Cambio sorpresivo en la cúpula de Santander
Alfredo Sáenz, condenado por la Justicia y perdonado por el gobierno, renunció
MADRID—Alfredo Sáenz, quien ayudó a transformar el Banco Santander SA de un prestamista provincial a una potencia bancaria global, renunció a la presidencia ejecutiva luego de una batalla legal y política sobre su condena penal por la presión que ejerció sobre cuatro deudores hace casi dos décadas.
Santander, el mayor banco de la zona euro por valor de mercado, anunció la dimisión tras una ola de críticas al gobierno espa-ñol, luego de que flexibilizara los estándares de conducta para los ejecutivos de la banca, una medida que le permitió a Sáenz conservar su puesto.
Sáenz dio un paso al costado luego de conversaciones con funcionarios del Banco de España, indicaron fuentes al tanto. Dos personas señalaron que el banco central le había indicado a Sáenz que era probable que concluyera que no debería ocupar un alto cargo en Santander.
Un vocero del banco central calificó la partida de Sáenz como "un paso positivo" que debería tener un "efecto favorable en la estabilidad del sector financiero de España", pero no hizo más comentarios sobre los eventos relacionados con su alejamiento.
Santander se limitó a señalar que la partida del banquero de 70 años fue voluntaria. Sáenz no respondió a un pedido de comentarios.
Sáenz será sustituido en la presidencia ejecutiva por Javier Marín, de 46 años, que se desempeñaba como director gerente del banco. Sáenz recibirá un paquete de 88 millones de euros (US$114 millones) por compromisos de pensiones que había acumulado, indicó la entidad.
Analistas señalaron que la partida de Sáenz sugiere que el banco central, al presionar por cambios dentro de Santander, está adoptando una actitud más enérgica en la supervisión del rescate internacional de gran escala para socorrer a los bancos más pequeños en aprietos.
Inversionistas y analistas internacionales se han quejado desde hace tiempo de que la cultura y la junta directiva de Santander eran demasiado insulares y señalaron que las dudas sobre las prácticas de gobierno corporativo han perjudicado la credibilidad del grupo. La cúpula ejecutiva del banco rechaza tales críticas.
Las acciones de Santander aumentaron 2,6% el lunes tras el anuncio, superando el alza de la bolsa y otros índices.
América Latina aportó 51% de las ganancias de Grupo Santander en el primer trimestre. Brasil representó 26% de la utilidad de ese período y México 13%. El banco opera en Brasil, México, Chile, Argentina, Uruguay, Perú y Puerto Rico.
Sáenz fue condenado en 2009 por haber realizado acusaciones penales falsas contra clientes endeudados en un caso que surgió a mediados de los años 90 cuando dirigía otro banco, Banesto. Luego de perder una apelación, el gobierno lo perdonó en 2011, y lo eximió de una sentencia de tres meses en prisión. Pero la Corte Suprema dictaminó en febrero que el perdón no lo eximía de ser sancionado por la banca.
Este mes, el gobierno encabezado por Mariano Rajoy emitió un decreto que invalidó una prohibición anterior sobre banqueros con condenas penales. La orden dejó a criterio del banco central evaluar la seriedad del delito del banquero frente a sus antecedentes profesionales y personales.
La decisión del gobierno fue ampliamente criticada en España, donde muchas personas culpan a los banqueros por el colapso inmobiliario de hace cinco años y la subsecuente recesión que ha llevado la tasa de desempleo por encima del 27%. Muchos se quejaron de que el decreto parecía hecho a medida para Sáenz, algo que el gobierno negó. "Estamos en una crisis, y los bancos son muy conscientes sobre la necesidad de hacer todo lo que sea necesario para mantener la confianza", indicó José Luis Peydró, profesor del Graduate School of Economics de Barcelona (GSE) y de la Universidat Pompeu Fabra.
La renuncia de Sáenz constituye un cambio de rumbo para el presidente de Santander, Emilio Botín, quien declaró hace poco que no había motivo para que dimitiera. Botín no pudo ser ubicado de inmediato para hacer comentarios.
Marín, el nuevo presidente ejecutivo, lleva 22 años en el banco y es cercano a Botín, según personas que lo conocen. Recientemente, había comenzado a asumir responsabilidades adicionales, como reunirse con analistas, inversionistas y banqueros en Londres, agregaron las fuentes. A pesar de tener una participación relativamente pequeña en Santander —poco menos de 2%— la familia Botín ha ejercido una influencia considerable sobre el directorio del banco y ha recibido críticas de otros inversionistas.
Robert Tornabell, especialista bancario de la escuela de negocios española ESADE, indicó que la edad de la alta gerencia de Santander generaba inquietud entre los inversionistas. Tanto Botín como Sáenz son septuagenarios.
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