Buffett mantiene la fe en su alianza con 3G Capital
Warren Buffett ha hecho alarde con frecuencia de la sociedad que tiene Berkshire Hathaway Inc. con la firma de private equity brasileña 3G Capital. Durante la asamblea anual de accionistas que se llevó a cabo el sábado, el inversionista se vio obligado a defenderla.
Muchos querían saber si los principios empresariales de Berkshire eran compatibles con 3G, que se ha forjado una reputa-ción de realizar drásticos recortes de costos al designar sus propios ejecutivos y eliminar miles de empleos en las compañías que adquiere. Uno de los accionistas calificó las medidas de 3G como "brutales" y preguntó si Buffett ya no "aspiraba a equilibrar el capitalismo con la compasión".
Buffett apoyó las iniciativas de recortes de 3G y dijo que la firma había comprado algunas empresas con nóminas que incluían "considerablemente más personas en el trabajo que las necesarias". Los despidos, añadió, incentivaron a esas mismas compañías a tener un desempeño "extremadamente bueno".
Las preguntas sobre 3G formaron parte de decenas que fueron planteadas por accionistas, analistas y un panel de periodistas durante una sesión de cinco horas con el presidente ejecutivo de Berkshire y su socio Charlie Munger, que se ha convertido en el evento más destacado de la asamblea anual.
Este año, más de 40.000 personas asistieron a la celebración de los 50 años de Buffett al frente de la empresa. El conglomerado, con un valor de mercado de US$350.000 millones, reportó el viernes un alza interanual de 10% en su ganancia del primer trimestre.
La floreciente relación entre Berkshire y 3G está creando nuevos dolores de cabeza para Buffett, que desde hace tiempo ha sido visto como un benevolente dueño de empresas que rara vez interfiere con los gerentes o presiona por grandes olas de despidos.
A medida que Berkshire y 3G buscan reforzar sus lazos al hacer más acuerdos en conjunto, las preocupaciones de los accionistas de que Berkshire se está alejando de sus principios empresariales podrían cobrar relevancia. Después de la reunión, muchos dijeron en privado que respaldaban las preguntas que le hicieron a Buffet sobre 3G.
La diferencia de estilos ha llamado la atención desde el principio. Buffett ha criticado el modelo de negocios de las firmas de private equity, lo que llevó a muchos a preguntar si el inversionista se estaba retractando de sus palabras cuando se asoció con 3G.
Buffett no considera a 3G como private equity debido a que la firma prefiere permanecer como dueña de las empresas que ad-quiere a largo plazo, en lugar de comprarlas y venderlas en el lapso de unos pocos años. 3G también se diferencia de firmas de private equity en el sentido de que no recauda fondos de grandes inversionistas institucionales que buscan un retorno. En cambio, la firma invierte el capital de sus fundadores y de una pequeña red de prominentes familias adineradas.
Las preguntas sobre la sociedad podrían volverse más frecuentes conforme las dos empresas fortalecen sus lazos. Buffett ha dicho que le gustaría realizar más acuerdos amistosos con 3G.
Desde 2013, las dos compañías se han asociado en tres transacciones, incluido un plan dado a conocer en marzo para adqui-rir Kraft Foods Group Inc. Estos acuerdos le han proporcionado a 3G, una firma ambiciosa fundada por un grupo de inversionistas brasileños, una fuente de efectivo listo para realizar adquisiciones al tiempo que le suministran a Buffett otra forma de obtener ganancias para Berkshire.
La forma en la que Buffett respondió las preguntas sobre 3G este fin de semana revelaron un aspecto del campechano multimillonario basado en Omaha, Nebraska, en el que mucha gente no había reparado: el inversionista apoya los recortes de empleos cuando son necesarios para mejorar el desempeño.
Sin embargo, a menudo es reacio a adoptar medidas drásticas en las empresas de Berkshire, incluso manteniendo aquellas rezagadas, una actitud que "perjudica nuestro desempeño financiero", según el manual de usuario del conglomerado, un documento que plantea los principios empresariales de Buffett y Munger.
Durante décadas, Buffett se ha concentrado en la compra de empresas que ya estaban bien gestionadas y tenían gerentes que seguirían dirigiéndolas eficientemente con poca interferencia.
Eso le dio a Berkshire una reputación como un conglomerado donde los empleos eran en su mayor parte preservados, incluyendo altos cargos.
Sin embargo, el gigantesco tamaño de Berkshire limita sus oportunidades de llevar a cabo grandes acuerdos que se ajusten a los criterios de Buffett y que puedan tener un efecto significativo en las ganancias.
Encontrar un socio como 3G, que maneja las operaciones de las adquisiciones que realizan en conjunto, ha resuelto el problema al expandir el campo de potenciales blancos que Berkshire no hubiera comprado por su cuenta debido al trabajo de reestructuración necesario. Buffett también es amigo de Jorge Paulo Lemann, un multimillonario discreto ante los medios que cofundó 3G y asistió a la asamblea anual de Berkshire el fin de semana.
Un vocero de 3G no quiso hacer comentarios.
Buffett dijo que la estrategia de 3G ha funcionado en Tim Hortons, la cadena de cafeterías canadiense que reportó recientemente una mejoría en sus resultados.
Tim Hortons fue adquirida el año pasado por Burger King, respaldada financieramente por 3G y Berkshire, por US$11.000 millones. Las dos cadenas fueron fusionadas en una nueva compañía llamada Restaurant Brands International Inc.
Berkshire también se ha beneficiado de una mejora de los resultados de H.J. Heinz Co., que compró en 2013 en conjunto con 3G por US$23.000 millones.
Bajo la gestión de 3G , el fabricante de aderezos y otros alimentos redujo en 4% su fuerza laboral mundial.