María Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, consideró que las precipitaciones fueron abundantes en varias regiones, aunque no en todas, y favorecerán la implantación del cereal; la corredora Zeni reflejó un alentador cambio en la humedad de los suelos
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Las lluvias que se registraron en los últimos días permitirán que la superficie nacional con trigo no se achique como era el temor entre los expertos ligados al campo. Por las precipitaciones que se fueron dando, incluso en abril pasado según la Mesa Nacional de Monitoreo de Sequías, que agrupa a diversos organismos, se redujo en 10 millones de hectáreas el área nacional afectada por sequía, a 129 millones de hectáreas entre agricultura, forestación y ganadería. Para destacar, parte de la zona agrícola núcleo volvió a tener almacenajes adecuados de humedad después de once meses.
El mes pasado, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires proyectó en 6,7 millones de hectáreas la superficie con trigo a nivel nacional en un informe de precampaña. Luego, en una reciente presentación, redujo a 6,3 millones de hectáreas la previsión. Contra el año pasado, considerando esta última cifra se trata de una expansión de 200.000 hectáreas, pero, visto de otro costado, hay 400.000 hectáreas menos de lo que inicialmente se calculó, es decir, las 6,7 millones de hectáreas de la precampaña.
Vale recordar que el año pasado el cereal tuvo un derrumbe en su producción a causa de la sequía: la cosecha bajó un 50%. Ahora se prevé un salto del 45% para alcanzar a fin de año las 18 millones de toneladas.
“La verdad que las lluvias fueron hermosas, abundantes en muchas zonas”, dijo María Cecilia Conde, jefa de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires.
“Estas lluvias marcan un poco lo que esperábamos, que va a detener la caída del área sembrada, si bien algo va a bajar”, agregó en declaraciones a LED FM.
La experta señaló que tras las últimas precipitaciones habrá avances en la siembra. También apuntó que, no obstante, hay zonas del oeste de la región agrícola, como en la zona de General Villegas (Buenos Aires), y Córdoba, donde las precipitaciones no fueron abundantes. “En el oeste no se dieron las precipitaciones necesarias”, dijo.
A nivel país, el 68% del área sembrada se encuentra habitualmente en las regiones sur y centro este, que abarca gran parte de Buenos Aires, parte de Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos. En tanto, la producción en estas zonas representa casi el 80% del volumen nacional.
Para Conde, el “número” de 6,3 millones de hectáreas previstas para la siembra de trigo “se va a sostener”. El riesgo era que si no llegaban las precipitaciones podían restarse hectáreas.
Ayer, la Oficina de Riesgo Agropecuario (ORA), de la Secretaría de Agricultura, hizo un relevamiento sobre las últimas precipitaciones. Dijo: “Las lluvias registradas en el noreste de la provincia de Buenos Aires permitieron que esta zona saliera de la categoría de sequía que se venía manteniendo desde hace mucho, clasificándose las reservas actuales como regulares a adecuadas. Incluso en la cuenca baja del Salado se habrían generado algunos excesos”.
Sobre Santa Fe indicó: “En el centro de Santa Fe, donde ya se habían producido lluvias recientemente, las recargas determinaron también la generación de algunos excesos hídricos. En el sudeste de Entre Ríos las precipitaciones de esta semana cambiaron los almacenajes escasos previos por reservas excesivas”.
En base a la información disponible de la ORA, en la corredora Zeni destacaron: “Se han generado mejoras significativas en los patrones de humedad de cara a la siembra fina 2023/24, fundamentalmente en la denominada zona núcleo, que volvió a contar con almacenajes adecuados después de 11 meses. Es el caso del norte de Buenos Aires (como son los partidos de Rojas, Pergamino, Salto) y sudeste de Santa Fe (como los departamentos de Iriondo, San Lorenzo, Rosario y Constitución)”.
También aclararon dónde faltan más lluvias: “Los aportes pluviales resultaron insuficientes en áreas como el sudeste de Córdoba (norte de Marcos Juárez) noreste de La Pampa, noroeste de Buenos Aires (General Viamonte, Carlos Tejedor, Pehuajó, entre otros partidos) y extremo sudoeste de Buenos Aires (básicamente desde Bahía Blanca hacia el sur provincial)”.
Por su parte, en un informe el Instituto de Clima y Agua del INTA señaló sobre el trigo: “Podría aumentar la intención de siembra debido a las mejoras en la humedad de los suelos”. Y contabilizó así el impacto de las lluvias que se dieron: “Durante la última semana se registraron importantes lluvias sobre áreas del centro-este y el Litoral del país. Los mayores acumulados se observaron sobre el Santa Fe (sudeste), Entre Ríos y Buenos Aires con valores superiores a los 100 mm en diversas localidades. Los mayores registros estuvieron entre 120 mm y 174 mm”.
El caso de la soja
Según Conde, respecto de la soja, que sufrió un duro impacto por la sequía, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires mantiene su proyección en 21 millones de toneladas. Queda pendiente la recolección en el sudeste bonaerense y áreas del NEA donde hubo rindes más aceptables que otras regiones. “Salvo una sorpresa”, dijo, se continuará con esa previsión. El año pasado la cosecha fue de 43,3 millones de toneladas.
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