Fue ayer a las 18 en varios departamentos del este de Santiago del Estero
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“Fueron 20 minutos en que quedé completamente a oscuras. No veía ni el capó de la camioneta, nada de nada”, contó Nicolás Roagnoni, productor agropecuario, sobre el momento en que una tormenta de viento y tierra lo sorprendió ayer cerca de las 18 en los departamentos Alberdi, Moreno y Copo, al este de Santiago del Estero, en el límite con Chaco. Aunque el fenómeno no causó grandes daños, dejó imágenes impactantes y a la región sumida en la oscuridad durante más de una hora.
“Estaba en la camioneta y vi un frente de tierra. Todo abajo era marrón. Normalmente, cuando viene una tormenta del sur, es solo un golpe de viento, pero esta vez fue mucho más fuerte”, relató Roagnoni a LA NACION. El productor, gerente de una empresa familiar y miembro fundador del CREA Cháñar, explicó que, al ver que venía la tormenta, pidió a los trabajadores del campo que se fueran antes que él, mientras él se quedaba asegurando portones y otras instalaciones. Sin embargo, no le alcanzó el tiempo: “Me retrasé un poco y me agarró el viento. Quedé casi a oscuras, no se veía nada. Después, poco a poco, fue bajando, pero seguimos con mucha tierra por más de una hora. Parecía que ya era de noche, muy oscuro”.
Aunque las imágenes de la tormenta fueron impactantes, Roagnoni señaló que no hubo daños graves. “No escuché que alguien en el grupo CREA haya sufrido daños grandes. Tal vez alguna puerta o un galpón, pero nada grave. El viento no fue algo fuera de lo común”, comentó.
Para el productor, la tormenta reflejó las difíciles condiciones que atraviesan los productores de la zona. “El año pasado fue muy particular. Tuvimos una ola de calor desde el 10 de febrero hasta el 25 de marzo, con temperaturas mínimas de 30 grados en algunos momentos. Perdimos casi toda la cosecha en la región”, dijo Roagnoni.
Entre los factores que hicieron al suelo más vulnerable frente a la tormenta, mencionó: “Había muchos lotes con rastrojos pobres. Además, no hubo cultivos de invierno: ni trigo, ni garbanzos, ni cultivos de servicio. Incluso muchos lotes pasados con disco porque no se cosechó el maíz debido a que habían sido afectados por la enfermedad transmitida por la chicharrita”.
No obstante, en este contexto la zona está “muy atenta” a la sustentabilidad”.
“Aunque la región tuvo un avance agrícola importante, con muchos montes que pasaron a ser cultivos, en la mayoría de los casos se respetaron los parámetros de la Ley de Bosques. Es una zona con cortinas forestales, sistemas de rotación más sustentables que en la pampa húmeda, y una gran incorporación de tecnología y cultivos de servicio,” aseguró.
“Fue impresionante”, relató el productor Juan Fulgenzi, quien mientras viajaba hacia Córdoba alrededor fue sorprendido por la tormenta en la localidad de Quimilí, en Santiago del Estero. “Estamos acostumbrados a este tipo de tormentas, pero generalmente vienen acompañadas de agua, lo que evita que levanten tanta tierra como esta vez que vino con muy poca agua”, comentó el productor, que lleva más de 20 años trabajando en la zona en agricultura y ganadería, con cultivos como soja, maíz, trigo y sorgo. Según detalló, en el campo cayó menos de 5 milímetros. Como consecuencia, sufrió algunos daños menores, como la caída de una antena, el desplazamiento de una casilla y la voladura de un tanque de agua.
Fernando Laudín, ingeniero agrónomo que trabaja en la zona, expresó que la tormenta lo sorprendió en el campo, y debido a la poca visibilidad, terminó adentro de un lote. “No sabía en dónde estaba. Fue desagradable, pero no pasó a mayores. Solo tierra y viento, no se veía nada”, comentó. Aunque se trató de una tormenta de viento típica del norte, esta vez comenta “fue más fuerte de lo habitual”.
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