‘Brexit’, un gigantesco dolor de cabeza para los atribulados bancos europeos
Hace apenas unos años, los bancos europeos lograron por muy poco superar la crisis provocada por la crisis de la deuda. No obstante, la salida del Reino Unido de la Unión Europea podría volver a empujarlos al abismo, temen analistas e inversionistas.
Una amplia gama de instituciones financieras europeas está en riesgo: gigantes heridos que llevan a cabo reestructuraciones difíciles, como Deutsche Bank AG y Credit Suisse Group AG; bancos regionales presionados por las tasas de interés negativas; y bancos de la periferia de la zona euro abrumados por el peso de las carteras incobrables.
Los bancos europeos todavía no superan del todo las secuelas de la crisis de la deuda de la zona euro y necesitan la confianza de los inversionistas y un crecimiento económico estable para prosperar. La salida británica de la UE, un proceso conocido como brexit, ha puesto ambos requisitos en peligro.
El brexit también pone en duda la durabilidad de la UE y del euro. De repente, la probabilidad de que el marco político de Europa se desmorone en su centro —algo inverosímil hace apenas unos días— ha aumentado. "Si el mercado teme el riesgo de cola de una ruptura de la zona euro, [el brexit] podría desconcertar a los bancos", indicó en una nota de investigación publicada el viernes Huw van Steenis, analista bancario para Europa de Morgan Stanley.
Y es posible que la medicina tampoco ayude. El mercado podría prever que los bancos centrales intervengan bajando las tasas de interés o recomprando deuda, añadió Van Steenis. Sin embargo, los recortes de tasas, que en numerosos mercados europeos ya son negativas, auguran un deterioro del entorno de negocios para los prestamistas.
Esto ayuda a explicar el desplome de los bancos europeos. Las acciones de Bankia S.A. cayeron 21% y las de UniCredit SpA 24% el viernes. Aunque el banco español repuntó 6,87% el lunes, la entidad italiana retrocedió otro 8,09%. El banco francés BNP Paribas, considerado uno de los más sólidos y mejor gestionados de Europa, se derrumbó 17% el viernes, a lo que sumó un descenso de 6,32% el lunes.
Al otro lado del Atlántico, las acciones de gestores de fondos y aseguradoras estadounidenses cayeron el lunes por culpa del brexit. Invesco Ltd. cedió más de 9%, mientras que las acciones de Affiliated Managers Group Inc., Waddell & Reed Financial Inc. y Legg Mason Inc. perdieron entre 5,5% y 6% de su valor.
Muchos bancos europeos deberán responder preguntas sobre cuánto han avanzado para recaudar capital adicional, reducir el uso de dinero prestado y desprenderse de activos de riesgo. La opinión de los inversionistas es negativa: las valuaciones de decenas de bancos, tanto grandes como pequeños, son muy bajas.
Aunque las autoridades europeas logren erradicar las preocupaciones existenciales, es probable que la economía reciba un golpe. Según la calificadora de riesgo Standard & Poor’s Global Ratings, el brexit podría restar 0,5 puntos porcentuales al crecimiento económico de la zona euro el próximo año. Es una cifra considerable: antes del referendo, la Comisión Europea había pronosticado una expansión de 1,8% en 2017.
El crecimiento es vital para las ecuaciones de viabilidad de la banca. En países como Italia y Grecia, donde los préstamos incobrables son endémicos, los bancos necesitan que sus atribulados deudores salgan a flote para pagar sus deudas. Eso es mucho más difícil si la economía se frena, los precios de las viviendas caen y aumenta el desempleo.
El brexit alimenta también preocupaciones de que los colchones de capital de los bancos europeos son demasiado escuálidos. El mayor banco alemán, Deutsche Bank, y su rival suizo Credit Suisse han prometido elevar sus niveles de capital mediante la venta de activos, la reducción de costos y el acaparamiento de las ganancias.
No obstante, la desaceleración de las fusiones y adquisiciones, sumada a la renuencia de las empresas a emitir nuevas acciones y deuda, podría abrir grietas en los negocios de banca de inversión y corretaje de valores, dos motores de ganancias. Las acciones de Deutsche Bank y Credit Suisse acumulan derrumbes de 44,2% y 51,6% este año, respectivamente. Eso se compara con un descenso de 34,7% del año hasta la fecha en el índice Stoxx Europe 600 Banks. El lunes, el índice cayó 7,7% y alcanzó su menor nivel desde 2011 tras una caída de 14,5% el viernes.
