En tiempos de pandemia del coronavirus, y a pesar de ser un sector excluido del aislamiento obligatorio, los ruralistas están preocupados por el día después de la cuarentena.
"En el mientras tanto trabajamos, pero nos inquieta cuando todo esto pase. El uso de insumos y la inversión productiva va a ser mínima", señaló en diálogo con LA NACION Carlos Achetoni, presidente de la Federación Agraria Argentina (FAA).
"Todas las actividades del sector se encuentran supeditadas a la reactivación del mercado que está alicaído y golpeado. Es difícil porque los tiempos muertos de las empresas van a hacer daño a las economías primarias", agregó.
Achetoni detalló la doble sensación que se percibe en el interior. Por un lado, la sociedad los ve como un sector privilegiado porque su actividad no se paralizó y, por el otro, el campo debe afrontar a diario problemas financieros constantes para hacer frente a sus compromisos.
Por otra parte, ante una consulta sobre los rumores respecto de una posible suba de las retenciones al trigo y el maíz del 12 al 15%, el dirigente dijo: "Son rumores pero no hay certezas. En el Ministerio nos aseguraron que quedaría así. Si esto pasara, generaría aún más complicaciones", sostuvo.
Además, el dirigente contó que la pandemia dejó trunco el tema de las compensaciones a la soja que había anunciado el Gobierno para 42.000 productores de la oleaginosa. "En algún momento, los tratos diferenciados (por las compensaciones) pueden implementarse. Debemos ver cómo se articula", dijo.
Problemas en las economías regionales
Son varias las actividades de la cadena productiva primaria que están complicadas. A los problemas financieros, se suma una sociedad que cambió sus hábitos de consumo en medio de la cuarentena. "Si bien el delivery ayuda a que algunos restaurantes permanezcan abiertos, ha bajado el consumo domiciliario. La gente tiene incertidumbre de su continuidad laboral y trata de medirse en los gastos", indicó.
Uno de los sectores más complicados es la actividad láctea que, además de tener inconvenientes en el retiro de la leche de los campos porque muchos caminos vecinales han sido clausurados por el coronavirus, hacerse de insumos a diario se hace cuesta arriba.
Pero lo más acuciante para los tamberos es que quienes vendían una parte de su producción a fabricantes de mozzarellas -por el que conseguían un plus en el precio- hoy no tienen a quien hacerlo, según Achetoni.
"Muchas de esas industrias han cerrado porque al abastecer en gran parte al sector gastronómico hoy paralizado, en especial pizzerías, tienen la mercadería parada", describió el presidente de FAA.
Según Achetoni, otra actividad complicada es la vitivinícola. "Con vinerías, hoteles y restaurantes cerrados y una exportación en caída, la venta ha bajado considerablemente y con ello la ruptura en la cadena de pagos", contó.
Las frutas y verduras no tienen mejor suerte. La ralentización de la logística hace que no lleguen en el mejor estado al destino, sumado a las compras espaciadas de los consumidores. "Ahora es tiempo de cítricos, peras, manzanas y aceitunas y por la pandemia global no hay buen pronóstico con las exportaciones a Europa y Brasil", remarcó.
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