Luego de las declaraciones del jefe de Estado en el acto de la UIA, dirigentes del sector señalaron que fueron un “error histórico” las políticas que pusieron en desventaja a la actividad
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Luego de que el presidente Javier Milei dijera hoy que “para proteger a la industria se le robó al campo”, dirigentes vinculados con el sector respaldaron las declaraciones del jefe de Estado y remarcaron que la mayor presión impositiva que soportó el agro fue un “freno histórico”.
Esta mañana, Milei estuvo en el acto por el Día de la Industria que se realizó en la sede de la Unión Industrial Argentina (UIA), y allí fue enfático sobre lo que ocurrió desde las políticas del Estado.
“Durante cien años la política nos vendió el cuento de que para tener una economía pujante del desarrollo industrial debía darse pisoteando los sectores dinámicos y exportadores, en especial al campo”, señaló Milei en su discurso. Y agregó: “La consecuencia es que, para proteger a la industria, se le robó al campo, y esa protección lo único que generó es un sector industrial adicto al Estado. Esta es una de las raíces de las crisis económicas estructurales que padecemos desde hace tantas décadas”.
Tras las palabras de Milei, Carlos Castagnani, presidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), coincidió con el jefe de Estado en que la sobrecarga impositiva al agro “ha sido un freno histórico para el desarrollo y el potencial exportador de la Argentina, un sector indispensable para el crecimiento del país”.
“Acompañamos las expresiones del presidente en la UIA. Desde CRA consideramos que el campo es el motor de la economía argentina y no se puede seguir castigando a los productores con políticas que limitan la competitividad. Es fundamental orientar el modelo productivo hacia la liberación de trabas impositivas y burocráticas”, enfatizó.
Según Castagnani, se han impulsado políticas que no favorecieron al agro y, en cambio, lo pusieron en desventaja. “Llevamos más de un siglo de políticas erradas que han puesto al campo en desventaja. Es momento de revertir esta tendencia y dejar de usar al sector agropecuario como fuente fiscal”, dijo.
Añadió: “Apoyamos todas las medidas que promuevan un desarrollo equitativo y sostenible. Siempre hemos sostenido que las políticas que ahogan al sector agropecuario, en lugar de potenciarlo, son un error histórico que debemos corregir urgentemente. La exportación del campo es la fuente de crecimiento que el país necesita”.
En este contexto, Gustavo Idígoras, presidente de la Cámara de la Industria Aceitera y el Centro de Exportadores de Cereales (Ciara-CEC), compartió “plenamente” los dichos del Presidente. “Es inaceptable lo que ha sucedido en estas décadas, donde el agro ha sido el único aportante para sostener un gasto público descontrolado y eso nos ha llevado a un estancamiento productivo y exportador. Solo en soja hemos perdido US$45.000 millones. Es el momento de bajar retenciones empezando por la soja [que hoy tiene el 33%]”, remarcó.
Para Nicolás Pino, presidente de la Sociedad Rural Argentina (SRA), “es importante que un primer mandatario ponga en valor el esfuerzo que vienen haciendo los productores desde hace años”.
“Nos saquearon en las últimas dos décadas unos US$200.000 millones solo en concepto de retenciones, frenando el desarrollo de la Argentina mientras nuestros competidores ganaron mercados en todo el mundo”, subrayó Pino.
En tanto, para Elvio Guía, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA), no se trata de buscar culpables entre sectores, sino de responsabilizar a todos los gobiernos que han venido “saqueando” al sector productivo. “Acá no se trata de echar culpas a unos u otros”, dijo. “Sí, lo que hay que hacer es culpar a todos los gobiernos que han venido saqueando al sector productivo, que le han estado quitando al sector productivo desde hace muchos años”, señaló.
El dirigente enfatizó que el único responsable es el Estado, que no ha sabido generar recursos para sostener políticas prioritarias. “El único culpable son los Estados que no han sabido generar los recursos para poder, de alguna manera sostenida, mantener políticas en muchos casos o sostener algunas cuestiones que ellos consideran prioritarias”, explicó.
Guía enfatizó la importancia de liberar al sector productivo de las presiones y restricciones que, según él, lo asfixian. “Estamos convencidos, y lo venimos diciendo desde hace mucho tiempo, que cuando le sacás la pata de encima al sector productivo, este se multiplica enseguida. Lo que dejás de recibir vía retenciones, se multiplica en generación de trabajo, riqueza y dinamismo en los pueblos del interior,” explicó.
Finalmente subrayó que la discusión no debería ser entre sectores industriales, sino sobre la responsabilidad de los políticos de turno en la implementación de retenciones y políticas que, según él, han frenado el desarrollo del sector agrícola en el país. “Acá los únicos culpables de las retenciones son los distintos políticos de turno”, afirmó.
También se pronunció sobre las palabras del jefe de Estado Elbio Laucirica, presidente de Coninagro: “Es muy bueno que el presidente Javier Milei haya puesto en valor al campo, que haya revalorizado justamente el esfuerzo que muchas veces se hace desde ese sector que genera trabajo, producción y divisas que necesita el país y movilizando las economías del país”.
“También es importante mencionar que en todos estos años desde el campo hemos sido vistos como la fuente de divisas para políticas partidarias que lo único que privilegiaban era el gasto público y los intereses de algunos dirigentes, no el bienestar de toda la población, como podríamos haberlo hecho si el campo hubiese tenido sus oportunidades para generar alimentos que la gente necesita con las inversiones y el trabajo genuino de todas las producciones del país”, agregó.
Laucirica luego remarcó: “Necesitamos una industria fortalecida que nos provea los avances tecnológicos para el bien común; queremos una agroindustria fuerte, en ese contexto todos crecemos y avanzamos”.
En tanto, Ignacio Kovarsky, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), expresó su acuerdo con las declaraciones del presidente Javier Milei. “No todos los industriales tienen la culpa. Sí, seguramente, un grupo de grandes industriales prebendarios, amigos del gobierno y del poder, se acostumbraron y hicieron negocios con las intervenciones de Cristina”. Según el dirigente, “esto pasó en todos los sectores: pasó con los supermercados, con parte del campo, o sea, las intervenciones hacen que todos los negocios se deformen y terminen funcionando mal, y uno termina viviendo una mentira”.
Kovarsky señaló que este fenómeno ha llevado a que “no solo producimos artículos caros”, citando ejemplos como “una computadora armada en Tierra del Fuego” y “un aire acondicionado que cuesta mucho más en dólares que en cualquier otro lugar”. Indicó que, en comparación con países como Uruguay, Brasil y Chile, “vale la pena irse a comprar la tecnología a otro lugar que en la Argentina y encima es de menor calidad”.
El presidente de Carbap concluyó que estas “deformaciones de los gobiernos que intervienen” ofrecen beneficios inmediatos a la industria, pero advirtió que, “en el corto plazo, le sirve un montón a la industria, venden un montón, pero en el largo plazo destruye la economía, destruye la competitividad”.
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