Aunque parece poco probable que se desate una crisis de acceso al crédito como la de 2008, los bancos británicos enfrentan gran incertidumbre a largo plazo. El resultado del referendo genera dudas sobre la continuidad de las sedes en Escocia de Lloyds Banking Group PLC y Royal Bank of Scotland Group PLC. Los líderes políticos escoceses han dicho que pedirán un nuevo plebiscito por la independencia de Escocia del Reino Unido, con el propósito de permanecer en la UE. Las acciones de Barclays PLC, con sede en Londres, cayeron 18% el viernes, tras un desplome de 30% durante la jornada. El lunes bajaron otro 17,35%.
El equipo de analistas bancarios de Citigroup Inc. dirigido por Andrew Coombs cambió el viernes la recomendación de Barclays de "comprar" a "vender", previendo un fuerte aumento de los costos de financiación y menores ganancias.
Una de las preocupaciones es cómo abordarán Barclays y otros bancos que poseen grandes divisiones de corretaje de valores en Londres los acuerdos regulatorios que les exigen tener un domicilio legal en la UE. El tema está en el corazón de preocupaciones más amplias sobre la capacidad de Londres para conservar su enorme fuerza laboral en la industria de servicios financieros.
"Teniendo en cuenta que esto va a ser un cambio de combustión lenta, ¿los reguladores obligarán a los bancos a aumentar el capital ahora o esperarán seis meses?", se pregunta Chirantan Barua, analista de bancos de Bernstein Research.
Es probable que los bancos de inversión con sede en Londres vuelvan a sacar las tijeras y eliminen potencialmente miles de puestos de trabajo, vaticina Barua.
El estado de ánimo en los pisos de negociaciones y entre los banqueros de inversión de Londres es pesimista, dijeron empleados de las entidades. "Mi equipo tiene una gran cantidad de [empleados de] diferentes nacionalidades, y están preocupados por sus empleos y por su capacidad de permanecer en el país", reconoce un alto ejecutivo de un banco de inversión estadounidense en Londres.
El brexit está generando "muchas incertidumbres que agravarán los problemas de los bancos italianos y españoles", advierte Filippo Alloatti, analista sénior de Hermes Credit en Londres.
Banco Santander S.A., el mayor banco de España, genera una cuarta parte de su ganancia neta total gracias a los créditos hipotecarios y otros productos que vende en el Reino Unido. El viernes, las acciones del banco cayeron 20%, arrastrando al índice bursátil de referencia de la Bolsa de Madrid a la mayor caída diaria de la historia. La acción del banco retrocedió otro 2,48% el lunes.
Su presidenta, Ana Botín, quien antes de tomar el timón de Santander dirigió la filial británica, trató de tranquilizar a los inversionistas y señaló en un comunicado que el foco del banco en la banca minorista le confiere estabilidad. Se trató de un reconocimiento implícito de las preocupaciones de los inversionistas de que los bancos de inversión, en particular, podrían ser muy golpeados por la volatilidad financiera post-brexit.
Kian Abouhossein, analista de banca europea de J.P. Morgan, incluyó el viernes a Santander en su lista de "bancos más afectados" por una potencial debilidad del crédito en el Reino Unido.
Por otra parte, la banca italiana se ha visto sacudida por préstamos en mora, falta de capital y complicaciones gerenciales. Los analistas han advertido de que el mayor banco del país, UniCredit, está mal posicionado para hacer frente a las consecuencias del brexit. Su asediado presidente ejecutivo, Federico Ghizzoni, aceptó renunciar a finales de mayo, pero el banco no ha podido encontrar un sucesor.
En Portugal, los analistas dicen que aunque los bancos casi no tienen exposición directa al Reino Unido, van a sufrir debido a la aversión al riesgo de los inversionistas en un momento en que el sistema ya está luchando con una baja rentabilidad y una gran cartera en mora. Los analistas dicen que sus bancos necesitan reforzar sus niveles de capital. Además, la economía atraviesa una etapa de bajo crecimiento y altos niveles de deuda pública y de las empresas. Los prestamistas también han invertido en la deuda del gobierno portugués, que puede llegar a desvalorizarse en medio de la incertidumbre.
Giovanni Legorano, Patricia Kowsmann, Jeannette Neumann, Sarah Krouse y Leslie Scism contribuyeron a este artículo.
The Wall Street JournalTemas
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