Cae la producción de las dos mayores petroleras de EE.UU.
Estados Unidos está bombeando más petróleo y gas natural que lo que ha generado en décadas, pero el auge no ha sido suficiente para propulsar la producción en declive de las dos mayores empresas de energía del país, Exxon Mobil Corp. y Chevron Corp.
Los gigantes petroleros están gastando miles de millones de dólares, una cifra sin precedentes, para encontrar y extraer crudo de yacimientos en rocas más profundos y más lejos de las costas.
Aun así, Exxon y Chevron están produciendo menos que hace tres años. Exxon reportará resultados trimestrales hoy y Chevron mañana. Se espera que las cifras muestren que el crecimiento de producción sigue siendo elusivo.
El año pasado, la producción de crudo y gas de Exxon cayó 6% frente a 2011, a 4,2 millones de barriles diarios. La de Chevron descendió 2,4%, a 2,6 millones de barriles al día.
La contracción de la producción de estas empresas contrasta con la global, que ha ascendido 12% durante la última década, de acuerdo con la Agencia de Información de Energía de EE.UU.
Los precios del crudo se han triplicado desde 2003 a más de US$100 el barril. Esto no sólo incentiva a las empresas de ener-gía a perforar, sino que también impulsa su flujo de caja, de modo que pueden gastar más en exploración. Pero las grandes compañías están encontrando que las reservas de petróleo a las que tienen acceso se están reduciendo, o son más difíciles de explotar.
En el caso del crudo, "cada vez que el precio sube y el suministro no sigue la misma tendencia, se vuelve muy difícil extraerlo", dijo Dan Pickering, copresidente del banco de inversión Tudor, Pickering, Holt & Co.
El costo de Chevron para producir un barril de petróleo y su equivalente en gas natural se ha disparado 41% desde 2010, mientras que el de Exxon ha subido 23,5% durante el mismo período. Las dos empresas dicen que estos costos son más bajos cuando se tiene en cuenta la cuota de producción y gastos de las compañías en las que tienen participaciones.
En años recientes, Chevron y Exxon han inyectado más dinero en la perforación en América del Norte, cortejando a rivales más pequeños que han descubierto enormes depósitos de crudo y gas de formaciones de esquisto. Pero la producción de estas grandes petroleras no ha compensado aún su declive global.
Para revertir la tendencia, Exxon decidió invertir US$38.000 millones este año en un esfuerzo por sumar un millón de barriles de crudo y gas para 2017, lo cual podría impulsar en 14% la producción frente a los niveles del año pasado. Chevron, con la mitad de los ingresos de Exxon, está invirtiendo una cifra similar, en su propio intento de elevar en 26% el bombeo durante los próximos cuatro años.
Las dos grandes petroleras estadounidenses no están usando la misma estrategia. Chevron ha sido más cauta frente al auge del esquisto en EE.UU. y se ha concentrado más en el crudo de alto margen. En cambio, las inversiones de Exxon la expusieron al descenso de los precios del gas natural. Como resultado, Chevron extrajo 40% más en ganancias por barril de crudo y gas natural gas que Exxon, que, a su vez, registró márgenes de producción más altos que Royal Dutch Shell PLC y BP PLC, según sus declaraciones financieras.
Chevron ha asumido riesgos más grandes, como en sus dos proyectos de gas licuado en Australia. La empresa ha aumentado su gasto de capital 70% desde 2010, a una proyección de US$33.400 millones este año, en medio de mayores gastos de pro-ducción.
"La estructura de costos ha subido", dijo George Kirkland, vicepresidente de Chevron. Pero también los precios del crudo, añadió, lo que ha impulsado el flujo de caja de la compañía. Esto, dijo, "nos ha permitido invertir más en muchas formas".
Sin embargo, el efectivo de Chevron cayó a US$17.400 millones a fines de marzo, frente a US$20.900 millones en el tri-mestre previo. La empresa añadió US$6.000 millones con una emisión de deuda en julio.
Los costos de producción de Exxon, ligeramente más bajos que los de Chevron, se han triplicado desde 2003. Los US$6.600 millones que la empresa tenía en efectivo a fines del primer trimestre es la cifra más baja en una década.