“Agravan la situación”: reportan importantes pérdidas en la recta final de la campaña agrícola

Luego de las intensas lluvias de los últimos días, en el campo hay preocupación por las pérdidas de rendimiento en los cultivos que se cosecharán apenas el tiempo lo permita. En el sur de Santa Fe, los productores ya reportan pérdidas de al menos el 20% en la producción de soja debido a los excesos hídricos. Además, hay problemas relacionados con la destrucción de pasturas y dificultades para la actividad de los tambos debido a las complicaciones para transportar la leche por caminos en mal estado.

“Estas lluvias están causando un daño relativamente importante. En primer lugar, estamos en plena época de cosecha y no se puede trabajar no solo por la lluvia, sino también por la falta de firmeza en el suelo, que es un obstáculo para levantar los cultivos y para el picado de maíz. Además, también se deteriora la calidad del cereal y la oleaginosa. Esto convierte esta situación en un problema grave para la generación de recursos, que son vitales tanto para el sector como para el país”, alertó Sara Gardiol, presidenta de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe (Carsfe). Según detalló, en el sur santafecino hay localidades donde en lo que va del mes ya superaron los 400 milímetros.

En rigor, desde el viernes pasado hubo importantes precipitaciones en gran parte del área agrícola, con registros que superaron los 140 mm, sumándose a las ya significativas lluvias del último mes. En Bolívar llevan acumulados desde el último viernes 191 mm; Junín, 189 mm; Nueve de Julio, 183 mm; Marcos Juárez, 160 mm; Venado Tuerto, 133 mm.

La presidenta de Carsfe detalló que la situación más crítica en Santa Fe se vive desde el departamento San Lorenzo hacia el sur, una región principalmente agrícola, donde la ganadería bovina también juega un papel importante. También en esta región, indicó, hay tambos que, si bien no representan mucha cantidad, son significativos en cuanto a volumen de producción. “Los inconvenientes que hay son que la pastura es muy maltratada porque el animal circula”, dijo. También se refirió a los inconvenientes en los caminos para poder sacar la producción.

En Venado Tuerto, una de las localidades del sur santafecino, los efectos del exceso de lluvias comenzaron a hacerse sentir. Noelia Castagnani, presidente de la Sociedad Rural de esa localidad, detalló que en los últimos días se registraron lluvias superiores a los 100 mm, alcanzando en algunos campos entre 150 y 160 mm. “Esta situación provocará una disminución en el rendimiento de la soja de primera, especialmente en las áreas bajas, estimada en un 20%. Hasta que el agua se retire y las máquinas puedan ingresar, no sabemos qué cantidad podremos cosechar”, señaló.

Por otro lado, destacó el lento avance de la cosecha. “La soja aún no estaba completamente madura; las máquinas operaban a un ritmo muy lento, con una ventana de trabajo muy corta. Solo se había completado un 30% de la cosecha. A esta altura del año, deberíamos haber avanzado al menos un 10% más. Las fuertes lluvias provocarán la apertura prematura de las vainas y la pérdida de granos hasta que los campos se sequen”, dijo.

En esta línea, comentó sobre la soja de segunda, que está más atrasada en su ciclo. “No vamos a tener mucha pérdida de rendimiento. En tanto, el maíz temprano se cosechó casi todo; quedan algunos lotes; el maíz tardío venía mal por la chicharrita [plaga que transmite una enfermedad que genera fuertes pérdidas]”, remarcó.

Nicasio Tito, presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), alertó que las lluvias de los últimos días empeoraron el estado de los caminos rurales que ya estaban deteriorados. “Los caminos rurales secundarios y terciarios están destrozados. Estas lluvias agravan la situación principalmente en el norte y el centro de Entre Ríos, donde las tierras son más complicadas. Estamos en la época de salida de la producción y, por esta razón, estamos teniendo importantes pérdidas no solo por las dificultades para sacar los cereales, sino también porque los camiones no pueden entrar a los campos para sacar hacienda con destino comercial y tampoco la producción láctea”, relató.

Además, señaló que esta semana se tuvieron que suspender una gran cantidad de remates por las dificultades que tuvieron los productores para llevar la hacienda. “Cuando los productores no pueden llevar el rodeo, afecta al propio gobierno provincial en la recaudación, y esto repercute en la producción del sector privado”, agregó.

Describió que, pese a la situación, las lluvias “son necesarias para el campo comparándolas con el año pasado [de sequía]”. Agregó: “Quizás un poco de exceso en este momento, pero nunca está de más, aunque está afectando la trilla del maíz de segunda y la trilla de la soja y la producción tambera”.

En este contexto, los mapas del balance hídrico en el suelo reflejan cambios importantes. Natalia Gattinoni, especialista del Instituto de Clima y Agua del INTA, explicó que al miércoles pasado se observaba cómo el norte de Buenos Aires, Entre Ríos, Santa Fe y el este de Córdoba ya tenían condiciones hídricas cercanas al máximo disponible. Ahora, tras las últimas lluvias, según indicó “es probable que estas áreas estén muy cerca del 100% de saturación, lo que favorece condiciones de exceso”.

“Aunque los datos no nos permiten visualizar los excesos hídricos en la superficie, podemos inferir que la cantidad de lluvia registrada probablemente haya causado inundaciones y áreas anegadas, lo que puede traer complicaciones. Sin embargo, es importante señalar que este exceso de agua puede considerarse positivo en términos de reserva para la siembra y el período invernal, que suele ser más seco desde el punto de vista climático. Esta recarga de los perfiles hídricos puede ser beneficiosa en este contexto”, dijo.

Conforme a los criterios de

Conocé más

“Bajo amenaza”. Estados Unidos y Brasil acechan el liderazgo de la Argentina en un negocio que aporta US$10.000 millones

Contrabando de huevos. Hablaron con Patricia Bullrich y ya lograron bajar 70% un delito exponencial

Opinión. Zonas de exclusión: no es el glifosato sino el asfalto el que mata la vida biológica de los suelos