Cambio de funciones entre Salas y Moreno
Se endurecería la forma de negociar
El ministro de Planificación, Julio De Vido, jugó fuerte: hizo un enroque entre Guillermo Moreno, secretario de Comunicaciones, y Lisandro Salas, responsable hasta ahora del control de precios en la Secretaría de Coordinación Técnica del Ministerio de Economía. Salas habría renunciado debido al escaso resultado registrado para conseguir una baja de la carne , un tema sensible para la administración Kirchner. Muchos lo ven también como otra avanzada de De Vido sobre Felisa Miceli.
Ayer por la tarde, Moreno entró pisando fuerte en su nuevo puesto en la Secretaría de Industria. "Pobres: no saben lo que les espera", se compadeció un empresario del sector de las telecomunicaciones, acostumbrado a tratar con el funcionario. Moreno no es hombre del círculo presidencial, sino que responde al ministro de Planificación. Es economista, egresado de la Universidad Argentina de la Empresa (UADE) y, según los que más lo conocen, con grandes ambiciones de ocupar el puesto de Miceli, o de encabezar un nuevo Ministerio de la Producción. "Hay que basarse en los costos", dijo Moreno en más de una vez, al analizar el tema de la carne, el precio de los combustibles o las tarifas telefónicas.
Ejecutivos y funcionarios que lo han tratado en estos años lo describen como una persona cuando menos impredecible. "Se enoja con los que no piensan como él", describe un hombre del sector. "Es un gurka a la hora de negociar", dice otro. Sin embargo, mantuvo el statu quo en su sector y no se peleó con ninguna de las grandes empresas, como Telefónica y Telecom.
Dice de sí mismo que es un economista ortodoxo y se define como un industrialista pragmático. Fue quien diseñó algunos de los proyectos más caros de la administración De Vido: Enarsa, la petrolera estatal; el fideicomiso de las telecomunicaciones (mediante el cual se esperaba refundar la industria nacional de las telecomunicaciones), y Arsat, la empresa estatal de satélites aprobada la semana pasada por el Congreso. A pesar de que la sanción de esa ley fue interpretada como un espaldarazo para Moreno, trascendió que originó rispideces entre los legisladores del Frente para la Victoria, que no estaban convencidos del proyecto, pero que igual lo votaron.
En el que era su despacho hasta ayer, en el cuarto piso del Palacio de Correos, abundaban las fotos: el general Perón a caballo, Evita joven con el pelo suelto, el asesinado padre Mugica. Divorciado, tiene dos hijos. Milita en el peronismo y desprecia a los transversales del proyecto kirchnerista. Moreno llegó a De Vido por medio de Daniel Carbonetto, ex diputado del Polo Social, y de Eduardo Curia, con quienes comparte el Foro de Economistas Peronistas. Integró los equipos técnicos de la CGT que conduce Hugo Moyano y participó del gabinete del ex secretario de Defensa de la Competencia Pablo Challú.
Un amigo personal
Salas, arquitecto egresado de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP), es amigo personal de De Vido de los años en que juntos ejercían la profesión en Santa Cruz. Fue subsecretario de Puertos y Vías Navegables y también integró la Unidad de Renegociación de Contratos con las empresas públicas privatizadas, un organismo que compartía con Gustavo Simeonoff.
Salas debutó en el Ministerio de Economía con el acuerdo de precios con los supermercados. "Es muy serio y muy eficiente, pero no podía seguir trabajando con [el secretario de Agricultura] Miguel Campos", dijo de él un ex colaborador. "Fue muy blando con el tema de la carne", opinó otro funcionario. Ahora tendrá que resolver los temas pendientes en Comunicaciones: la nueva ley de telecomunicaciones, la puesta en marcha del servicio universal, la elección de la norma para la televisión digital, entre otras cosas. Y afrontar las decisiones ya tomadas, como la nueva empresa telefónica de las cooperativas, y la ya mencionada Arsat.