La Alianza Internacional de Maíz asesora a Uganda para la adopción de un marco regulatorio de los transgénicos
La Alianza Internacional de Maíz, Maizall, organizó la visita a Brasil y la Argentina de una delegación de funcionarios de alto rango del gobierno de la República de Uganda, quienes vinieron a conocer el marco regulatorio para la aprobación y uso comercial de organismos genéticamente modificados (OGM) en la agricultura en ambos países.
Esta colaboración es importante ya que desde distintos ámbitos se envían mensajes que indican que cualquier actividad agrícola, ganadera, forestal o agroindustrial en un país en desarrollo tiene como consecuencia la destrucción del ambiente y no su cuidado o mejora para futuras generaciones.
Hoy se están creando nuevos instrumentos sofisticados, que en muchos casos no tienen sustento científico alguno, con el objetivo de fundamentar el proteccionismo comercial y frenar el desarrollo agropecuario y bioenergético. Esto se ha intensificado en los últimos años a partir de la aparición de la biotecnología, del aumento de la demanda de proteínas vegetales y de los biocombustibles.
Por eso, desde Maizall debemos transmitir por qué las prácticas de la agricultura sostenible y todas las tecnologías vinculadas son fundamentales para el desarrollo y el cumplimiento de los desafíos de la humanidad. Es clave que la sociedad entienda que la biotecnología no beneficia solamente a los productores, sino también a los consumidores de alimentos y a los ecosistemas.
El año pasado, los diputados del Parlamento Europeo le pidieron a la Nueva Alianza para la Seguridad Alimentaria y Nutricional de África que no apoyara los cultivos genéticamente modificados (GM) en su continente. Como respuesta, el profesor Diran Makinde, director del Instituto de Bioseguridad de África, le reclamó al Parlamento Europeo que debería mantener sus principios de respeto a la dignidad humana, la libertad, la democracia, la igualdad, el estado de derecho y el respeto de los derechos humanos, y no oponerse a los esfuerzos de la Unión Africana para hacer uso de todas las tecnologías disponibles y beneficiosas para sus agricultores y consumidores.
Dentro de este marco, el presidente de Uganda ha solicitado que la moratoria de biotecnología que se aplica a ese país sea reemplazada con una ley que permita que en el futuro las investigaciones y aplicación de la biotecnología en el agro, la industria y la salud humana se desarrollen bajo una legislación adecuada que permita el desarrollo social y económico de ese país.
El objetivo de la misión fue la de comprobar in situ la realidad brasileña y la argentina, para luego elevar un informe al Parlamento de Uganda y colaborar con sus parlamentarios para que ellos puedan decidir sobre la ley de bioseguridad de ese país con mayores elementos de juicio.
En el caso de la Argentina, tenía especial relevancia la visita, ya que la Comisión Nacional Asesora en Biotecnología Agropecuaria (Conabia) fue designada Centro de Referencia Mundial en materia de Biotecnología Moderna y Bioseguridad por parte de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Por ese motivo, fueron recibidos en el Ministerio de Agroindustria por el secretario de Agregado de Valor, Néstor Roulet, y funcionarios del área de la Subsecretaría de Bioindustrias y de la Dirección Nacional de Biotecnología.
También fueron recibidos en el Ministerio de Ciencia y Tecnología por Alejandro Mentabery, coordinador ejecutivo del Gabinete Científico Tecnológico.
La agenda contempló una visita al INTA Central, donde pudieron intercambiar pareceres con su vicepresidente, Mariano Bosch, para luego dirigirse al INTA Castelar, donde fueron recibidos por las investigadoras que forman parte del Instituto de Biotecnología.
En lo que respecta al ámbito privado y académico, se reunieron con Gabriela Levitus, de Argenbio, Miguel Rapela, de la Asociación de Semilleros Argentinos, y Fernando Vilella, director del Departamento de Bioeconomía, Prospectiva y Políticas Públicas de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires.
Un punto de gran interés para nuestros visitantes fue conocer los pormenores de la siembra directa, tecnología en la que la Argentina es uno de los países líderes. Desde Aapresid nos acompañaron su presidente, Pedro Vigneau, y su ex presidenta, María Beatriz Giraudo.
En la visita al establecimiento Los Moros, de Trumil SA, en el partido bonaerense de Exaltación de la Cruz, pudieron apreciar en forma práctica los beneficios que conlleva el uso de la siembra directa y la biotecnología para los productores argentinos.
Las instituciones que conformamos Maizall –Abramilho, de Brasil; National Corn Growers Association y US Grains Council, de los Estados Unidos, y Maizar, de la Argentina– creemos que con estos intercambios con países del continente africano colaboramos eficazmente para la difusión de las prácticas modernas de la agricultura y el uso de la biotecnología, como medios idóneos para lograr la tan ansiada seguridad alimentaria global.
El autor integra el directorio de Maizall
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