Fuentes de la actividad advirtieron que se dejará de producir el 10% del combustible que se necesita tras inconvenientes que registró la empresa alemana Oiltanking Ebytem; en la compañía desmintieron una situación de escasez y señalaron que la entrega a las refinerías es la programada
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Luego de que la compañía alemana Oiltanking Ebytem sufriera dos derrames de hidrocarburos en menos de un mes en la ría de Bahía Blanca, cerca del puerto de Coronel Rosales, y cuando falta poco para que comiencen las tareas de una nueva cosecha gruesa, hay preocupación en ciertos sectores de la industria petrolera por el normal abastecimiento que necesitará el campo, no solo en los servicios de recolección sino también en la logística de la tranquera a puerto.
Ante una consulta de este medio, aunque no negaron que la situación existió, fuentes cercanas a YPF dijeron que no hay un escenario de alarma tras lo sucedido y explicaron: “El sistema de una monoboya se recompuso rápidamente, parte del gasoil es importado y no usa ese sistema”. Asimismo, en la actividad, otras fuentes del sector destacaron que “el mercado está con menor demanda”. La composición accionaria de Oiltanking se reparte entre 70% para la alemana Marquard & Bahls AG y 30% restante a cargo de YPF.
En Oiltanking aclararon que, debido a un incidente durante un amarre en diciembre pasado, la firma está operando con una sola monoboya en lugar de las dos utilizadas en una situación normal. “Esto puede causar algunas modificaciones transitorias en los cronogramas de entregas de los distintos productos. No obstante esto, la programación de entregas sigue adelante en plena comunicación con los clientes y trabajando para que cada uno de ellos reciba el producto que necesita para continuar con sus operaciones al 100%. En vista de esto, no hay ninguna razón para que se produzca menos diésel y que eso afecte la cosecha gruesa”, dijeron.
Indicaron que “la situación climática está demorando la realización de nuevos amarres para descarga; este escenario es normal en la operación de una terminal marítima y se resolverá ni bien el clima lo permita”.
En este contexto, algunas refinerías que se sienten damnificadas por el incidente en el sur bonaerense dijeron a este medio que “se dejará de producir unos 150 millones de litros de gasoil” que el sector agropecuario demandará en las próximas semanas hasta abril. “Ese volumen de combustible es algo más del 10% del gasoil que se demanda mensualmente”, remarcaron. Para la cosecha que viene se estima un consumo, entre recolección, movilidad y transporte de los granos de aproximadamente 1100 millones de litros.
Recordaron que, a causa de una seguidilla de incidentes, Oiltanking Ebytem está operando desde fines del año pasado con solo una de las dos monoboyas que la compañía tiene para descargar el petróleo crudo que llega en barco desde el sur del país y que debe inyectarse en oleoductos para bombearlo a las refinerías periféricas a la ciudad de Buenos Aires.
Según describieron, el primer incidente ocurrió el 26 de diciembre y luego se repitió el 17 de enero por lo que el Ministerio de Ambiente bonaerense “suspendió preventivamente su operatoria y se solicitó de manera urgente que la Secretaría de Energía de Nación revise la operatoria y asegure que está en condiciones de seguir operando”.
“Ya durante enero las refinerías dejaron de recibir 170.000 m3 de crudo. Para febrero, en tanto, la caída de volúmenes que la propia Oiltanking ya les informó a las empresas será de 103.000 m3 de petróleo”, señalaron fuentes consultadas.
“Con una solo monoboya funcionando se hace un cuello de botella. Los barcos petroleros que vienen cargados del petróleo desde el sur del país, del Golfo de San Jorge, llegan y desde el mar descargan allí en las instalaciones de la empresa alemana a través de una conexión a la monoboya. Luego se inyecta y se manda en un oleoducto hasta las tres refinerías que están en el AMBA, periféricas a la ciudad de Buenos Aires: YPF (La Plata), Raízen (Dock Sud) que abastece las estaciones de servicio Shell, Axion (Campana). Pero lo complicado es que también esa monoboya tiene otra función: un oleoducto que viene desde Neuquén desde Vaca Muerta, llega hasta Bahía Blanca y ese petróleo se carga en barcos con destino de exportación a través también de la misma monoboya”, explicaron.
En este contexto, detallaron que, si bien la monoboya trabaja 24 horas, para que los barcos puedan conectarse debe haber buenas condiciones climáticas que lo permitan y solo se hace “en el momento de la pleamar”.
“La operatividad es un poco limitada porque depende de las cuestiones climáticas, por un lado, y de la marea, por otro. Y se arma una puja entre los barcos que llegan con petróleo con destino a la refinerías y aquellos barcos que vienen a buscar el petróleo que tiene destino de exportación”, destacaron.
Por este motivo, alertaron que “las refinerías no están funcionando al 100% por la escasez, por la baja de petróleo que tienen hoy ya están produciendo 150 millones de gasoil menos respecto a lo planeado tener a principio de marzo en el mercado”.
Si bien no será una cosecha récord como muchos esperaban que sea, tras un magra campaña pasada por la sequía, Luis “Fredy” Simone, presidente de la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas (Facma) sin tener conocimiento de la posible escasez que se habla, dijo que “va a haber buenas cosechas porque en muchas zonas la lluvia llegó a tiempo y para esto el combustible será un insumo fundamental”.
Su entidad agrupa a unos 4000 de los 10.000 a 12.000 contratistas que hay en el país, que son los responsables de levantar en torno del 80% de la cosecha del país con su servicio. “Va a ser preocupante si llegase a escasear el combustible que se necesita no solo para levantar la cosecha, sino que hay que sumarle la logística a los puertos o por lo menos el flete corto de todo el cereal que cosechamos y que queda en bolsones”, cerró.
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