Dirigentes del sector criticaron el freno a los embarques después revertido; señalaron que estas medidas “generan incertidumbre y desconfianza y quitan previsibilidad”
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Dirigentes del campo reaccionaron con dureza luego de que el Gobierno, en plena campaña por el balotaje donde competirá Sergio Massa, el ministro de Economía y candidato, frenara momentáneamente las exportaciones de carne vacuna para evitar más alzas de precios, decisión que se conoció hoy aunque en los últimos días ya había trabas y presiones. La premura de los exportadores era que, con permisos de embarque a punto de vencer el próximo lunes, no se revirtiera la medida que, según distintas fuentes de la actividad privada, llevaron adelante funcionarios de la Aduana.
Para Gabriel De Raedemaeker, vicepresidente de Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), esto no es “nada nuevo respecto al accionar patotero del Gobierno: permanentes intervenciones unilaterales que se imponen y que traen consecuencias sobre los diferentes eslabones de la cadena agroindustrial”.
La hacienda tuvo una recuperación de precios que se trasladó con aumentos en torno del 20% en las carnicerías, como había contado anteayer este medio. Todo sucedió en el marco de la incertidumbre electoral, una menor oferta y tras la última medida del dólar exportador que significará una suba en los costos de producción para la alimentación animal.
“El dólar agro no es gratuito y mucho menos indiferente para aquellos productores a los que esa imposición les aumenta los costos, por ejemplo de alimentación del ganado. Necesariamente esas distorsiones junto a la inflación descontrolada llegan a los precios al consumidor. El Gobierno pretende evitar esa consecuencia lógica prohibiendo una vez más un canal de comercialización”, enfatizó. Añadió: “Siempre son acciones que fracasaron estrepitosamente cada vez que se aplicaron y cuya única consecuencia es la desmotivación de la producción y el consecuente incremento de precios de los productos a los que se pretende frenar. Impericia absoluta y recurrente. Uno imagina la gestión de Gobierno que el candidato/ministro le imprimirá a su presidencia, si llega a alcanzarla, a partir de la muestra de estas acciones que pretende imponer”, añadió.
En coincidencia, Horacio Salaverri, presidente de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap), remarcó que es “inconcebible que el Gobierno pueda estar considerando cerrar las exportaciones de carne, con el tremendo daño que le hizo al país años atrás cuando se perdieron 11 millones de cabezas y, durante este Gobierno, donde se perdieron mercados, miles de millones de dólares de exportación y puestos de trabajo”.
“Esto solo generó que la carne meses después pegara un salto muy alto en su cotización. El Gobierno debería entender que en un proceso inflacionario del 150% no hay un solo producto de la economía que no aumente de valor. El problema no es la carne, es toda la economía y la inflación. Utilizar esas recetas antiguas y fracasadas nos lleva a los mismos errores del pasado y a las mismas consecuencias”, aseguró.
Para Elbio Laucirica, presidente de Coninagro, “es lamentable que ocurran estas intervenciones que agudizan los problemas en lugar de resolverlos”.
“Generan incertidumbre y desconfianza y quitan previsibilidad. Cuando el problema es la inflación, hay subas de costos en general, de logística, distribución y comercialización y la caída del valor adquisitivo del consumidor. Por otra parte, en los mayores precios y costos, hay que considerar la incidencia de los impuestos. Del precio de la carne en el mostrador, más de un tercio del mismo son impuestos. Por suerte prevaleció la razonabilidad y no se llevó a cabo, aunque con la intención se dejó una muy mala señal”, dijo.
En el mismo sentido, Carlos Achetoni, presidente de Federación Agraria Argentina (FAA), señaló: “La verdad que cualquier indicio de la Aduana o de quien sea que amague en cerrar exportaciones o morigerar el precio de la carne vacuna lo único que genera es incertidumbre en un sector donde se está invirtiendo. Sinceramente, todos estos vaivenes generan mucha zozobra y solo necesitamos confianza y certezas hacia adonde se va”.
Ya antes de las elecciones generales, entre el miércoles y jueves de la semana pasada, funcionarios de la Aduana, a cargo de Guillermo Michel, quien tiene también la negociación del programa “Precios Justos”, les anticiparon a los exportadores de carne que sí “no acompañaban” iba a “haber medidas duras” contra ellos, como ser frenar los nuevos permisos para las ventas al exterior. Les pedían que en el Mercado Agroganadero de Cañuelas no se supere los $999 el kilo por la hacienda.
Como esa presión no surtió efecto y la hacienda en el MAG continuó en su carrera alcista, no se otorgaron nuevos permisos. Y anoche se filtró un mensaje que señalaba que las exportaciones seguirían frenadas por la nueva disparada del precio en el mercado de hacienda, donde en el MAG anteayer por un lote especial de novillitos se pagó hasta $1150 el kilo. Hoy hubo frenéticos contactos entre Aduana y los exportadores y la situación se normalizó. En tanto, con una mayor oferta de ganado el Índice Novillo en el MAG bajó casi 10%.
“Se liberó, al menos por ahora”. Se manejan así, o lo tomás o salís perdiendo. No sé qué hubiese pasado si hoy viernes la hacienda subía”, dijo una fuente cercana a la exportación a LA NACION.
En este contexto, para José Colombatto, presidente de la Federación de Asociaciones Rurales de Entre Ríos (Farer), estas “marchas y contramarchas suscitadas en las últimas horas en relación a la posibilidad o no de exportar carne es otra maniobra lindante con la amenaza para que el mercado ganadero no opere con libertad”.
“Esto va de la mano de las recientes embestidas contra los operadores ganaderos de Cañuelas para disfrazar el precio real de la hacienda en pie para que no impacte en el índice inflacionario. Son embestidas con el sello del amedrentamiento que ya es marca registrada en los últimos años. Cuesta creer que sean estas las medidas que tiene preparado el Gobierno para la coyuntura económica. Es de un simplismo y de una toxicidad que atrasa años y que lejos de sumar, genera incertidumbre y desconfianza”, indicó.
“Frenar las exportaciones ha sido una receta usada en varias ocasiones y siempre con pésimos resultados ¿Por qué esta vez la misma fórmula podría transformarse en positivo? Cada día que pasa estamos más lejos de transparentar la economía. Las reglas claras que generan virtuosismo al engranaje productivo y económico no existen y lejos estamos de ilusionarnos con qué aparezcan”, agregó.
La palabra de un consultor ganadero
Para Víctor Tonelli, analista ganadero, vuelve a repetirse una historia ya conocida, donde cada vez que vuelven a negociar un nuevo tramo del programa de Precios Justos, aparece alguien del Gobierno a presionar.
”Este programa no es voluntario, sino bajo extorsión y presión. Siempre primero te ponen el revólver arriba del escritorio, después lo sacan y niegan que alguna vez estuvo. Van rotando funcionarios de distintas áreas para ser quienes actúan en consecuencia. Es una metodología que utilizan habitualmente, de modo tal lejos de sorprendernos, lo único que hacen es ratificar que el mercado de ganados y carnes sigue intervenido y bajo presión del Gobierno”, finalizó.
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