarle y mientras cebaba mates y abría las tranqueras, le preguntó absolutamente de todo. Sobre malezas, plagas, agroquímicos, variedades e híbridos, fechas de siembra, cartas de porte, mercados y mucho más.
Siempre con el afán de aprender rápido y empezar a ser productivo lo antes posible. Pero todo eso, sin dudas, le llevó mucho tiempo porque los ciclos en el agro son muy largos. Por lo que pasaron, al menos, dos, tres o cuatro campañas hasta que se empezó a sentir más seguro y confiado en su rol.
Pero todo cambia, y en los últimos años esta realidad lo está haciendo a una velocidad sorprendente. Los futuros profesionales, mientras estudian, tienen acceso a todo tipo de información. Incluso a aquella a la que hasta hace poco se accedía únicamente yendo al campo. Hoy cuentan con apps que los ayudan a reconocer malezas, a saber cómo controlarlas e incluso a visualizar el costo y el impacto ambiental que van a causar al hacerlo. También pueden conocer el estado de los cultivos a partir de imágenes satelitales y proyectar el resultado del negocio en base a ello. Toda esa información la pueden obtener de manera gratuita, en cualquier momento y lugar, y desde la comodidad de sus teléfonos.
En simultáneo, las empresas del agro, desde la más chica y hasta la más grande, agregan mucho contenido de valor en sus webs y redes sociales. Muestran qué está pasando en el día a día del campo, invitan a participar de juegos educativos, ponen notas de interés, podcasts, webinars y vivos con expertos en diversos temas.
Hoy se cuenta con apps que ayudan a reconocer malezas, a saber cómo controlarlas e incluso a visualizar el costo y el impacto ambiental que se va a causar al hacerlo
Todo esto acelera la velocidad de aprendizaje de los estudiantes y de los jóvenes profesionales y les brinda una constante actualización de lo que pasa en el sector.
Si bien siempre será necesaria la valiosa experiencia de quienes llevan varias campañas en sus hombros para que tengan una buena formación, este abanico de oportunidades que los rodea les permitirá empezar a agregar valor desde una etapa temprana.
Como opiné en una nota anterior, hoy los jóvenes tienen la posibilidad de demostrar confianza, proactividad e innovación. Valores que serán muy bienvenidos en las organizaciones y que junto a las “canas” de quienes los reciban serán la mejor combinación para seguir desarrollando el gran ecosistema del agro argentino.
El autor es ingeniero agrónomo y CEO & fundador en AgroPro
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